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Till: la tragedia estadounidense que no debe ser olvidada

Escrito el 9 noviembre, 2022 @Kenny_DiazPR

Dirección: Chinonye Chukwu.

Guion: Chinonye Chukwu, Keith Beauchamp, Michael Reilly.

Elenco: Danielle Deadwyler, Jalyn Hall, Whoopi Goldberg, Frankie Faison, Sean Patrick Thomas, John Douglas Thompson, Keisha Tillis, Jayme Lawson, Haley Bennett.

País: Estados Unidos.

Palomómetro:

Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt4960748/

Till. Dir. Chinonye Chukwu. MGM Studios. 2022.

En 2019, Chinonye Chukwu se convirtió en la primera mujer Negra en ganar el Gran Premio del Jurado del Festival de Cine de Sundance por el drama carcelario Clemency. Este segundo largometraje de la directora nacida en Nigeria y criada en Estados Unidos representó un cambio paradigmático en el tratamiento fílmico del tema de la pena de muerte, pues Chukwu decidió no enfocarse en la perspectiva de los sentenciados, sino en la de aquellos que toman vidas humanas bajo el amparo del Estado, es decir, los dirigentes del corredor de la muerte. Además de la actuación protagónica de Alfre Woodard como la alcaidesa de una prisión, Clemency destaca por la capacidad de observación, tensión controlada y manejo de los silencios que se aprecian en la dirección de Chukwu.

En su tercer largometraje (y primera producción de estudio), Chukwu se enfrenta nuevamente a un tema complejo. Se trata del asesinato de Emmett Till, un niño Negro de 14 años que fue linchado por hombres blancos en Money, Misisipi, en 1955, tras haber “piropeado” a una mujer blanca. Hollywood ha tratado durante años llevar esta historia brutal a la pantalla grande. La espera no ha sido en vano, pues Till es una película notable en múltiples aspectos.

La cinta arranca con la escena de Mamie (Danielle Deadwyler) conduciendo en compañía de su hijo Emmett, interpretado con ternura y candidez por Jalyn Hall. Entre sonrisas y miradas de amor, madre e hijo entonan “Sincerely” de los Moonglows. De pronto, la expresión en el rostro de Mamie se transforma: sus ojos se llenan de miedo, el tiempo parece detenerse y una sensación de vacío se apodera de la escena, tan solo un anuncio de lo que está por venir.

Emmett se prepara para viajar al sur a conocer a sus primos, los hijos del pastor Moses Wright (John Douglas Thompson), tío abuelo de Emmett. Mamie no aprueba este viaje. Nunca se ha separado de su hijo y está al tanto del peligro que podría correr en Misisipi, donde la segregación racial es un problema latente. Sin embargo, no solamente le preocupa la seguridad de Emmett en el sur, también le preocupa que se dé cuenta de cómo se ven las personas Negras allí.

Este aspecto es crucial en la evolución del personaje. Mamie es la única mujer Negra que trabaja como oficinista para la Fuerza Aérea, tiene un apartamento cómodo y está a punto de casarse con Gene (Sean Patrick Thomas); es decir, vive una vida tranquila, libre de las preocupaciones que enfrentan los Negros del sur, con quienes no se identifica. Para ella, Chicago tiene lo necesario para que Emmett sea feliz. Por supuesto, esto cambia cuando la tragedia toca la puerta de su casa.

Emmett realiza el viaje de todos modos. La escena de despedida en la estación del tren es conmovedora. Como en muchas otras instancias de la película, la cámara enfoca completamente el rostro de Mamie mientras observa a su hijo partir. Till, entre otras cosas, es una obra de retratos cinematográficos poderosos. Chukwu aprovecha al máximo la mirada expresiva de Deadwyler, quien es capaz de transmitir emociones sin decir una sola palabra.

Cuando llega la noticia del secuestro de Emmett, la comunidad Negra se moviliza para ayudar a Mamie. Los sucesos tienen lugar en una coyuntura histórica compleja. La nación ha sido estremecida con los recientes asesinatos (ambos productos del odio racial) del reverendo George W. Lee y el activista Lamar Smith. Esto despierta una interrogante alrededor de la existencia misma de la película. ¿Es el caso de Emmett Till uno más en la historia larga de racismo de Estados Unidos? Y, de ser así, ¿es Till tan solo otro drama histórico sobre derechos humanos? Más aun, ¿es una película necesaria? ¿No es la historia real lo suficientemente dura como para recrearla en pantalla?

Aunque este conflicto inexorable quizá no tenga resolución, las decisiones creativas de la directora no deben ser ignoradas. Para encontrar la subjetividad de esta historia y dotar a la película de personalidad en medio de un canon concurrido, Chukwu se enfoca en el viaje emocional de Mamie, no en el crimen. Sin embargo, no muesta con éxito la transformación del personaje en una activista por los derechos de los Negros.

Más allá de invitar a la prensa a tomar fotos del cuerpo de su hijo y mantener abierto el ataúd durante el velatorio, Mamie es llevada en todo momento sobre los hombros de la Asociación Nacional para el Avance de las Personas de Color (NAACP por sus siglas en inglés). Son los miembros y colaboradores de la organización los que mueven todos los hilos alrededor del caso hasta el momento del juicio. En ese sentido, Till funciona mejor como exploración íntima de una pérdida devastadora.

Till. Dir. Chinonye Chukwu. MGM Studios. 2022.

Otra elección importante de Chukwu es la de no mostrar la crueldad del acto violento. El linchamiento de Emmett no aparece nunca en pantalla. Solo escuchamos, por un momento breve, gritos distantes en medio de la golpiza y tortura. La película no es una explotación del trauma. Sin embargo, Chukwu no protege a la audiencia de ver el cuerpo mutilado del niño. El resultado físico del odio sí debe ser visto por todos, funcionando como una forma de honrar la voluntad de Mamie.

La escena en la que Mamie contempla el cadáver es desgarradora por el esfuerzo enorme que debe realizar para encontrar algún rastro del hijo que crio con amor en ese cuerpo desfigurado. Más desgarradora es la escena del velatorio en la iglesia. La tía Lizzie (Keisha Tillis) llega de Misisipi cargando un sentimiento de culpa por no haber evitado la tragedia. No puede mirar el cuerpo. “Tenemos que hacerlo”, es la postura política de Mamie, de la cual la cinta se hace portavoz.

Till pierde tracción cuando Mamie viaja a Misisipi para testificar en el juicio contra los asesinos de su hijo. La cinta entonces se vuelve convencional y didáctica. En este punto, el guion no ofrece una mirada reveladora del caso, quizá porque no hay mucho que mostrar más allá de la hostilidad del sur blanco hacia las personas Negras y la ineficacia del sistema judicial.

Aun así, hay escenas notables, como el momento en que Mamie hace una parada en el negocio de los Bryant, donde ocurrió el incidente que llevaría a la muerte a Emmett. Mientras mira a través del vidrio, Mamie imagina el recorrido inocente de su hijo por aquel lugar. Otra es la escena del testimonio de Mamie en el estrado: con ojos cerrados, párpados temblorosos y lágrimas deslizándose a través de sus mejillas, Deadwyler conjura tanto el horror del racismo como el poder inquebrantable del amor maternal.

La fotografía pulida de Bobby Bukowski juega con la elegancia del diseño de vestuario, caracterizado por el uso de colores vibrantes y llamativos, contrarrestando el sabor amargo de la historia. Se trata también de representar el orgullo Negro, es decir, la manera en que muchas personas de color se vestían de dignidad contra la humillación y el despojo al que les sometía la América blanca.

La música original de Abel Korzeniowski tiene un efecto variado. En las instancias de mayor tensión dramática, la musicalización contribuye al impacto emocional de la historia con un sonido estruendoso; en otras (sobre todo al principio), abona a la sensación de un horror invisible que se acerca silenciosamente. Cuando Mamie ha pasado de la devastación a la resolución, la música adquiere un ritmo acelerado, marcando la resiliencia de una madre y el poder de una comunidad solidaria.

Si bien Danielle Deadwyler es la estrella indiscutible de la película, Whoopi Goldberg ofrece una actuación conmovedora como Alma, la abuela de Emmett. En una escena con Deadwyler, la actriz veterana llora mientras repite una y otra vez que fue ella quien le dijo al niño que fuera a Misisipi. Ese sentimiento de culpa resulta igualmente conmovedor en la actuación de John Douglas Thompson, especialmente en la escena en la que Mamie lo confronta con lo sucedido aquella noche. El efecto de la conversación es devastador.

Tras brillar en el western The Harder They Fall (Jeymes Samuel, 2021), Deadwyler ofrece una actuación que debería definir el futuro de su carrera, solo si Hollywood es lo suficientemente inteligente como para tomar nota de su talento. Chukwu, por su parte, se consolida como una de las directoras más interesantes del panorama actual, sobre todo en el manejo de temas urgentes.

A pesar de los altibajos del guion, Till es una película presentada con fuerza y convicción. Es un recordatorio de por qué, aun después de tantos años, la vida de Emmett Till es importante, y su muerte, una tragedia que no debe ser olvidada.

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