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Clasificación de los 84 documentales ganadores del premio Óscar

Escrito el 24 mayo, 2023 @CesarAndreZzZ

Desde 1942, en su 15ª entrega, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMPAS, por sus siglas en inglés), ha galardonado con el premio Óscar a los mejores documentales del año. La categoría tiene una historia larga e interesante que comenzó con el reconocimiento a cuatro documentales diferentes de entre trece nominados en su primera entrega. El próximo año se crearían normas que separaban los documentales cortos de los largos, definiendo como largos aquellos documentales con más de 40 minutos de duración. De hecho, dos de los primeros ganadores de la categoría son cortometrajes.

La categoría no ha estado exenta de controversias, desde el hecho de fue hasta los años 90 que se creó un comité específico para nominar y votar por la categoría, hasta intereses y motivaciones personales de los miembros de la Academia para escoger algunos documentales y dejar fuera a otros. También se ha creado controversia respecto a documentales aclamados por la crítica e ignorados por la Academia, discusión que data de 1995, cuando el documental Hoop Dreams, considerado por muchos como uno de los mejores de la historia, no recibió nominación (de haber ganado, estaría de primer lugar en nuestra lista). El crítico Roger Ebert denunciaría que varios votantes de la Academia se rehusaron siquiera a ver el documental por su duración de tres horas y por no tener interés en ver una historia deportiva de jóvenes Negros en zonas marginales de Estados Unidos.

Resulta interesante estudiar la evolución que ha tenido la categoría y distinguir lo que se premiaba antes y lo que se premia hoy, ocasionalmente siguiendo la corriente de los cambios y movimientos sociales que se viven a nivel mundial, pero, más específicamente, en el país norteamericano. Si bien ganar un Óscar no es garantía de ser el mejor, el mérito no deja de ser relevante. Pese a esto, en el largo catálogo de documentales premiados hay unos mejores que otros, decisiones comprensibles, elecciones triunfales, hasta llegar a selecciones que resultan confusas hasta hoy.

A continuación, nuestro ranking de los 84 documentales ganadores del Óscar a mejor documental.

 

84. Daybreak in Udi (Dir. Terry Bishop)

Ganador 1949.

Muy como los ganadores más antiguos en la categoría de Mejor película en los Óscar, en esta categoría  hay mucho racismo y xenofobia. En el fondo del abismo, se encuentra este confuso y nefasto relato británico que pretende hacerse pasar por documental a pesar de tener escenas guionadas y dramatizadas.

Ambientado en Udi, pequeño pueblo de Nigeria, Daybreak in Udi documenta la llegada del oficial británico ER Chadwick a una aldea y los choques culturales que ocurren entre él y los locales. Además de observar con condescendencia y superioridad a los habitantes de Udi, el filme tiene el descaro de vender la idea de que la colonización británica fue beneficiosa para Nigeria y que contribuyó a los avances sociales y económicos del país, alegando que varias de las tradiciones y creencias de los aldeanos generaban un atraso del cuál nunca podrían recuperarse sin la ayuda del hombre blanco. Es una palmada en la espalda para todos los colonizadores racistas que ignoran la destrucción y masacre que causaron en varios países y quieren condecorarse como los salvadores de un pueblo en ruinas que, en primer lugar, nunca los llamó.

 

83. White Wilderness (Dir. James Algar)

Ganador 1958.

Este es uno de esos casos en los que la historia detrás de la creación resulta mucho más interesante que el producto en sí. Durante esta década, Walt Disney produjo varios documentales sobre naturaleza que serían nominados o ganarían el Óscar. White Wilderness es el más aburrido y menos inspirado, con un narrador al que claramente no le pagaron lo suficiente para fingir que le interesaba su trabajo.

El documental pasaría a la historia de la infamia por una secuencia en particular. La cámara enfoca a un grupo de lemmings, especie de roedores, lanzándose de un acantilado a una muerte segura debido a que no saben nadar. El mito de que los lemmings se suicidaban circulaba por esos años, pero no era más que eso, un mito. Años después se descubrió que la escena se filmó en el río Bow, cerca del centro de Calgary, y no en el océano Ártico, como implica la película.

Además, los camarógrafos del documental asustaron a los roedores para que se lanzaran del acantilado y editaron todo de tal forma que pareciese el esperado suicidio. Por si fuera poco, una escena de un oso polar fue filmada en un estudio profesional y no en el Ártico, sacando al animal de su hábitat. Sin capacidad de ética, moral y respeto por los animales, este documental es un desastre incómodo, manipulador y abusivo.

 

82. Design for Death (Dir. Richard Fleischer)

Ganador 1947.

Theodor Seuss Geisel, mejor conocido como Dr. Seuss, es recordado principalmente por sus aportes a la literatura infantil. El gato en el sombrero, el Grinch y Lorax son solo algunos de sus emblemáticos personajes. Sin embargo, Seuss también tuvo una fuerte participación en la parte más radical del partido demócrata estadounidense.

Design for Death es el único de los documentales ganadores que no puede ser encontrado completo en línea. Se cree que todas las copias fueron destruidas y su guion solo puede conseguirse en la biblioteca de la Universidad de California. Lo que tenemos para posicionar y valorar el documental son el cortometraje Our Job in Japan (1945), también producido por Seuss Geisel, el cual contiene 18 de los 48 minutos de Design for Death, y el documental The Political Dr. Seuss (Ron Lamothe, 2004) en el cual se habla de todos los esfuerzos cinematográficos del escritor por difundir propaganda política, incluyendo escenas de Design for Death.

El documental está lleno de racismo, manipulación y xenofobia, siguiendo la participación y entrenamiento del ejército estadounidense contra Japón después de la Segunda Guerra Mundial. El momento más chocante sucede cuando, con una edición cuestionable, el narrador habla sobre el cerebro japonés, “en apariencia como el de cualquier otra persona”, pero con una vasta capacidad para la guerra, el odio y la destrucción, todo “dependiendo de qué tipo de ideas metas en el cerebro”. El resto no es mejor y se puede resumir como japoneses malos, pero con capacidad de mejorar, contra estadounidenses dignos y valientes, con capacidad de hacerlos mejorar. Pura xenofobia condescendiente.

 

81. Moscow Strikes Back (Dirs. Ilya Kopalin y Leonid Varlamov)

Ganador 1942.

Otras de las constantes en los más viejos filmes ganadores a mejor documental, además del racismo y xenofobia, es la propaganda de guerra y el nacionalismo. Todos los documentales que fueron nominados en 1942, tenían eso en común. Moscow Strikes Back observa con admiración a los soldados de la guerra soviética idolatrar al líder genocida Joseph Stalin preparándose para la Batalla de Moscú.

Podría resultar una cruda pieza informativa de historia si no fuese por la tendencia de los directores y narradores a resaltar con orgullo todas las atrocidades presentadas en pantalla que se observan como merecidas porque los enemigos del ejército soviético eran nazis alemanes. Objetividad nula y manipulación tendenciosa de la información a favor del régimen de Stalin, se podría aprender más sobre estos acontecimientos leyendo una página de Wikipedia.

 

80. Sky Above and Mud Beneath (Dir. Pierre-Dominique Gaissseau)

Ganador 1961.

Los estadounidenses no son los únicos en explotar su nacionalismo y sentirse orgullosos de los abusos que han perpetrados contra otros pueblos. Este documental francés se adentra en la expedición franco-holandesa de siete meses, dirigida por Pierre-Dominique Gaisseau, en territorios inexplorados de Papua Nueva Guinea.

Vemos hombres blancos sorprendidos porque algunas tribus practican el canibalismo, para finalmente, descubrir y nombrar un río, inspirándose en una princesa holandesa. Bajo la excusa de “exponer culturas diferentes”, tiene un enfoque degradante y racista, observando a los nativos de la isla como animales de zoológicos de “comportamiento fascinante”. Estos autodenominados antropólogos no desperdician un solo segundo en deshumanizar a los habitantes de la aldea, mientras resaltan como una proeza su supervivencia en las arduas condiciones de la localidad. Destaca poco más que una decente fotografía.

 

79. The Sea Around Us (Dir. Irwin Allen)

Ganador 1952.

De los documentales ganadores sobre la vida marina, el del director Irwin Allen es el peor por varios motivos. Primero, se inspiró en el libro del mismo nombre, escrito por la bióloga marina Rachel Carson, a pesar del descontento de Carson al ver el resultado final. Segundo, mientras que el libro narra con fascinación las enigmáticas criaturas del fondo del mar, el documental los observa desde el sensacionalismo, mientras que los buzos que se adentran en el mar no tienen respeto alguno por el hábitat de las criaturas, actuando de maneras intrusivas y peligrosas.

Finalmente, está la extraña tendencia a narrar pasajes bíblicos, hablando de cómo todo lo que se presenta es una hermosa creación de Dios que debe ser cuidada y respetada. No hay intenciones científicas aquí, no se informa al espectador lo suficiente sobre las anguilas, pulpos, tiburones y ballenas que aparecen porque los creadores del documental, a pesar de tener presupuesto que se nota en la excelente calidad de fotografía, no sabían nada sobre el tema.

 

78. The Horse with the Flying Tail (Dir. Larry Lansburgh)

Ganador 1960.

Solo hubo dos documentales nominados ese año. El triunfo fue para la insípida historia de Nautical, un famoso caballo de carreras que dio muchos galardones a Estados Unidos en competiciones internacionales, especialmente en los Juegos Panamericanos. La historia no podría ser más apática y el documental manipula información clave que después salió a la luz.

El filme contempla con fascinación a Nautical, casi como un milagro, pues un caballo común con poco entrenamiento no debería correr tan rápido y saltar con tanta agilidad. No obstante, en realidad, Nautical era descendiente de un caballo y una yegua pura sangre, de raza, y había recibido entrenamientos arduos para alcanzar las proezas que retrata el documental. Tal vez el problema es que, más que un documental sobre caballos, The Horse with the Flying Tail va sobre el orgullo patriota de triunfar en la disciplina deportiva, algo con lo cual resulta imposible conectar.

 

77. Kokoda Front Line! (Dir. Damien Parer)

Ganador 1942.

Uno de los dos cortometrajes que ganó la categoría, Kokoda Front Line! sigue a soldados australianos en la campaña del sendero de Kokoda en una serie de batallas armadas contra fuerzas japoneses, quienes querían proclamar Papúa Nueva Guinea como territorio. No es más que otro contenido político de guerra que recibió el galardón, como muchos otros documentales de su tipo, por intereses políticos de Estados Unidos respecto a los temas tratados.

El filme resalta la valentía de las tropas australianas, la defensa y el orgullo de su territorio y el rechazo tajante hacia los japoneses, vistos como invasores indeseados. Solo se hace más tolerable por su corta duración y porque comprende ligeramente el desgaste emocional de los soldados ante una guerra en la que nadie saldría victorioso.

 

76. Prelude to War (Dirs. Frank Capra y Anatole Litvak)

Ganador 1942.

El galardonado director Frank Capra es más conocido por sus clásicas comedias románticas que por sus documentales políticos de guerra. Este fue el primero de una serie de documentales que no tenían las intenciones directas de ganar premios, pero la Academia no pudo resistirse al nacionalismo que desborda esta historia.

Prelude to War se creó con el propósito de instruir a las tropas estadounidenses para asistir al combate en la Segunda Guerra Mundial, resaltando la manera en que pertenecer al ejército era motivo de orgullo por la defensa de un país que, en conclusión, era el mejor del mundo. Hay muchas verdades aquí y comprende a los estados fascistas como máquinas de manipulación y destrucción con líderes con ideales nefastos que usan a su población como carne de cañón para conseguir beneficios personales, comparando a Hitler con el anticristo. Al final resulta un tanto cómico el hecho de que el documental termina haciendo lo mismo que critica.

 

75. The Living Desert (Dir. James Algar)

Ganador 1953.

Otro documental de naturaleza producido por Walt Disney, que se salva de ser moralmente cuestionable, pero no de ser aburrido. En Tucson, Arizona, The Living Desert sigue la vida de varios animales desérticos, incluyendo escorpiones, tarántulas, zorros, coyotes, jabalíes, suricatos, y mi favorito, el gato del desierto que disfruta de trepar cactus.

El documental es ocasionalmente agradable, como cualquier documental de Animal Planet, pero con una producción modesta y sin pasión detrás de la cámara. Resulta pintoresco como su narrador canta de manera improvisada mientras se filma una pelea de escorpiones, pero la información narrada no es compleja incluso para los estándares científicos de la época. Parece estar sintetizado para niños pequeños, y precisamente esa ausencia de complejidad, de otorgar la sensación de aventura e inmersión a otros mundos, que los mejores documentales sobre naturaleza logran, lo convierten en algo totalmente olvidable.

 

74. The Battle of Midway (Dir. John Ford)

Ganador 1942.

Dirigido por uno de los pioneros del cine western, John Ford, The Battle of Midway es un cortometraje de 18 minutos con una estructura diseñada en tres actos que resultan poco efectivos para lo que pretende contar. La Batalla de Midway fue un trágico acontecimiento, perpetrada por la Armada Imperial Japonesa contra los Estados Unidos luego de años de enemistad entre los países. Ford dedica la primera parte del corto a explicar la relevancia histórica de las Islas Midway, en Hawái, pasando luego por una rudimentaria filmación del día a día de los soldados del lugar. Finalmente, Ford captura el ataque, uno que fue inesperado y cambió por completo el rumbo de su documental que inicialmente estaba destinado a filmar solo las primeras dos partes. El resultado, es una pieza de historia no muy interesante.

 

73. Albert Schweitzer (Dir. Jerome Hill)

Ganador 1957.

Si Albert Schweitzer era un personaje interesante o no, nunca lo sabremos, pues este documental no hace ningún esfuerzo por adentrarse en su historia personal. Con una narrativa mecánica, Albert Schweitzer sigue la vida de este teólogo, musico, filósofo y médico alemán que recibió el Premio Nobel de la Paz en 1952 “por su altruismo, reverencia por la vida y su incansable labor humanitaria que ha ayudado a hacer viva la idea de la hermandad entre los hombres y las naciones”.

Las partes más interesantes provienen de las críticas de Schweitzer hacia la colonización y explotación de recursos de países pobres, a pesar de que esto se enfoque en sermones y pasajes religiosos que eran dominados por este hombre la perfección. Sin irrespetar el legado y los aportes que Schweitzer dio a la humanidad, resulta profundamente aburrido verlo divagar entre sus múltiples talentos de la música, los conocimientos bíblicos y las lecciones morales a la sociedad.

 

72. Arthur Rubinstein: The Love of Life (Dir. Gérard Patris y François Reichenbach)

Ganador 1969.

Este documental totalmente inofensivo sigue la vida de Arthur Rubinstein, uno de los grandes pianistas del siglo XX. Con hora y media de duración, es inevitable pensar que los directores alargaron la duración de su cinta de manera innecesaria, compuesta en casi su totalidad por anécdotas banales que el propio Rubinstein cuenta a la cámara, intercaladas con segmentos musicales filmados con la menor imaginación posible: cámara estática frente al piano.

Rubinstein era indudablemente un sujeto agradable, con carisma y energía al cual puedes ver lo mucho que se apasionaba por la música clásica y el amplio conocimiento que tenía sobre la historia de esta. Lamentablemente, no tuvo la suerte de que los directores a cargo de su documental sintieran esa misma pasión por su trabajo. El resultado es mecánico y sin identidad.

 

71. The Secret Land (Dir. Orville O. Dull)

Ganador 1948.

Filmado por fotógrafos militares y marines de Estados Unidos, el documental se adentra en una expedición a la Antártida, llamada Operación Highjump, con el objetivo de evaluar el potencial del continente ártico como base para operaciones militares. The Secret Land se distancia ligeramente de la propaganda porque resulta objetivo en su análisis y conserva un jovial espíritu de aventura cuando los soldados exploran un espacio del mundo que, hasta el momento, era enigmático y poco conocido. No obstante, además de ser informativo sobre cómo trabajaban los militares en esos tiempos y contar con imágenes impresionantes, no tiene más que ofrecer.

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