Suzume: vivir con miedo a la muerte
Dirección: Makoto Shinkai.
Guion: Makoto Shinkai.
Elenco vocal: Nanoka Hara, Hokuto Matsumura, Eri Fukatsu, Shota Sometani, Sairi Ito, Kotone Hanase, Kana Hanazawa, Matsumoto Hakuō II, Ryunosuke Kamiki, Ann Yamane.
País: Japón.
Palomómetro:
Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt16428256/

Resulta imposible habla de anime contemporáneo sin mencionar Your Name de Makoto Shinkai. La propuesta de 2016 se convirtió en la película de anime más taquillera de la historia y en un clásico instantáneo. Con una carrera ya consagrada desde su debut en 2004, Shinkai trajo algo fresco e inolvidable al cine de animación con Your Name, una historia compleja, emotiva y visualmente deslumbrante.
Suzume, la séptima y más reciente película de Shinkai, mantiene vivo el estilo del director. Evitar las comparaciones es necesario, porque si bien el estatus de obra maestra de Your Name no se pone en discusión, medir el resto de sus películas con la misma vara es injusto. Suzume es un filme que funciona por cuenta propia porque su historia –repleta de encanto, sentido del humor y emociones honestas– la hacen destacable.
Shinkai continúa ahondando en temas como las conexiones humanas, la espiritualidad y los miedos. En Suzume, el miedo a la muerte es el tema central, explorando también el temor de los japoneses ante los desastres naturales que han azotado al país, decisión creativa que causó reacciones diversas en su país de origen. La historia sigue a Suzume Iwato, una chica de 17 años que vive con su tía controladora en la isla de Kyushu. El mundo onírico es parte fundamental de la trama, iniciando con una secuencia de sueño de Suzume buscando a su madre en un campo desolado.
Camino a clases, conoce a Sōta Munakata, un “cerrador” encargado de controlar puertas dispuestas en lugares abandonados de Japón, evitando que ocurran desastres naturales en el país. El universo de fantasía de la cinta se construye gradualmente, planteando cómo del otro lado de esas puertas hay una dimensión a la cual los humanos no pueden acceder, pero si pueden verse afectados por las entidades que salen de ahí.
Suzume se une a Sōta, haciendo de esto una especie de película de carretera, en la cual la dupla va de ciudad en ciudad intentando controlar las fuerzas que amenazan con salir de las puertas y causar destrucción. Sin más compañía que una silla recuerdo de la infancia de Suzume y un macabro gato parlanchín llamado Daijin, el viaje que emprende la joven se convierte en uno de introspección a sus propios traumas de la infancia y a la sensación de estar paralizada reviviendo un momento de pérdida devastador.

Suzume es una película brillante por la manera en que hace que el viaje emocional de su protagonista se convierta en un relato universal de resiliencia y afrontamiento del trauma. Resulta esperanzadora y optimista sin ser condescendiente, y oscura y amarga sin ser miserable. Shinkai balancea un simpático sentido del humor con el drama; la película es una comedia efectiva, madura y juguetona gracias a la personalidad espontánea de Suzume que contrasta con la actitud estoica de Sōta, así como por el humor visual de la película.
Shinkai estudia el dolor de manera colectiva al hacer referencia a los desastres naturales sufridos por Japón, específicamente el terremoto y tsunami ocurridos en 2011. Esto se hace desde la prudencia y la empatía, contemplando la manera en que la tragedia queda arraigada en los pueblos, viviendo bajo la zozobra de sus pérdidas materiales y personales, y sobre el miedo de que la inhóspita naturaleza pueda volver a cambiarles la vida.
Sōta y Suzume lidian con la ansiedad en diferentes formas y niveles. El guion permite entender sus motivaciones, angustias y anhelos sin ser obvio, empatizando con lo que cada uno está buscando de manera inconsciente en su viaje. La película habla de cómo podemos ser consumidos por el miedo a la muerte, y este puede detener por completo nuestras vidas.
Visualmente, Suzume está repleta de escenarios electrizantes, desbordados de color, diseñados para transmitir una gama de emociones, desde sosiego hasta terror. La banda sonora de Kazuma Jinnouchi y Radwimps merece mención. Sus sonidos tribales, orquestales, jazz y electrónicos se fusionan para crear una experiencia auditiva sensacional.
La metáfora que Shinkai plantea con la puerta como un elemento simbólico es sutil y hermosa por la forma en que permite reflexionar sobre los procesos de “cierre”. Se habla mucho de “dejar atrás” lo que nos atormenta y fingir que el pasado es incapaz de perseguirnos. No obstante, el dolor sigue detrás de esa puerta que insistimos en cerrar o ignorar. Las puertas en Suzume representan el miedo a la muerte, natural para los humanos, imposible de ignorar y con el cual tenemos que aprender a convivir. Para esto, abrirnos ante el mundo y las personas es vital, y así como en su consagrada obra Your Name, Shinkai logra un desenlace conmovedor sobre la belleza de conocer a alguien que pueda hacer tenerle menos miedo a la vida.

Psicólogo desde 2018, cinéfilo de toda la vida. Se graduó en 2018 en Maracaibo, Venezuela. Tiene 24 años. Apasionado por el cine independiente y los documentales. Entre sus cineastas favoritos se encuentran Richard Linklater, Ken Loach, Kelly Reichardt, Michael Haneke y Céline Sciamma, los cuáles aprecia por su sinceridad y humanismo al entender a las personas con sus complejidades.
La película Boyhood (2014) le hizo darse cuenta de la capacidad de belleza que tiene el cine, aunque su fascinación por escribir y leer historias que le transporten a otros lugares viene desde su infancia. Le gustaría conocer cine de todas partes del mundo y especializarse en psicología clínica infantil, y quizá, algún día, escribir un guion inspirándose en sus ídolos del séptimo arte.