Mama Weed: risa, acción e Isabelle Huppert
Dirección: Jean-Paul Salomé.
Guion: Hannelore Cayre, Jean-Paul Salomé.
Elenco: Isabelle Huppert, Hippolyte Girardot, Farida Ouchani, Iris Bry, Kamel Guenfoud, Lilliane Rovére, Youssef Sahraoui.
País: Francia.
Palomómetro: 
Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt9288726/
Para su más reciente largometraje, el cineasta francés Jean-Paul Salomé tomó la novela La daronne de Hannelore Cayre, con Isabelle Huppert como protagonista, para adentrarnos en una comedia policiaca sobre una mujer que le da un giro a su vida cuando se le presenta una extraña oportunidad en el trabajo.
Patience Portefeux (Huppert) trabaja como intérprete para la policía francesa. Sus labores se basan en escuchar y transcribir conversaciones telefónicas para el departamento antidrogas. Es un trabajo sencillo, pero para la situación económica de Patience, resulta mal pagado e insuficiente. Viuda, con deudas heredadas de su esposo, y su madre viviendo en una casa de retiro que cada vez cuesta más solventar, la vida de nuestra protagonista no es envidiable, pues vive preocupada y estresada por las cuentas. Hasta que un día se transforma en la oportunidad de ayudar al hijo de una conocida, dándole un giro a sus circunstancias.
El equipo para el que Patience traduce está detrás de un gran cargamento de droga, llevan semanas con la investigación y están a punto de cerrala con éxito. En una conversación, Patience descubre que quién transporta la mercancía es el hijo de Khadidja (Farida Ouchani), la cuidadora de su madre. Con la intención de ayudarlos e impulsada por la necesidad económica, se transforma de una sencilla intérprete en una extravagante traficante. En medio de esta transformación somos testigos de una serie de situaciones que, aunque cómicas, nos mantienen en tensión por el temor de que Patience sea descubierta.
Mama Weed inicia en un tono serio que deja en el espectador la impresión de estar viendo una serie criminal al estilo CSI, pero avanzados los minutos se transforma en una comedia con situaciones surrealistas. El filme no es una comedia hilarante que busque bombardear en todo momento al espectador con chistes, más bien es una película sencilla que cuenta con pequeños toques de crítica. A pesar de que tiene todo para ser inolvidable, algo pasa con su narración, tiempos y desarrollo de algunos de sus personajes que impiden que Mama Weed despegue con fuerza, entregando un producto disfrutable a secas.
Aquellos elementos que resaltan y evitan que abandones la historia son el dominio y balance entre el género policiaco y la comedia, y por supuesto la interpretación de Huppert como Patience. Con este personaje, la actriz consolidada deja claro que no solo domina el drama, sino también la comedia. Gracias a su actuación, la cinta sale airosa, pues se hace cargo de la película y la dota de momentos ligeros y disfrutables.
Mama Weed hace una pequeña reflexión sobre la sociedad parisina y sus métodos policiales. Además, la representación de los personajes femeninos está marcada por una relación de sororidad. Patience, Khadidja y Colette (Jade-Nadja Nguyen), la administradora china del edificio donde vive Patience, son tres madres encargadas de sacar adelante a sus familias como puedan, en medio de un mundo masculino. Aunque esto signifique traspasar la línea entre lo legal e ilegal, son ellas quienes se protegen y cuiden entre sí mismas.
Principalmente, la cinta rompe con el estereotipo y nos regala una protagonista madura, fuerte y valiente, segura de sí misma y que no necesita ser rescatada. Al ver Mama Weed, el espectador no morirá de risa, pero sí pasará un buen rato con Isabelle Huppert como la daronne (la madre), dejando un buen sabor de boca, incluso si le falta fuerza a su historia.
Ale Stardust (como Ziggy de David Bowie) ama el cine y las series más que la comida. Fueron ellos quienes la acompañaron la mayor parte de su infancia y ahora le regalan un escape de la vida adulta. Fan de Harry Potter, los tatuajes, la lucha libre, creyente de la magia y de las películas de Hugh Grant, después de haber querido ser chef, historiadora y Power Ranger, se decidió por Ciencias de la Comunicación (por supuesto en la UNAM). Ahora pasa sus días intentando escribir sobre lo que ve y soñando con ser como Jo March.