La tragedia de Macbeth: Joel Coen presenta la adaptación definitiva de la obra de Shakespeare
Disponible en: Apple TV+.
Dirección: Joel Coen.
Guion: Joel Coen, con base en la obra de teatro de William Shakespeare.
Elenco: Denzel Washington, Frances McDormand, Bertie Carvel, Kathryn Hunter, Harry Melling, Miles Anderson, Corey Hawkins, Brendan Gleeson, Alex Hassell, Stephen Root, Lucas Barker.
País: Estados Unidos.
Palomómetro:
Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt10095582/

Entre nubes y niebla se desarrolla La tragedia de Macbeth, la más reciente adaptación de Macbeth, la obra clásica de William Shakespeare. En esta ocasión, Joel Coen emprende su camino en solitario para traer a la vida su interpretación del hombre ambicioso que pierde la cordura en un esfuerzo caracterizado por una aproximación económica y minimalista, más enfocado en la interpretación de sus actores que en la construcción abrumadora de su universo. Esto no implica que el diseño de producción a cargo de Stefan Dechant sea olvidable. Al contrario, estamos ante uno de los escenarios más imponentes del año.
Coen aborda su adaptación como si se tratase de una puesta en escena teatral. Juega ingeniosamente con los elementos aparentemente escasos que tiene a su disposición: maquetas, escenografías discretas, espacios abiertos y vacíos, y la imaginación de la audiencia. En muchas ocasiones, la película recuerda al experimento realizado por Joe Wright en 2012 con Anna Karenina, aunque más discreto y elegante. Coen se va por la ruta sobria para activar el involucramiento de la mente e intuición del espectador, manteniéndose en locaciones limitadas, con pocos recursos y múltiples trucos cinematográficos. Ningún objeto es desperdiciado y todo movimiento de cámara está fríamente calculado.
Filmada en blanco y negro – decisión creativa que se fusiona con el acercamiento íntimo y ancestral de la obra–, La tragedia de Macbeth inicia con una pantalla negra y las voces de las brujas (Kathryn Hunter) que sellan el destino de Macbeth (Denzel Washington). Después, se presenta un cielo gris que significa el primero de muchos engaños visuales acompañado de pájaros negros como agüeros continuos. Ya sea como transiciones de una escena a otra, indicaciones de la evolución mental del general convertido en rey, o apariciones de las brujas, estos son distintivos evocadores de la cinta, presentados bellamente por la fotografía a cargo de Bruno Delbonnel.
La historia ya la conocemos, pero vale la pena repasarla. Después de derrotar al traidor Lord de Cawdor, Macbeth y Banquo (Bertie Carvel) se encuentran en su camino con tres brujas. Estas les comparten una profecía: Macbeth será rey de Escocia y Banquo fundará una línea de reyes. Ante tales palabras, Macbeth asesina al Rey de Escocia (Brendan Gleeson), impulsado por la ambición de su esposa, Lady Macbeth (Frances McDormand). Sin embargo, una vez que Macbeth adquiere la corona escocesa, empieza a perder la razón y la desconfianza en todos los demás carcome su consciencia. Efectivamente atestiguamos lo trágica que se vuelve su exitosa vida desde el momento en que las brujas se le cruzan en el camino.

Sin duda, Denzel Washington y Frances McDormand son dos de los mejores actores contemporáneos, y aquí lo demuestran al recitar los diálogos complicados de Shakespeare, pulidos por el mismo Coen, de manera coloquial. En este punto destaca la interpretación de Washington, quien imprime su naturalidad y sus ademanes para hacer suyo el personaje. Por su parte, McDormand, aunque nunca demuestra un grado de locura abrumador, se maneja con pericia y dinamismo. La realidad es que lo hacen ver fácil. Quizá excesivamente fácil.
Más allá de parecer una pareja en la plenitud de su relación, Washington y McDormand presentan a un matrimonio de años, asentado en su familiaridad y compañía, y resignados a la realidad de no tener un heredero. Aunque este acercamiento es refrescante, desgraciadamente estos titanes no comparten química, dejando de lado la relación íntima que se supone comparten y más bien brillando por su cuenta.
El dúo está rodeado de algunas de las caras más prometedoras de hoy, además de veteranos como Brendan Gleeson y Stephen Root. Harry Meling sigue construyendo una carrera emocionante e intrigante, aquí apareciendo como el heredero legítimo de la corona. Corey Hawkins, con un papel breve, pero primordial, se enfrenta a Washington en la parte más impresionante y visualmente drástica de la cinta. Bertie Carvel como Banquo rompe el corazón al ser la representación de la consciencia y la lealtad perdida de Macbeth.
Aun con un diseño de producción económico y desnudo, las escenografías geométricas, inmensas y frías se vuelven instantáneamente distintivas. Coen juega con la iluminación, las sombras y las figuras para llenar su cinta de simbolismo.
La tragedia de Macbeth es una adaptación igualmente sobria como inventiva. Coen se aleja del ritmo y el tono al que nos tenía acostumbrados en dupla con su hermano Ethan para presentar una propuesta clásica y sombría. Sus decisiones cinematográficas se contradicen entre la creatividad discreta y la majestuosidad, la presunción y la discreción. El cineasta se recarga en la disposición del espectador en dejarse convencer por esta propuesta osada, y aunque es retadora al inicio, cautiva rápidamente.
Originaria de la Ciudad de México, Alessandra considera al cine como su gran amor. Fanática empedernida de Paul Newman y La Momia (1999), y dueña de una facilidad envidiable para aprenderse diálogos innecesarios para la vida real, en 2017 fundó Palomita de maíz. Aquí escribe constantemente sobre cine y televisión. También pueden encontrar sus palabras en sitios como InSession Film, Filmotomy, Cherry Picks y Screen Queens.