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Beautiful Boy: siempre serás mi hijo – una cinta de superación que no despega por completo

Escrito el 7 marzo, 2019 @alessandra_kr

Disponible en:

Director: Felix van Groeningen

Elenco: Steve Carrell, Timothée Chalamet, Maura Tierney, Amy Ryan, Oakley Bull, Christian Convery.

País: Estados Unidos

Duración: 120 min.

Palomómetro

Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt1226837/

Timothée Chalamet irrumpió en las pantallas de cine con Call Me by your Name hace un par de años, y nos dejó intrigados con su aparente talento y naturalidad. Ahora, en Beautiful Boy: siempre serás mi hijo, nos deja ver de nuevo la chispa que lo ha vuelto la sensación del momento, pues a pesar de que la película no está a la altura de su interpretación, se ha vuelto un placer ver lo que este joven actor tiene que ofrecer.

La película toca un tema difícil de presentar, y especialmente, complicado de digerir: la adicción a las drogas. Sin embargo, le da un giro al enfocarse no sólo en la víctima, sino también en los familiares que sufren con él la enfermedad. A pesar de esto, lo que pudo haber sido un enfoque más emotivo, resultó desfavorecedor, pues las decisiones que los familiares toman son frías y calculadoras, lo que hace que se desarrolle cierta animosidad hacia ellos. Se distingue su sufrimiento, pero no se comparte la manera en que lidian con éste.

Beautiful Boy: siempre serás mi hijo está basada en los libros escritos por Dave y Nic Sheff padre e hijo respectivamente, sobre la adicción de Nic (Chalamet) a las drogas. A lo largo de la película somos testigos del gradual descenso del joven en el mundo de la metanfetamina, de las constantes mejoras y caídas, así como de la manera en que esto afecta al estado emocional de su padre (Steve Carrell).

La película presenta muchas contradicciones, pues mientras que en ocasiones se siente real y conmovedora, en otras es manipuladora, en especial cuando se presentan flashbacks a la niñez de Nic. Se entiende que estas escenas buscan demostrar el gran vínculo entre padre e hijo, y más cuando el punto de vista principal es el del padre; sin embargo, estas escenas son manipuladoras y sosas, además que no abonan nada especial a la película.

De igual forma, la pasividad “activa” de David es desesperante. El señor busca comprender la drogadicción de Nic, pero al momento de tener que ofrecer su ayuda, sus reacciones son frías, calculadas y dolorosas de ver. La preocupación de David únicamente sirve para que esté afligido y deprimido, pero no para estar activo en la recuperación de su hijo.

La actuación de Timothée Chalamet es extraordinaria. Este joven actor se compromete con el personaje y no escatima en lo que tiene que hacer para presentar a alguien enfermo y perdido. Honestamente sigo indignada de que lo hayan ignorado para los Premios Óscar, pues es sin duda lo mejor de la película. En cuanto a Steve Carrell, no estoy del todo satisfecha con su actuación, pues como se mencionó, su pasividad es exasperante; de hecho, pareciera que su objetivo fue controlar y apagar cualquier emoción intensa.

Por muy gráfica o realista que esta cinta pueda parecer, pues las escenas de consumo de drogas y las constantes recaídas de Nic son impresionantes, no se puede ignorar el hecho de que se presenta una historia privilegiada. Las condiciones de vida de esta familia son favorables, al ser parte de la clase media alta de Estados Unidos. El apoyo económico y las decisiones tomadas a lo largo de la cinta dejan claro que esta historia no es tan identificable por el resto de la sociedad. Más bien el mensaje sería que la adicción a las drogas puede afectar a quien sea, sin importar su estrato social y sin importar que aparentemente tengan todo al alcance de sus manos.

La edición de la cinta puede resultar problemática, pues se presentan diversos saltos en el tiempo que pueden crear confusión. En muchas ocasiones no se sabe qué momento de la historia estamos viendo, o si lo que se presenta es el futuro o un sueño frustrado. Al no presentar una distinción en la narración se pierde la cronología por completo.

Por último, a pesar de que la película es vendida como una historia de superación, este momento nunca se presenta en pantalla. Una y otra vez nos dicen que lo más difícil que Nic puede hacer es superar su drogadicción; sin embargo, la película nunca cubre esa parte. Por esto, no sabemos qué es lo que hace para salir adelante. El largo camino de la recuperación se ve reducido a un par de líneas de explicación. Consecuentemente, más allá de ser una película de superación, más bien es una película sobre la adicción, lo cual no tiene nada de malo. Simplemente nunca se presenta lo que se promete a lo largo de la cinta.

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