July 22: una mirada desgarradora a la crueldad y a la resistencia humana
Disponible en:
Director: Paul Greengrass
Elenco: Anders Danielsen Lie, Jonas Strand Gravli, Jon Øigarden, Maria Bock, Thorbjørn Harr, Seda Witt, Isak Bakli Aglen, Ola G. Furuseth.
País: Reino Unido, Noruega, Islandia
Duración: 143 min.
Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt7280898/
El debate continuo sobre el estreno de películas en Netflix, en vez de en salas de cine, me tiene ofuscada y entre las cuerdas, pues estoy consciente sobre los pros y contras de cada escenario. La última película de Paul Greengrass, July 22, es el perfecto ejemplo de esta paradoja. Definitivamente me hubiera encantado verla en la pantalla grande. Sin embargo, si no hubiera sido por Netflix, seguramente no hubiera salido y Greengrass no hubiera contado con la libertad creativa para presentar esta historia de la manera en que él quería. Lo que queda claro al final de la cinta, es que esta historia debía ser contada y los sucesos que narra la vuelven relevante.
July 22 es una mirada dramatizada a los ataques terroristas del 22 de julio de 2011 en Noruega. La película se centra en tres personajes: 1) el terrorista de extrema derecha, Anders Behring Breivik, quien situó una bomba fuera del edificio del poder ejecutivo en Olso, y después asesinó a sangre fría a adolescentes en un campamento de liderazgo en la isla de Utøya; 2) Viljar Hanssen, una de las víctimas y sobrevivientes de la matanza en la isla; y 3) el Primer Ministro de Noruega, Jens Stoltenberg, quien lidió con la crisis política y social de los habitantes del país. Al final, estos ataques reclamaron la vida de 77 de personas (la mayoría adolescentes): 69 en Utøya y 8 en Oslo.
A pesar del tema tan desolador y crudo, July 22 se enfoca en la superación de esta tragedia. Para esto, el personaje de Viljar Hanssen funciona como guía y representación de toda una nación (¿o planeta?) en duelo, confusión, enojo y posterior resignación. La montaña rusa de emociones por las que pasa este muchacho, de ser un adolescente apreciado por todos sus compañeros, recibir cinco disparos y perder a sus mejores amigos en el ataque, hasta aceptar sus circunstancias y encontrar el deseo de vivir, es difícil de ver. De hecho, todo cinismo e insensibilidad que manejo en la vida diaria se fue por la ventana, pues estos sentimientos son comprensibles y fáciles de encontrar en uno mismo.
A pesar de que la mayor parte de las más de dos horas de la película están centradas en los sucesos posteriores a la tragedia, los primeros 20 minutos son los más espeluznantes y escalofriantes que he visto en mucho tiempo (y el hecho de que sean muy similares a los sucesos reales le añaden una capa de pánico y psicosis). Greengrass no ofrece mucho contexto o antecedentes. Simplemente vemos a los personajes un día antes del ataque, haciendo sus preparativos que los llevará a los momentos definitorios de la historia. Y así de rápido, se presentan varios saltos cronológicos para llegar a las escenas de pesadillas de los ataques terroristas. Las escenas de los asesinatos de los niños y adolescentes son muy gráficas, y por lo mismo, son difíciles de ver y tolerar. En mi experiencia, a partir de estos momentos las lágrimas brotaron cual cascada y no dejaron de aparecer intermitentemente a lo largo de toda la película.
Esta película va en la misma línea de United 93, cinta de Greengrass sobre los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. En esta ocasión Greengrass vuelve a hacer uso de su antecedente documental y regresa a sus inicios cinematográficos. El uso de actores prácticamente desconocidos para la audiencia, y la presentación fría y objetiva de los hechos hacen que esta película se sienta en ocasiones como un documental. Sin embargo, las emociones y el diálogo ofrecen una mirada tanto al dolor, angustia y miedo, así como a la esperanza, amor y fortaleza humana. De igual forma, muchos de los personajes bien podrían ofrecer un enfoque interesante alterno a lo presentado. En especial destacan el abogado y la mamá del terrorista, así como una refugiada víctima de los ataques. A pesar de que no se desarrollaron a profundidad, ofrecieron personajes complejos e intrigantes que levantan cuestionamientos éticos y morales.
Ya sabemos que esta película se centra en los sucesos, y en la gente, de Noruega. No obstante, ese escenario se podría intercambiar por múltiples lugares del mundo y contar con los mismos resultados desconsoladores. Por esto, July 22 funciona como un recordatorio sobre los discursos de intolerancia, racismo y xenofobia de algunos grupos de extrema derecha, en especial en Europa y Estados Unidos. El terrorista Anders Behring Breivik es un ser despreciable y egocéntrico que no desprende ni una gota de simpatía, y afortunadamente Greengrass no nos presiona para sentir empatía por esta persona, más bien lo ocupa como objeto de la lección social: el resto de los personajes se hacen cargo de demostrar que no ganó esta batalla funesta y venenosa. A través de acciones de solidaridad, apoyo y cariño, los afectados demuestran que pueden salir adelante.
July 22 es una mirada dura a los sucesos del 22 de julio en Noruega. No obstante, más allá de eso, esta película es un recordatorio de humanidad y fortaleza humana ante estos sucesos intolerantes que son cada vez más comunes. De esta forma, más que enfocarse en una nacionalidad, la película es un mensaje para todo el mundo. En estos momentos de odio, el amor y la fortaleza humana harán que salgamos adelante.
Originaria de la Ciudad de México, Alessandra considera al cine como su gran amor. Fanática empedernida de Paul Newman y La Momia (1999), y dueña de una facilidad envidiable para aprenderse diálogos innecesarios para la vida real, en 2017 fundó Palomita de maíz. Aquí escribe constantemente sobre cine y televisión. También pueden encontrar sus palabras en sitios como InSession Film, Filmotomy, Cherry Picks y Screen Queens.