The Lord of the Rings: The Rings of Power (recapitulación 1.06): Udûn
Disponible en: Prime Video.
Creadores: J. D. Payne y Patrick McKay.
Dirección: Charlotte Brändström.
Guion: Nicholas Adams, Justin Doble, John D. Payne, Patrick McKay.
Elenco: Morfydd Clark, Ismael Cruz Córdova, Cynthia Addai-Robinson, Joseph Mawle, Nazanin Boniadi,Charlie Vickers, Maxim Baldry, Lloyd Owen, Geoff Morrell, Tyroe Muhafidin
Temporada 1, episodio 6.
Palomómetro:
Más información de la serie: https://www.imdb.com/title/tt11609042/
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Esta recapitulación contiene spoilers acumulados de la saga de El Señor de los Anillos.
El veredicto: El episodio más ambicioso de la serie muestra, por fin, a la Tierra Media como escenario de batalla.
Los pros del episodio: Las composiciones de Bear McCreary han acompañado magistralmente todas las escenas de acción y drama. El final del capítulo es, probablemente, la secuencia más cinematográfica de toda la serie.
Los contras del episodio: Si bien ya se han unido varias tramas, es inevitable notar que el resto de las historias han quedado descuidadas, con únicamente dos episodios restantes para cerrar la temporada.

Después de mucha anticipación, llegó el momento de la batalla en The Lord of the Rings: The Rings of Power en Udûn, el sexto episodio de la temporada. Tras la reunión de varios de los personajes principales y de que Adar pusiera su gran plan en marcha, por fin estamos ante el mayor indicio de que el momento de Sauron se acerca. El final del episodio muestra la erupción de Orodruin, el Monte del Destino, lugar donde el Anillo Único fue forjado.
El capítulo inicia con Adar, a quien la serie le ha otorgado una narrativa por lo menos fascinante. Se dirige a sus “hijos” antes de ir a la torre de Ostirith con un reclamo que parece más el de un libertador que el de un malvado y violento manipulador. Más adelante en el episodio entenderemos por fin más sobre sus motivaciones. Lo cierto es que su irrupción en Ostirith fracasa porque Arondir organizó oportunamente una defensa que permitió a los refugiados salir de la torre y volver a su aldea para protegerse de los próximos ataques de los orcos.
Los barcos de Númenor están por llegar a la Tierra Media y Galadriel tiene un encuentro con el ansioso Isildur, mientras la reina Míriel hace los preparativos para recibir a su ejército una vez que llegue a tierra. Bronwyn y Arondir organizan a los aldeanos para pelear y protegerse, aprovechando que cuentan con la ventaja de la luz del día. Mientras, los intentos de Arondir por destruir el objeto deseado por Adar son inútiles, por lo que se decide a esconderlo sin notar que Theo lo está siguiendo con atención.
Bronwyn anima a su hijo quedarse en la taberna, encargándole proteger a los niños y ancianos. Por su parte, Arondir motiva a la gente del pueblo ante su inevitable enfrentamiento con los orcos. A pesar de la inminente amenaza que conlleva la batalla, y después de haberse preparado para ella, Arondir y Bronwyn ven hacia el futuro con esperanza y cierto romanticismo.
Cuando cae la noche y los orcos cruzan el puente de la aldea, la defensa organizada parece funcionar, pero cuando todo parece controlado, Arondir descubre el cruel escenario de batalla: Adar había enviado como señuelo a los aldeanos que le juraron lealtad.
El ataque de los orcos se intensifica y toma desprevenidos a los aldeanos horrorizados. En el ataque, una flecha alcanza a Bronwyn, Arondir la lleva a la taberna a refugiarse con Theo y el grupo que se mantuvo a salvo del primer ataque.
Mientras que Theo y Arondir intentan salvar a Bronwyn, se puede ver al ejército de Númenor cabalgando hacia las Tierras del Sur, pero no lo suficientemente rápido para evitar que Adar tome la aldea. Ante la amenaza de matar a una apenas recuperada Bronwyn, Theo le entrega a Adar el objeto que tanto buscaba.

Cuando Adar se da el tiempo de encargarle una misión a Waldreg –el personaje más obsesionado con Sauron, después de Galadriel – todos en la taberna parecen condenados a morir por los orcos, pero los soldados de Númenor, con Galadriel a la cabeza, llegan a la aldea y pelean contra los orcos. Arondir advierte el intento de huir de Adar, por lo que le avisa a Galadriel. Ella se apresura a capturarlo, pero es Halbrand quien lo desmonta y acorrala. Galadriel evita que le haga daño para interrogarlo.
Tras la batalla, algunos orcos son capturados y las fuerzas de Númenor se organizan. Luego de haber demostrado valor, Isildur integra un grupo de búsqueda de los orcos que huyeron de la villa, comandado por Galadriel. Los amigos, emocionados ante su visión de la Tierra Media, deben esperar las órdenes de su comandante, quien primero se dedica a interrogar a su prisionero.
Es en el cara a cara de Galadriel y Adar cuando finalmente tenemos cierta información que había sido elusiva para la audiencia hasta el momento: Galadriel reconoce a Adar como uno de los primeros orcos –elfos corrompidos por Morgoth –, tal como parecían indicar todas las pistas del personaje hasta el momento.
Adar le confirma a Galadriel que no es Sauron y, para sorpresa de todos, tampoco parece estar trabajando en su nombre. De hecho, revela que los intentos de Sauron por “purificar el mundo” tras la derrota de Morgoth causaron el daño de “sus hijos”, lo que ocasionó que Adar, de acuerdo con su versión, matara a Sauron, lo que por supuesto resulta difícil de creer tanto para Galadriel como para la audiencia. Sin embargo, Adar parece convencido no solo de eso, sino de que él y sus “hijos” merecen dominar el mundo.
Entonces ocurre un intercambio revelador: Adar sostiene que él y los uruk (orcos) tienen tanta dignidad como las otras creaciones, por lo que sus ansias de un lugar en el mundo son válidas. Galadriel es distante e incrédula ante la posibilidad de que Adar o los orcos tengan algo cercano al libre albedrío y finalmente define a los orcos como un error y la representación de una burla a la creación. Adar le señala que él no parece ser el único corrompido por la maldad de Morgoth, provocando su ira. Si no fuera porque Halbrand la detenie, Galadriel parece dispuesta a acabar con él.
Cuando están solos, Halbrand y Galadriel tienen un acercamiento en el que revelan sus sentimientos, más similares de lo que creen. Este momento resulta curioso para dos personajes constantemente guiados por su ira, pero son interrumpidos por los soldados de la reina. La aldea se reúne para celebrar, Galadriel le entrega a Arondir el paquete que tenía Adar consigo y, luego de conversar con Theo sobre la decisión que tomó y el efecto que el objeto tuvo en él, Arondir determina que Theo debe ser quien lo entregue a los númenóreanos para que se deshagan de él en el mar.
La aldea celebra la llegada de Halbrand como el príncipe prometido de las Tierras del Sur, nombramiento que hace una recuperada Bronwyn junto a la Reina Míriel. Mientras Elendil e Isildur hablan y recuperan la confianza entre ellos, Theo descubre que el paquete que Adar guardaba era un señuelo. Vemos que Waldreg huyó con el objeto y lo llevó nuevamente a Ostirith para utilizarlo como una especie de llave. Esto produce una reacción en cadena en toda la región, finalmente ocasionando la erupción de lo que se reconoce como Orodruin, el Monte del Destino. La secuencia final cierra con el fuego de la erupción consumiendo todo a su alrededor, mientras que Galadriel se da cuenta de que la verdadera amenaza está por llegar.

Pensamientos adicionales:
* Aunque estamos ante un capítulo indudablemente ambicioso, se debe admitir que esto ocurrió precisamente porque la serie se enfocó en un escenario bajo la premisa de un evento único: la batalla en las Tierras del Sur.
* Sin dudas, la narrativa de Adar no solo representa una sorpresa, sino un cambio radical en la imagen que los fans de la trilogía dirigida por Peter Jackson, e incluso muchos lectores de los libros de Tolkien, tienen de los orcos. Por un lado, Jackson los representó en el cine como una especie de zombies sin voluntad y con cierto tono cómico; por otro lado, la idea literaria de su origen y naturaleza es más cercana a la que tiene Galadriel. Sin embargo, la serie elabora sobre la idea del libre albedrío y la dignidad. ¿Se trata todo de un delirio de Adar intentando aferrarse a su naturaleza? ¿O tiene algún asidero pensar que los orcos pueden ser algo más que la representación de la creación maligna? Es la primera conversación interesante y arriesgada que la serie instala para diferenciarse a sí misma y construir una identidad propia.
* Es evidente que, incluso creyendo la versión de Adar sobre Sauron, este personaje no está muerto. Adar lo pudo haber debilitado en su forma física, pero sabemos que se requiere más que eso para acabar con alguien que tiene el poder y la naturaleza de Sauron. Es más, incluso sin saberlo o quererlo, Adar parece seguir trabajando para ejecutar los planes de Sauron. ¿Dónde estará? ¿Qué pasará? Y ¿qué misterios habrán?… Lo sabremos en los próximos capítulos.

Lourdes Yactayo es una abogada y escritora peruana. Creció leyendo noticias y libros de fantasía. Su amor por el cine y las películas se forjó desde niña por la apasionante descripción de su madre acerca de sus visitas juveniles al cine para ver Lawrence de Arabia, Zorba el Griego, además de otros clásicos.
Motivada principalmente por la literatura de J.R.R Tolkien, empezó a escribir, desde adolescente, editoriales sobre literatura y luego, artículos sobre Derecho.
Entusiasta de la Historia, las películas bélicas y las referencias literarias en cualquier película o serie de televisión. Disfruta ver películas con sus sobrinos y volver a leer Matar a un Ruiseñor de Harper Lee, cada vez que tiene oportunidad. Considera que su mayor logro personal en Internet es la creación de un hilo sobre la serie Succession y las películas nominadas al Óscar 2020.