Swiss Army Man: la armonía entre lo ordinario y extraordinario

Seis años antes de Todo en todas partes al mismo tiempo (2022), la dupla directoral compuesta por Daniel Kwan y Daniel Scheinert estrenó su ópera prima: Swiss Army Man (2017). La película protagonizada por Paul Dano y Daniel Radcliffe introduce inquietudes temáticas y rasgos estilísticos que hacen eco en la más reciente obra de los directores.
Desde su idiosincrático manejo de un concepto inverosímil, pasando por la fuerte influencia de los videos musicales de los directores, hasta las entrañas temáticas de las cintas representadas a través del estado emocional de sus protagonistas, los puntos en común entre ambos filmes hacen aún más enriquecedor analizar Swiss Army Man en retrospectiva. Esta cuenta la travesía de un náufrago llamado Hank (Dano) quien, con ayuda de Manny (Radcliffe), su debatiblemente fallecido compañero con habilidades extraordinarias e ideales para la sobrevivencia, busca regresar a la civilización.
Con su filme debut, Kwan y Scheinert demostraron talento para aterrizar el concepto extravagante de la trama en lo que termina por ser el antitético núcleo temático de su elección: la cotidianidad. Swiss Army Man retrata a un protagonista emocionalmente desolado que termina por encontrar consuelo, alivio y salvación en la cotidianidad al narrársela a Manny, quien cuestiona al mismo tiempo que se deje cautivar por actividades cotidianas de la sociedad contemporánea, como la interconectividad tecnológica o los viajes en el transporte público.
A través de Hank, la historia se permite representar la figura del narratólogo, con lo cual es sencillo que puedan identificarse Kwan y Scheinert. Los directores estadounidenses han hecho dos largometrajes que, como Hank, reflejan deleite por la cotidianidad y la necesidad de capturar de la manera más opulenta posible los detalles que provocan dicho deleite.

La interacción entre la fisicalidad y la música que Kwan y Scheinert acarrean de su experiencia como directories de videos musicales es un factor crucial a lo largo de su corta carrera cinematográfica. Swiss Army Man actúa, de momentos, como un musical a raíz de su insistencia por contar con música diegética que haga avanzar la trama. La banda sonora de la cinta es una de las más sobresalientes de los últimos años porque su interacción orgánica con los personajes y la diégesis en general provoca que la audiencia compre que pudo haber sido creada por los protagonistas. La coexistencia entre música, trama, edición y presencia de los personajes en Swiss Army Man hace lógico que los directores se hayan inclinado hacia la acción para su siguiente cinta.
En conjunto, Swiss Army Man y Todo en todas partes al mismo tiempo son llamados de auxilio ante lo abrumadora que resulta la existencia dentro de la civilización contemporánea. Ninguno de las dos cintas presume tener algún tipo de solución sistemática; sin embargo, retratan el refugio que pueden ser las conexiones interpersonales y tratan de encapsular la belleza presente en los pequeños detalles de la cotidianidad a través y gracias al contraste de sus conceptos extravagantes.
Por su parte, Swiss Army Man reconoce la capacidad y alcance que tienen las historias para embotellar la fantasía que puede encontrarse en los actos más ordinarios al representar a un desolado protagonista que, al relatarle la existencia rutinaria a su compañero para sobrevivir, termina hallando sus encantos precisamente a través de su narratología.

Alejandro se dedica a nutrir su cinefilia con todo tipo de cintas y revisitar aquellas que lo cautivaron, por lo que termina viendo una cantidad excesiva de películas cada año. Escribe desde temprana edad para publicar sus reseñas en redes sociales. Intenta ir al cine lo más seguido posible.