Sin tiempo para morir: cómo el vestuario explora la historia
Uno de los hilos conductores a lo largo de la historia del agente secreto más conocido del mundo es su particular manera de vestir. Desde Sean Connery hasta Daniel Craig, los encargados del diseño de vestuario de 007, las figuras femeninas que lo acompañan y los villanos que complementan las historias han brindado atuendos arriesgados, icónicos y glamurosos para cada época.
James Bond ha servido como una imagen fuerte, arraigada en el imaginario social de lo que se conoce como atractivo, elegante y clásico, construyendo un legado en la historia de la moda a través de las 25 películas que, hasta el momento, plasman su historia.

Dirigida por Cary Joji Fukunaga, la despedida de Daniel Craig ofrece una historia llena de secretos, lazos sentimentales, amor, redención, perdón y, por supuesto, acción. Sin tiempo para morir presenta a Bond como un ser humano, no como un gran espía. Más bien, es un hombre que posee un amplio abanico de emociones, siendo un reto para la diseñadora de vestuario, Suttirat Anne Larlarb (127 horas, Slumdog Millionaire), conseguir el balance entre los estados emocionales y las secuencias de acción, sin descuidar ningún componente.
Al hablar de un agente secreto, lo esperado sería que pasara desapercibido. No son las prendas las que definen al personaje; es más bien como las luce. El vestuario agrega capas que se interponen y, en algunos momentos, desaparecen a favor del entendimiento de las tramas personales y el sentido del grupo con las particularidades que los definen. La visión de la diseñadora estadounidense destaca es su invitación a resaltar la llegada de los nuevos personajes con atuendos llamativos y reveladores, mientras que los personajes anteriormente presentados, incluyendo el mismo protagonista, se mantienen en la línea clásica, apostando por combinaciones seguras.
La despedida de Daniel Craig
En los primeros minutos de la cinta observamos a Bond en una faceta diferente, a lo que corresponde un estilo casual y relajado. Bond pasea por una paleta de color ocre hasta tonalidades azules, ideales para un ambiente mediterráneo y una actitud de un caballero sin pretensiones especiales. El traje de tono tostado combina perfectamente con el contraste de una camisa azul cerúleo, pero, aún así, no es el traje lo que lo define. En el momento de la persecución es cuando volvemos a ver realmente al espía, actuando y respondiendo conforme la situación y utilizando el atuendo como medio donde fusiona lo que es, lo que hace y cómo lo hace.

De regreso al servicio de su majestad, encontramos la imagen de Bond como la que conquistó al mundo: con una chaqueta estilo O’Connor, la cual tiene características peculiares gracias a su silueta estrecha tanto en las hombreras como en las solapas y una cintura ajustada, que se convirtió en la selección personal de 007.
Una de las grandes alianzas durante la era Craig fue la unión creativa con Tom Ford, quien se caracteriza en su línea masculina por diseños entallados e impecables, definidos por la sensualidad, lujo y contemporaneidad. Sin tiempo para morir es la cuarta colaboración consecutiva donde el diseñador presenta trajes de gala hechos a la medida, accesorios casuales y prendas de mezclilla.
Con nuevas misiones también están nuevos destinos. Las locaciones de Sin tiempo para morir mayormente se ubican en sitios calurosos, por lo que es evidente el uso de camisas, sudaderas, bermudas, tejidos, gorras, franelas manga corta, y jeans, entre otros. El uso de estas prendas no es al azar; más bien componen una intencionalidad que sensibiliza y coloca en una posición relativamente cercana sobre quien es James Bond respecto a nosotros, la audiencia, y sobre lo que hace después de su retiro, tal vez desdibujando su identidad, pero sin apartarse de ella.

En la búsqueda por retomar el control de lo que es un conflicto de potencias, pero además con una razón que añade nuevas perspectivas a su visión sobre él mismo y su vida, como investigadora y diseñadora, Larlarb se detuvo en la historia militar inglesa para recrear trajes utilizados durante la primera mitad del siglo XX por el ejército británico. Así, añadió algunos toques de modernidad con tonos cromáticos y una silueta más atractiva.
Los accesorios son detalles que aportan mensajes concisos sobre la personalidad de quien lo porta. James Bond se ha caracterizado por la sobriedad y exquisitez de estos, sea cual sea la ocasión, época o actor. Omega colabora con la franquicia desde 1995 con la película GoldenEye (Martin Campbell). Para 2021, presentó un modelo de reloj de titánico Seamaster Diver 300M, el cual destaca lo casual dentro de las líneas clásicas y el estilo militar.
Las siluetas presentadas en el armario del agente no son novedosas. Sin embargo, es importante destacar el uso de nuevas telas y materiales como recurso innovador y una paleta de color idónea a los ambientes italiano y caribeño donde se producen escenas fundamentales.
Un nuevo concepto de ‘chicas Bond’
Al hablar de Sin tiempo para morir, la presencia femenina destaca gracias a tres mujeres que poseen seguridad, independencia y liderazgo en sus respectivas áreas, aportando significado a la aventura desde posiciones diversas. Tanto Paloma (Ana de Armas) como Nomi (Lashana Lynch) revelan su carácter a través de su manera de vestir. Ambas son parte de agencias de inteligencia con misiones claras, pero totalmente diferentes.

En el caso de la agente cubana, el vestido de gala negro funciona como una sombra alargada que enmarca su cuerpo. Este no solo revela a una mujer que confía en sí misma, sino que también sirve de homenaje a los vestidos negros más icónicos del cine, incluyendo el satén negro de Rita Hayworth en Gilda (Charles Vidor, 1946), Brigitte Bardot en ¿Quiere usted bailar conmigo? (Michel Boisrond, 1959), Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes (Blake Edwards, 1961) enfundada en Givenchy, o el trio femenino de El diablo viste a la moda (David Frankel, 2006) en la escena de la gala benéfica.
Paloma no es solo una mujer que luce fabulosa, también es encantadora y desafiante según lo que necesite. Ella provoca cambios en su realidad.

Por su parte, Nomi posee un guardarropa extenso que va desde conjuntos de cortes divertidos y texturas juveniles como crop tops, minifaldas y botas altas, hasta trajes y chaquetas minimalistas confeccionadas en colores cálidos. Podemos establecer a las gafas de sol como el sello característico de la agente.
Posiblemente en esta entrega Madelaine (Léa Seydoux) es el personaje más enigmático, revelando su origen y personalidad de manera paulatina. Cuando se siente plena y amada, en pleno disfrute del romanticismo al inicio de la cinta, destaca su estado anímico con prendas de colores cálidos en combinación con estampados.

No obstante, es importante recordar que las sombras de su pasado la siguen torturando, junto con los retos nuevos. Así, su imagen se vuelve impersonal y distante. Con el salto en el tiempo presenta una perspectiva diferente hacia la vida, enfocada en su trabajo y quizás algo más. En esta evolución, su vestuario se traslada de siluetas suaves y colores enérgicos a una paleta neutra, y vestidos y conjuntos de corte formal y elegante.
El villano detrás de la cámara
Rami Malek como Lyutsifer Safin es la figura misteriosa antagónica que enmarca esta historia, un villano que se caracteriza más por su aspecto que por lo que predica y realiza. Safin tiene un aura que emula la serenidad a través de prendas minimalistas, no formales ni casuales.
La máscara perteneciente a la danza clásica japonesa Noh es el ícono que señala su desequilibrio, la complejidad de su psique, y las ansias profundas de venganza por lo que sentimentalmente le han arrebatado. Safin oculta su identidad como acto simbólico.

A través de la expresión de esta máscara es que nos involucramos con su historia, y a su vez, funciona como el hilo conductor desde los primeros minutos. Depende de la perspectiva, ángulos e iluminación dilucidar las intenciones sobre esa expresión, aunque pueden ser acertadas o no, son contradictorias, haciéndolo aterrador.
El estilo inicial del diseñador Massimo Alba que viste Bond al escapar por Italia, el vestido de gala negro presentado por Paloma y las ocasiones en donde la máscara Noh se vuelve protagonista por su nivel de impacto forman los estilos esenciales al describir la despedida de Daniel Craig como 007.

Andhrea es una joven venezolana, estudiante de psicología e ilustradora de moda. Su amor por el cine comenzó desde muy pequeña gracias a su papá, con quien cada noche comparte una película diferente. El mago de Oz (1939) y la trilogía de Regreso al futuro marcaron su infancia. Los aspectos psicológicos le son fascinantes, más allá de los diálogos entre personajes, por eso ama aprender sobre dirección de fotografía y vestuario. Sus películas favoritas son El curioso caso de Benjamin Button (2008), El aviador (2004), La odisea (1997) y Anna Karenina (2012).