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West Side Story: la ejecución perfecta de una historia fundamentalmente problemática

Escrito el 30 diciembre, 2021 @JuanRod_52

Disponible en: cines.

Dirección: Steven Spielberg.

Guión: Tony Kushner, con base en la obra de teatro de Arthur Laurents.

Elenco: Ansel Elgort, Rahcel Zegler, Ariana DeBose, David Alvarez, Mike Faist, Rita Moreno.

País: Estados Unidos.

Palomómetro:

Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt3581652/

West Side Story
West Side Story. Dir. Steven Spielberg. 2021. 20th Century Studios.

Una de las maravillas que ofrece ser cineasta es que, sin importar el tiempo que se lleve en la industria, siempre hay algo nuevo por hacer. ¿No están seguros? Entonces pregúntenle a Steven Spielberg, quien a sus 75 años y con 32 películas dirigidas, se aventuró por primera vez en el mundo de los musicales, realizando una nueva adaptación de West Side Story, un clásico de Broadway cuya primera adaptación cinematográfica (Robert Wise y Jerome Robbins, 1961) es considerada como una de las mejores películas de la historia.

Inspirada en la obra clásica de Shakespeare Romeo y Julieta, pero situada a mediados de los años 50 en el Upper West Side de Manhattan, Nueva York, West Side Story se centra en el romance de Tony (Ansel Elgort) y Maria (Rachel Zegler). Este amor a primera vista desafía las convenciones de un territorio marcado por el enfrentamiento entre las pandillas de los Jets, conformada por jóvenes blancos, y los Sharks, integrada por puertorriqueños, lideradas respectivamente por Riff (Mike Faist), el mejor amigo de Tony, y Bernando (David Alvarez), el hermano de Maria.

Desde 2004 Spielberg expresó interés por hacer un musical como en los viejos tiempos, como aquellos que inspiraron a Damien Chazelle a hacer La La Land (2017). En 2014, Fox otorgó los derechos de West Side Story para que Spielberg completara este anhelo, algo que claramente solo alguien con su legado podía lograr considerando la reputación de la adaptación original, incluso con lo problemática que resulta.

Tony Kushner, dramaturgo y guionista, fue el elegido para revisar y “reinterpretar” el material original, con particular interés en “corregirlos estereotipos sobre los puertorriqueños, que no escaseaban para una obra de 1957. Algunas cosas eran obvias, como el brownface y los acentos exagerados, mientras que otras aparentaban estar en los detalles, como las palabras de algunas canciones. Sin embargo, incluso con estos ajustes, West Side Story no deja de sentirse fundamentalmente problemática, no solo en su representación, sino también en la estructura y el desarrollo de su narrativa.

West Side Story
West Side Story. Dir. Steven Spielberg. 2021. 20th Century Studios.

Empezando por lo positivo, la ejecución de los aspectos técnicos es impecable. La gracia del musical es dejar que el sonido y el baile transporten al espectador a un mundo entre lo posible y lo fantástico, que días después no se pueda dejar de pensar en las canciones, viviendo con un anhelo que, al recorrer las calles, la música explote y los transeúntes se unan en un baile perfectamente sincronizado.

Spielberg entiende esto perfectamente y aprovecha todos los recursos para hacer cada número inolvidable, empleando largos planos secuencia y ágiles movimientos de cámara para crear inmersión y convenir la sensación del momento, desde la intimidad en “Tonight” a la grandeza de “América” e incluso en escenas de tránsito o diálogo. Aún más impresionante es cómo todos los elementos se integran para mejorar la experiencia, destacando particularmente el vestuario a cargo de Paul Tazewell y el diseño de producción de Adam Stockhausen.

También meritorio de reconocimiento es el elenco, con mención especial para Ariana DeBose como Anita y Mike Faist. Desde su primera escena, DeBose comanda la pantalla con carisma y talento, se siente su comodidad en un papel que, a pesar de haber tenido varias intérpretes, incluida Rita Moreno, pareciera ser escrito con ella en mente. Por su parte, Faist sorprende gratamente en un rol que está significativamente más desarrollado que en versiones anteriores, porque en vez de presentarlo como el personaje racista y violento, se exploran sus motivaciones y emociones ante un mundo que está cambiando rápidamente y llevándose todo lo que le resulta familiar, recordándonos que en el fondo es un joven abrumado y sin rumbo.

Es con los personajes de Tony, María y Bernardo que se evidencian los principales problemas de la historia, incluso con el mejor esfuerzo de sus intérpretes. En el caso de Bernardo, a diferencia de Riff, no se da espacio para generar empatía y abordar el origen de sus motivaciones, por lo que sus comportamientos violentos y machistas ganan peso.

West Side Story
West Side Story. Dir. Steven Spielberg. 2021. 20th Century Studios.

El pilar de la historia es la relación de Tony y María. Estos personajes deben vender a la audiencia la idea de un amor tan fuerte que tras solo un encuentro están dispuestos a cambiar sus vidas sin importar el costo. Esta idea, que de por sí es difícil de aceptar, falla con la falta de química entre Zegler y Elgort. En el caso de Zegler, quien hace su debut actoral, se nota su talento, pero lastimosamente el rumbo de su personaje se entorpece por una serie de decisiones cuestionables. Al final, su desarrollo está limitado a su relación con Tony, convirtiéndola en unidimensional. En el caso de Tony, quien recibe más atención por parte de los guionistas, se siente frío en la actuación de Elgort, especialmente al interactuar con María.

A medida que se desarrolla la trama, recordando que las tensiones son resultado de la relación central, cuesta generar empatía con los protagonistas. Al final hay una sensación de ambivalencia entre lo risible y lo frustrante, pues no se justifica que ese romance sea causante de los múltiples eventos trágicos.

A quién realmente corresponde hablar sobre lo bien o mal lograda que está la representación de la comunidad puertorriqueña en la película es a los mismos puertorriqueños, por eso dejo una recopilación con reseñas hechas por elles. No obstante, sí me gustaría remarcar el llamado a una reflexión sobre la correspondencia entre la nacionalidad del personaje y el actor que lo interpreta, especialmente para las comunidades inmigrantes. Si bien hay experiencias compartidas, cada grupo tiene particularidades dependiendo de su contexto: no es lo mismo ser mexicano, colombiano o puertorriqueño, y West Side Story sigue sin saber hacer esta distinción de representación, reflejado en que Alvarez y Zegler, aunque talentosos, no son puertorriqueños.

Con la intención de Spielberg y Kushner de corregir errores de la obra original para actualizarla y presentarla a nuevas audiencias queda el sinsabor de que pudieron atreverse a más, no solo en la representación, sino también en la estructura de la historia. ¿Para qué están los clásicos sino para reinventarse? Aunque esté bien hecha y es un deleite para los ojos, cuando ruedan los créditos el West Side Story de Steven Spielberg se siente como una fresca capa de pintura cubriendo lo cimientos dañados de un edificio mal construido desde los planos.

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