Volveré: las desapariciones en México a través de una mirada telenovelesca
Dirección: Carlos Salces.
Guion: Carlos Salces.
País: México.
Elenco: Blanca Salces, Blanca Montoya, Hernán Mendoza, Jaime Ramos, Arcelia Ramírez, Mariana Espinosa.
Palomómetro:
Más información de la película: https://www.volverepelicula.mx/

Una mujer llora, como suplicando a los cielos, en las escalinatas del Kiosko Morisco de la colonia Santa María la Ribera en la Ciudad de México mientras se lleva a cabo un animado programa de ejercicios en la plaza a unos metros de ella. La cámara se eleva, como replicando su ruego, pero lo único en lo que podemos pensar es en el humor involuntario del momento. Este es el tipo de yuxtaposiciones extrañas que transcurren en Volveré, largometraje del director mexicano Carlos Salces: entre el drama familiar de íntimas tragedias, el activismo que se planta en resistencia frente a los poderes establecidos y una sensibilidad telenovelesca que en ocasiones cae en lo accidentalmente cómico, todo lo cual se encamina a una épica fallida de tintes sociales a pesar de su manufactura de corte familiar.
Alejandra (Blanca Salces) es una mujer frívola que solo piensa en sí misma y quien cree que todo problema emocional puede resolverse yendo de compras. Enfrente viven su hermano (Carlos Salces) y su esposa (Mariana Espinosa) con sus dos hijas. Salces presenta con destreza técnica la rutina matutina de ambos hogares a través de un montaje aderezado por la música de Coco Ruiz de Velasco. El desayuno, la vestimenta, la salida apresurada al colegio y las distintas dinámicas entre las madres, de métodos de crianza contrastantes, hacen de esta una secuencia agradable. En ella se establecen los hábitos de los personajes y comenzamos a conocerlos a través de sus acciones, no del diálogo. Si tan solo el resto del filme retomara estas características, en lugar de enfrascarse en largas escenas de conversaciones entre dos personajes en las que los temas se presentan groseramente, de otra película estaríamos hablando.
Alejandra pronto tendrá que hacerse cargo de la familia de su hermano ante su desaparición, situación que ocupa todos sus esfuerzos tanto de investigación como de activismo. Los personajes secundarios y terciarios desfilan a lo largo de este culebrón sin dejar una huella, más que el vecino sospechoso Omar (Jaime Ramos). (Alguna penalización debería de existir por tener a Arcelia Ramírez en un par de escenas y no darle diálogos a su altura.)
A pesar de sus fallas, es justo conceder que Volveré encuentra su fortaleza en el pequeño universo que construye entre les cuatro niñes, su abuela (Blanca Montoya) y Alejandra, aunque es necesario apuntar que estos personajes están interpretados por la hermana, la madre, los sobrinos y las hijas del director y que la grabación transcurrió en su propio domicilio. Sea como sea, es en estas escenas naturalistas en las que la cámara captura los gestos e interacciones entre les infantes que Volveré tiene sus mejores momentos. De allí proviene buena parte de su fuerza dramática, de la construcción de un entorno familiar entrañable.

Sin embargo, es difícil expresar el nivel de soberbia detrás de un par decisiones que provocaron perplejidad (no solo en mí, como pude comprobar al término de la conferencia de prensa de la película). Primero, está el cameo de Jesús Ramírez Cuevas, actual vocero de la oficina de presidencia mexicana y figura de dudosa calidad moral de un gobierno que se ha dedicado a rechazar una y otra vez a las madres y familiares de las víctimas desaparecidas (Salces señaló que la película se grabó antes de que Ramírez Cuevas ocupara su puesto actual, lo que significa que tuvo tiempo de sobra para ponderar su inclusión).
Segundo, y completando la naturaleza consanguínea de Volveré, es el mismo director Carlos Salces quien interpreta al hermano de Alejandra, siendo este personaje un… director de documentales cuya desaparición está ligada con su trabajo de denuncia y activismo. Es decir, hay una fantasía autoheroica en juego que deja un mal sabor de boca. En una escena aparece Alejandra sosteniendo la fotografía de su hermano (en la vida real y en la ficción) en el contexto de una marcha conmemorativa de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Comprendo los fines cinematográficos de este plano, pero algo tiene de desvergonzado y de falta de seriedad y respeto por las víctimas reales.
A pesar de su falta de sutileza para manejar un tema tan acuciante en la actualidad mexicana, es difícil negar que hay algo que funciona en Volveré, pues entre la ordinariedad de su drama familiar llega a tener momentos de autenticidad emocional, aunque en su mayoría revelen cierto sentimentalismo rancio. Al final, queda la impresión de que es un intento malogrado por abordar un problema social cuya hondura no logra concebir, como una pretensión por ingresar al cine del activismo, pero que acaba por sacar a relucir el ego de su creador.

J. Alejandro Becerra es un cinéfilo de opiniones controvertidas. Fundamentalista de Scorsese, se decanta por el cine hollywoodense, pero se empeña por descubrir películas de alrededor del mundo. Aunque estudió Historia en la universidad, le encantaría dedicarse a escribir sobre cine de tiempo completo. No se pierde los Óscares aunque le diga a todos que los odia. Entre sus películas favoritas están Rebecca, Carol, Cléo de 5 à 7, Casino y The Tree of Life. No lo admitirá, pero llora cada vez que mira el final de Porco Rosso. Es un ferviente fanático de Jessica Chastain y Oscar Isaac, y cuenta los días para verlos ganar sus Óscares. Actualmente se dedica a discutir en Twitter con extraños y a aprender sobre marketing digital.