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Unrest (TIFF 2022): la fábrica, el tiempo y el anarquismo

Escrito el 11 septiembre, 2022 @bmo985

Sección: Wavelengths.

Dirección: Cyril Schäublin.

Guion: Cyril Schäublin.

Elenco: Clara Gostynski, Alexei Evstratov.

País: Suiza.

Palomómetro:

Más información de la película: https://tiff.net/events/unrest

Unrest. Dir. Cyril Schäublin. 2022.

El tiempo, esa obsesión contemporánea, no siempre se medía con tanta minuciosidad. Había un momento en el que la mañana, el mediodía, la tarde y la noche eran parámetros suficientes para dividir el curso de un día. No obstante, la modernidad trajo consigo una necesidad de eficacia y eficiencia para dividir el paso del tiempo entre el dinero obtenido por productos y servicios. Es en esta coyuntura europea en la que el filme suizo Unrest comienza, en una fábrica de relojes ubicada en un pequeño poblado al que llega el ruso Pyotr Kropotkin (Alexei Evstratov) mucho antes de convertirse en una de las figuras del anarquismo europeo.

Entre les obreres de la fábrica se encuentra Josephine (Clara Gostynski), quien, junto a sus compañeras, forma parte de una organización anarquista que recibe noticias de todo el mundo y contribuye a la causa obrera. Son testigos y víctimas del surgimiento de métodos gerenciales que, en nombre de las ganancias y por medio de la medición del tiempo, buscaban aumentar la eficiencia del trabajo fabril. Su labor es supervisada con ayuda de un cronómetro y cada una de ellas es informada del tiempo que les toma completar cada tarea. Es una sociedad cuyos mecanismos de vigilancia comienzan a ajustarse como si se tratara de ataduras que se ciñen al cuerpo.

Aunado al tiempo y su medición, la fotografía es otro avance tecnológico que a lo largo de Unrest se convierte en un arma de dos filos, pues los retratos tomados inocentemente se convierten en herramientas no solo de vanidad, sino de búsqueda y vigilancia. Todo esto suena distópico, y hasta cierto punto lo es, pues estamos tan acostumbrados a estos aspectos de nuestra sociedad que los tenemos internalizados, pero la cinta del director Cyril Schäublin se caracteriza por una suerte de amabilidad como eje rector de la puesta en escena.

Cada interacción y plano están dotados de cordialidad y armonía. La cámara, pudiendo haberse deleitado en el encanto naturalmente impresionista de la época (finales del siglo XIX), en cambio, encuadra a los personajes en planos estáticos, austeros, utilizando la arquitectura de su entorno para el desarrollo de las escenas, cuyo interés siempre se encuentra en la colectividad y la convivencia.

Las intenciones de Schäublin no son aquellas del cine hollywoodense (realizar un filme biográfico del famoso anarquista ruso Kropotkin), sino más bien hacer el retrato de una coyuntura, lo que logra con cuidado en un filme que acentúa no el drama ni el conflicto, sino la cooperación. No deja de sorprenderme que una película que relata los inicios de la explotación por métodos científicos del capital sobre la clase obrera y de la perversa alianza entre aquél y el Estado en contra de aquella tenga la armonía y la simpatía como características principales.

Aun cuando alguno de los personajes se vaya a la cárcel, sea despedido de la fábrica o se enfrente con las autoridades, el mundo construido por Schäublin es uno plácido, tan lejano de la violencia como sea posible, la cual no deja de estar presente, pero en formas sutiles. Unrest es una experiencia educativa sobre el surgimiento de la modernidad europea, ajena a declaraciones explícitas y a maniqueísmos, e intoxicante en sus formas.

 

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