Tótem (FICUNAM 13): fábula sociopolítica sobre las desapariciones
Sección: Ahora México.
Dirección: Unidad de Montaje Dialéctico.
Guion: Unidad de Montaje Dialéctico.
Países: México, Chile.
Palomómetro:
Más información de la película: https://ficunam.unam.mx/pelicula/totem/

¿Qué unifica a los pueblos, creando en sus imaginarios el sentido de pertenencia a una nación? La Unidad de Montaje Dialéctico, grupo anónimo de creación cinematográfica responde: es el tótem, algo que puede representar una idea en común para que una nación construya un futuro. ¿Qué sucede entonces cuando se carece de él?
Tótem es una de las propuestas más osadas de la sección Ahora México de FICUNAM 13, pues mientras que los otros largometrajes se ocupan de representar la realidad de sus sujetos utilizando las convenciones gramaticales del documental –voz en off que narra lo que vemos, entrevistas, el retrato de la vida diaria, la presentación de personas reales con problemas reales–, Tótem opera, en términos visuales, en un nivel simbólico. Cierto es que hay voces en off, pero las imágenes –la mayoría de ellas provenientes de archivo– no guardan una relación directa con lo declarado por las narraciones. Al contrario, las imágenes parecen reflexionar por sí mismas a partir de lo expresado verbalmente. ¿Cuál es el quid de Tótem, entonces? ¿Evadir la realidad? No, más bien, rodearla para alcanzar verdades más profundas.
Hay dos textos vertidos en Tótem, uno ensayístico y el otro anecdótico-literario cuyo significado profundiza lo señalado por el primero. La desaparición en México es su punto de partida, hecho macabro cuyos orígenes traza y dilucida a la luz de la crisis de violencia del país. Desaparecer es una declaración política, sugiere, para la cual el Estado está especialmente diseñado.
Tótem traza una línea recta desde los regímenes dictatoriales del Cono sur – apoyados, entrenados y financiados por Estados Unidos en las décadas de 1970 y 1980 –, cuyo legado al mundo fue una idea simple: ¿cómo borramos de la faz de la Tierra a todos los que se oponen a nuestros designios? La sencillez de sus argumentos es, en primer examen, convincente, y, aun así, el que no sea convencido de su razonamiento sobre la situación actual en México no podrá sino quedar prendado de la elegancia y la simpleza simbólica de sus imágenes: la tragedia de San Juanico, el terremoto de 1985, obras inauguradas por el Estado, groseros ejemplos de celebraciones inmerecidas protagonizados por las figuras políticas de sexenios pasados, videos de lugares vacíos, desiertos, espacios copados por Estado para vanas obras de infraestructura, abandonados o simplemente olvidados, en los que apenas se distingue la pasada actividad humana.
Finalmente, fotografías fijas de colecciones de piezas prehispánicas conducen a confrontar el discurso simbólico de sus imágenes, en donde no se representa aquello sobre lo que se habla; es decir, no se usa la parte visual como soporte del texto verbal, sino como un discurso propio relacionado con el primero, pero capaz de abordarlo desde otro punto de vista.
El entrelazamiento del ensayo y la anécdota se presta para algunas confusiones al inicio, pero se lleva a cabo de forma sorprendente. El segundo completa las ideas presentadas por el primero, alcanzando una conclusión que parece iluminadora sobre la crisis interminable mexicana. ¿Dónde buscar un tótem desde el cual partir? ¿Cómo desentrañar el aparato económico y político dedicado a desaparecer seres humanos? Incluso si las conclusiones de Tótem no son compartidas por su audiencia, parece innegable su voluntad por innovar en términos de forma, incorporando su discurso visual en paralelo con su discurso verbal.

J. Alejandro Becerra es un cinéfilo de opiniones controvertidas. Fundamentalista de Scorsese, se decanta por el cine hollywoodense, pero se empeña por descubrir películas de alrededor del mundo. Aunque estudió Historia en la universidad, le encantaría dedicarse a escribir sobre cine de tiempo completo. No se pierde los Óscares aunque le diga a todos que los odia. Entre sus películas favoritas están Rebecca, Carol, Cléo de 5 à 7, Casino y The Tree of Life. No lo admitirá, pero llora cada vez que mira el final de Porco Rosso. Es un ferviente fanático de Jessica Chastain y Oscar Isaac, y cuenta los días para verlos ganar sus Óscares. Actualmente se dedica a discutir en Twitter con extraños y a aprender sobre marketing digital.