Tokyo Revengers: un anime sobre la mafia y los viajes en el tiempo
En dónde la puedes ver: Crunchyroll.
Directores: Kôichi Hatsumi, Katsuya Asano, Takahiro Ono, Saori Tachibana, Masato Tamagawa.
Actores vocales en inglés: A.J. Beckles, Lizzie Freeman, Will Choi.
País: Japón.
Duración: 1 temporada con 11 episodios de 24 minutos cada uno.
Más información de la serie: https://www.crunchyroll.com/es/tokyo-revengers
Tokyo Revengers es un manga que ha trascendido el papel, convirtiéndose tanto en una serie animada como en una película live action. El manga fue escrito por Satoshi Fujihara y animado por la compañía Kôdansha, quien también ha hecho trabajos como AOT (2013-2021), Ghost in the Shell (1995) y Akira (1988). Estrenado recientemente, en abril de 2021.
Este anime sigue la historia de Takemichi Hanagaki (A.J. Beckles), un trabajador mediocre con una vida rutinaria y aburrida que solamente se la pasa rememorando su pasado como gánster adolescente. Justo en el primer capítulo, Takemichi descubre que la única novia que tuvo, Hinata Tachibana (Lizzie Freeman), fue asesinada por Tokyo Manji, la pandilla a la que solía pertenecer.
De pronto, lo impensable sucede: cuando Takemichi va de regreso a casa, alguien lo empuja a las vías del tren. En vez de morir, la vida le da una nueva oportunidad y lo regresa en el tiempo 12 años. A partir de este punto, la historia se desarrolla en dos tiempos, el presente y el pasado.
Pese a desarrollarse en dos escenarios, la serie no se vuelve excesivamente compleja y tampoco pierde tiempo en plantear el mecanismo por medio del cual se viaja en el tiempo. Este anime se incluye en la categoría de shōnen, los cuales se caracterizan por ser series con grandes dosis de acción y con un énfasis en el compañerismo entre adolescentes o adultos de un equipo de combate.
En este sentido, a diferencia de otras series de anime que involucran temas más controversiales y profundos, como AOT (2013-2021) y el tema del genocidio, One Punch Man (2016) y el sentido de la vida, o Cowboy Bebop (1999) y las relaciones que nos dan sentido, Tokyo Revengers es menos profundo y más trivial. Esta ligereza se agradece.
Aunque la historia podría dar para cuestionar otras decisiones de vida del protagonista, el anime se enfoca en la posibilidad de salvar a su exnovia Hinata e impedir que Tokyo Manji se vuelva una pandilla ultraviolenta y provoque la muerte de cientos de inocentes.
Takemichi Hanagaki es un personaje que cambia poco a lo largo de la serie, por lo que otros personajes son más interesantes por su construcción y desarrollo. Por ejemplo, Draken, el segundo a cargo de la Tokyo Manji, es quizá el mejor de la serie, dotado de una historia trágica y llena de carencias como un joven abandonado por su familia que habita en un prostíbulo de Shibuya.
El resto representan el cliché de este tipo de series, personajes exagerados en algún rasgo sin entender sus motivaciones o procurar un desarrollo. Esto no implica que la historia sea aburrida. Sus puntos son claros y no pierde el tiempo en detalles innecesarios. Golpes y compañerismo es la norma.
Tokyo Revengers no tiene una animación que destaque. Planos y fondos estáticos o esbozados no implican una revolución visual; parece que está hecha de modo que no destaque, minimizando el presupuesto. Lo que sí es cierto es que da una mirada cotidiana a muchos lugares famosos de Tokio, incluyendo estaciones de tren, edificios y cruces peatonales.
En conclusión, Tokyo Revengers es un anime shōnen que no aspira a nada más. Presenta pretensiones tan concretas que no es extraño que cumpla a cabalidad con su objetivo de ofrecer acción y peleas juveniles. Una especie de Dragon Ball pero sin ataques de Ki. Es una historia que atrapa, con personajes ya vistos, y que por ende nos hace sentir en confianza.

Iván Paredes es economista, esposo, padre de familia y cinéfilo. Ha colaborado en múltiples blogs sobre pobreza, arqueología y su zona favorita de la ciudad de México, Tacubaya. Ha estado involucrado desde el inicio en Palomita de maíz, presentando sus opiniones sobre el estado del cine mexicano y la relación entre el cine y la economía. Fanático de las películas mexicanas e intentando ofrecer una mirada descubridora del cine latinoamericano, en sus planes futuros está grabar un corto. Entre sus cintas favoritas se encuentran Niños del Hombre (2006), Soylent Green (1973) y Macario (1960).