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There is No Evil: una mirada cuestionadora a la pena de muerte y sus estragos

Escrito el 18 mayo, 2021 @Kenny_DiazPR

Disponible en: cines selectos y cines virtuales (incluyendo Kino Marquee).

Dirección y guion: Mohammad Rasoulof.

País: Irán.

Elenco: Ehsan Mirhosseini, Shaghayegh Shourian, Kaveh Ahangar, Alireza Zareparast, Salar Khamse.

Palomómetro:

Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt11697844/

En 2020, la directora de origen nigeriano Chinonye Chukwu ofreció una reflexión a IndieWire sobre la ejecución capital de Troy Davis en 2011, “la mañana después de su ejecución yo estaba pasando por todo tipo de emociones. Si todos estábamos navegando frustración, ira y tristeza, ¿cómo debe ser para las personas que físicamente tuvieron que matarlo? ¿Qué se siente saber que tu sustento está ligado a la eliminación de vidas humanas?” Estas reflexiones fueron esenciales en el proceso creativo de su película Clemency (2019), la cual sigue a una directora penitenciaria que enfrenta sus demonios psicológicos y emocionales antes de la ejecución de uno de sus reclusos.

No pude dejar de pensar en estas preguntas al ver There is No Evil (título original: Sheytan vojud nadarad), de Mohammad Rasoulof, película iraní prohibida en su propio país y ganadora del Oso de oro en la pasada edición del Festival Internacional de Cine de Berlín. Dividida en cuatro episodios independientes, There is No Evil aborda el tema de la pena de muerte, al igual que Clemency, desde la perspectiva de aquellos que ejecutan a los sentenciados.

La película arranca con la historia de Heshmat (Ehsan Mirhosseini) y Razieh (Shaghayegh Shouria), un matrimonio que parece llevar una vida normal y tranquila. Nada particularmente importante pasa en esta primera parte. Rasoulof no busca llamar nuestra atención con una apertura trágica o inquietante. Más bien, nos envuelve en la cotidianidad de una familia con un ojo detallista y meticuloso. El golpe se produce justo en el cierre de este primer episodio, cuando descubrimos que el siempre sereno Heshmat trabaja en una prisión y es el responsable de presionar el botón que abrirá la trampilla de la horca, dejando a los sentenciados colgando hasta morir.

Esas imágenes inevitablemente nos llevan a repensar todo lo que vimos de Heshmat y su vida aparentemente tranquila. ¿Realmente puede vivir este hombre como si nada sabiendo que acaba con tantas vidas humanas? Quizá sus silencios y su mirada vacía, en lugar de serenidad, son reflejo de un conflicto interior. Quizá las pastillas que Razieh le pregunta si se ha tomado antes de dormir tienen que ver con un estado depresivo a causa de su trabajo. En cualquier caso, Rasoulof nos lleva a preguntarnos cómo debe ser vivir así.

En el segundo episodio, se presenta la historia de Pouya (Kaveh Ahangar), un joven que para completar el período de servicio militar que le permitiría tener acceso a un pasaporte y una licencia de conducir debe ejecutar a un sentenciado. Pero Pouya se niega a matar a otro ser humano, lo que lo lleva a buscar desesperadamente una salida, provocando una fuerte discusión entre sus compañeros de cuarto, quienes comparten distintas perspectivas del asunto.

Nuevamente, Rasoulof nos lleva a formularnos una serie de preguntas sin respuestas obvias. ¿Qué se necesita tener para matar a otro ser humano? ¿Deberíamos compadecernos de criminales? ¿Es posible para un joven como Pouya decir que no y escapar de las consecuencias? Rasoulof construye en este episodio un hermoso canto a la libertad y el deseo de vivir.

El tercer episodio toma como punto de partida la historia romántica de Javad (Mohammad Valizadegan) y Na’Na (Mahtab Servati), cuyo amor es puesto a prueba con una muerte reciente que ha devastado a la familia de la joven. De esta historia se sustrae que Javad es tan solo otra joven víctima del Estado (aunque exhibe zonas grises en su crítica a las personas “políticas”) que debe someterse a las exigencias del servicio militar. Sin embargo, para la madre de Na’Na siempre hay espacio para asumir postura, para decir que no. Ese cuestionamiento ético punzante, ese dilema entre escoger hacer lo correcto y firmar tu propia sentencia de muerte o simplemente obedecer a los poderosos con el fin de sobrevivir es lo que horroriza a Javad en un descubrimiento crucial que nos lleva a otra pregunta: ¿es posible perdonar al verdugo?

Finalmente, el cuarto episodio (y quizá el único que no se siente necesario), presenta la historia de Tahmineh (Darya Moghbeli), una joven que llega a Irán y se instala en casa de sus tíos. Tahmineh intenta comprender el estilo de vida de esta peculiar pareja radicada en una zona desértica. Su tío Bahram (Mohammad Seddighimehr) es un misterioso hombre que sufre de una enfermedad grave mientras esconde un secreto que involucra directamente a Tahmineh. ¿Elegirías a tu familia o elegirías ser un “héroe”? Ésta es la pregunta al centro de este segmento.

There is No Evil es una película tan poderosamente cuestionadora como profundamente empática que construye una denuncia social desde las zonas grises, dando espacio al diálogo y la reflexión. Desprovista de espacios comunes (cada episodio nos lleva a un ambiente físico completamente distinto), la cinta nos muestra que tanto los que dicen “sí” como aquellos que dicen “no” deben vivir con las consecuencias de su decisión por culpa de un Estado que ha dividido a su gente con odio y violencia.

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