The Witch
Disponible en:
Director: Robert Eggers
Elenco: Ralph Ineson, Kate Dickie, Harvey Scrimshaw, Anya Taylor-Joy, Ellie Grainger, Lucas Dawson.
País: EUA, Reino Unido, Canadá y Brasil
Duración: 92 mins.
Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt4263482/
Nunca antes me había dado tanto miedo ver a un conejo…o una cabra negra. Y es que, The Witch logra adentrarnos en una atmósfera incómoda, llena de suspenso, dudas y misticismo como pocas otras películas. Sus elementos, entre los que destacan el simbolismo, el escenario, el soundtrack (en conjunto con largos silencios), y el miedo y amor a Dios, se juntan para darnos una película en la que da más temor el concepto de lo que está sucediendo, que lo que en realidad estamos viendo.En The Witch, es alrededor de 1630 y una familia inglesa ha llegado a Nueva Inglaterra como parte del movimiento de colonización. Ésta está formada por William (Ralph Ineson), padre y jefe de la familia, alto, de gran barba y duro en apariencia; Katherine (Kate Dickie) la mamá, muy emocional y con una enorme nostalgia por su antiguo hogar en Inglaterra; su hijo Caleb (Harvey Scrimshaw), en apariencia pequeño y temeroso, pero muy dedicado a su familia y a participar en los fundamentos de su religión; Thomasin (Anya Taylor-Joy), la hermana mayor y responsable del cuidado de los pequeños gemelos Mercy (Ellie Grainger) y Jonas (Lucas Dawson); y finalmente, Samuel, un bebé recién nacido.
Desde un inicio, podemos ver la excelente ambientación, al ver en una misma escena a peregrinos, padres, colonizadores y americanos nativos conviviendo dentro del pueblo. Lamentablemente, este ambiente lleno de vida e historia pronto desaparece del futuro de la familia, pues son expulsados de su nuevo hogar por ser más apegados a su religión que a las leyes locales. Aquí es cuando nos adentramos junto con los seis personajes recién desterrados a un profundo, gris y silencioso bosque. Con tomas visualmente impresionantes, el director Robert Eggers nos hace sentir pequeños e indefensos en ese mar de árboles y misterio. Sin embargo, es la música la que da ese toque final aterrador y que hace que nos den ganas de decirles “Por favor, no entren ahí”.La familia logra construir una pequeña granja e incluso se hace de un pequeño ganado que les servirá como fuente de alimentos en el invierno. Además, crean un pequeño huerto de maíz que nos da por un instante la sensación de que todo estará bien. De igual forma, firme en sus creencias, se encomienda a Dios para que los auxilie en esta travesía: rezan en cualquier oportunidad, agradecen lo bueno que tienen y, en general, demuestran a la audiencia el fanatismo religioso que pronto se volverá contra ellos.
Una vez que se han asentado, la locura comienza: Thomasin está jugando cerca del límite del bosque con Samuel, el bebé; y de pronto, en un abrir y cerrar de ojos, éste desaparece. Con esto se da como iniciada una serie de eventos extraños que la familia no puede explicar más que por “la gracia de Dios”, entre los que destacan: toda la cosecha se echa a perder, se presenta una ausencia de toda la fauna en el bosque y los animales de la granja comienzan a actuar de manera extraña (incluidos la cabra y el conejo que me traumaron de por vida). Asimismo, la violencia y frecuencia de estos hechos es cada vez mayor, lo que da pie a que la familia trate de dar explicación a sus vivencias únicamente a través de su fe, en lo que lo inexplicable es, sin duda alguna, brujería.Los sucesos nos dan además un panorama más amplio de los personajes, así como sus diferentes maneras de actuar y reaccionar ante lo desconocido. Mientras vemos a un papá físicamente fuerte, alto e imponente, por dentro vemos a un hombre poco convencido, temeroso y que “por mantener la paz” evita confrontaciones con su esposa. Ésta se vuelve un mar de lágrimas y locura después de la desaparición del bebé, además de que se llena de impotencia al no recibir respuestas ni ayuda de Dios. Los gemelos pronto empiezan a realizar extraños cánticos, disfrazados de canciones de niños, y nos dan por entendido que tienen un nuevo amigo en uno de los animales del ganado.
La fe de la familia entra entonces en duda; e incluso, su lealtad entre ellos se ve cuestionada. Finalmente, todos los eventos inexplicables desembocan en Thomasin, a quien empiezan a ver como la culpable de todo. Las sospechas hacia ella se intensifican cuando sale junto con Caleb al bosque, pero éste nunca regresa. Los gemelos la acusan de tener pactos con el diablo, su madre de pecadora, su padre de no amar a Dios… la película continúa con la pobre niña, tratando de demostrar que no es una bruja, mientras cosas siniestras siguen sucediendo a su alrededor. Esto nos lleva a un final cruel y sorprendente, pero extrañamente satisfactorio.Con algunos elementos sumamente gráficos, la película narra la historia de una manera tranquila y sutil, a veces lenta y silenciosa, sin dejarnos ver mucho, pero dejando los suficientes elementos para que nuestra mente llene los espacios. Nos trasporta a una era antigua en donde las comodidades eran mínimas, y donde los conocimientos científicos eran tan pocos que la fe y la imaginación adoptaban un enorme papel en la explicación de la vida.
Las actuaciones del elenco principal son excelentes. Son capaces de demostrar la transformación que poco a poco sufren los personajes; el terror, la angustia y el miedo de saber que por más que reces, las cosas extrañas siguen sucediendo. Esta cinta hace que cuestiones tus creencias, así como la posibilidad de una soledad agobiante como seres humanos y un abandono de aquellos seres superiores en los que podemos creer.
Resulta interesante y aterrador saber que los hechos que la cinta narra fueron encontrados en textos y documentos reales de la época. Quizá vivimos en un momento en dónde la mayoría de las cosas tienen explicación, pero The Witch nos hace sentir el terror y la desesperación de no saber lo que sucede, y nos plantea algunas incómodas preguntas: ¿La brujería es real? Y si sí, ¿Dios puede protegernos?