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The Umbrella Academy: segunda temporada – mucho estilo, nueva locación, mismos problemas

Escrito el 30 julio, 2020 @alessandra_kr

Creadores: Steve Blackman, Jeremy Slater.

Elenco: Ellen Page, Tom Hopper, Emmy Raver-Lampman, David Castañeda, Robert Sheehan, Aidan Gallagher, Justin H. Min, Colm Feore, Ritu Arya, Marin Ireland, Justin Paul Kelly.

País: Estados Unidos

Duración: 2 temporada de 10 capítulos cada una. Aquí pueden leer la reseña de la primera temporada.

Palomómetro:

Más información de la serie: https://www.imdb.com/title/tt1312171/

La familia disfuncional está de regreso con la segunda temporada de The Umbrella Academy. La última vez que los vimos, Vanya (Ellen Page) había causado el apocalipsis involuntariamente, por lo que Cinco (Aidan Gallagher) tomó medidas desesperadas y mandó a los hermanos al pasado. Ahora, los encontramos a todos en Dallas, Texas, al inicio de los sesenta.

Como bien sabemos, Cinco no es experto viajando en el tiempo – por algo se quedó con el cuerpo de un adolescente. Este hecho es confirmado al inicio de la temporada, cuando cada uno de los seis hermanos llega a Texas en diferentes años. Cinco es el último en llegar, y ahora deberá ir en contra del tiempo para reunir a sus hermanos esparcidos por el sur de Estados Unidos para evitar OTRO apocalipsis que sucederá en diez días.

Esto suena mucho más sencillo de lo que es en realidad, pues cada uno reinició su vida a su manera. Klaus (Robert Sheehan) se convirtió en líder de un culto, siempre acompañado por el hermano muerto, Ben (Justin H. Min); Vanya tiene amnesia y es acogida por una madre solitaria (Marin Ireland) y su hijo autista (Justin Paul Kelly); Diego (David Castañeda) está encerrado en un sanatorio mental por su complejo de héroe; Alison (Emmy Raver-Lampman) es activista en un Dallas segregado; y Luther (Tom Hopper) sobrevive deprimido a través de peleas clandestinas.

A lo largo de diez capítulos, los hermanos tendrán que reunirse, lidiar con su nueva vida, pelear contra los nuevos asesinos – “los suecos” – enviados por la Corporación, y salvar al mundo. De nuevo. De esta forma, nos encontramos con la principal crítica de esta nueva temporada: es prácticamente lo mismo que la temporada anterior, pero en vez de desarrollarse en la Nueva York de 2016, se sitúa en Dallas de 1963.

A pesar de este detalle que no se puede olvidar a lo largo de su duración, esta temporada es mucho mejor que la anterior. Prácticamente se tomó lo que funcionó y se agregaron detalles y arcos emocionales que la han hecho más interesante y disfrutable.

Antes, la familia se esforzaba – muy a su pesar – por mantenerse unida por el bien mayor. Ahora, cada hermano tiene una misión personal que los impulsa a reencontrarse y trabajar en equipo. Más allá de tenerse mutuamente, casi todos encuentran razones para ser felices y pelear por el mundo que está a punto de ser destruido.

Mientras que la temporada anterior sirvió para comprender las razones detrás de las enemistades entre los hermanos, la segunda temporada funciona para apreciar las razones por las que se mantienen unidos y que los hacen familia. En estos capítulos hay más sensibilidad y ternura, incluso cuando el amor se demuestre a través de reproches y burlas.

Aun así, no todo se centra en el lazo emocional entre los hermanos. Con este nuevo escenario, se presentan nuevos personajes e intereses. Todos tiene algo que explorar que, coincidentemente, refleja lo que vivieron en la temporada pasada.

Vanya, por ejemplo, tiene un nuevo interés emocional que le ofrece un momento de felicidad y tranquilidad. Diego parece encontrar en el hospital psiquiátrico a una mujer (Ritu Arya) digna de su interés, quien por cierto, tiene su propia agenda. Klaus lidia con los estragos de su amor perdido en Vietnam y con el lazo irrompible que comparte con Ben. Cinco idea un plan para salvar al mundo y a su familia. Luther sigue clavado con Allison, mientras que ella tiene su mirada puesta en alguien más.

De esta manera, queda claro que la historia es repetitiva y lenta en ciertos momentos (10 capítulos se sienten excesivos). Pocas cosas significativas pasan a lo largo de mucho tiempo.  Bien se pudieron cortar ciertas historias, o mínimo hacer más breves, al considerar que no obtienen una conclusión satisfactoria al final de la temporada. En este punto, el arco de Allison merece mención especial, pues el desenlace de su historia se siente incompleto.

Aun así, no se puede negar que la serie es emocionante y adictiva. La banda sonora envidiable sigue presente. Esta es quizá el arma no tan secreta de la serie, pues canciones clásicas y energéticas se activan en el momento exacto. Ya sea para acompañar peleas, momentos psicodélicos o catárticos, o para musicalizar algunas secuencias inconsecuentes. El estilo es esencial para esta serie.

Los efectos especiales, el montaje y la edición de la serie también son atractivos y satisfactorios. Estos aciertos técnicos son lo suficientemente fuertes como para mantenernos interesados en la historia. El ritmo y estilo de la serie se mantienen estimulantes en todo momento, incluso en los momentos en los que la historia se debilita.

Asimismo, el elenco principal es un acierto. Todos ofrecen mayor emotividad y confianza a sus papeles, además de que se agradece la presencia incrementada de Justin H. Min como Ben. Aun así, dos actores destacan para mí.

Aidan Gallagher como Cinco parece ser el líder de facto de la serie. El actor ofrece los diálogos más condescendientes, estupendas secuencias de acción y una histeria realista para un señor atrapado en un cuerpo de niño. Hay algo bizarramente satisfactorio en ver a un adolescente actuar como un viejo gruñón harto de la vida y de sus hermanos inútiles.

Por su parte, Robert Sheehan sigue siendo brillante como Klaus. Natural, vulnerable y sarcástico, este personaje ofrece momentos emocionalmente necesarios, sentimientos de unidad y comprensión necesarios para la familia, y los diálogos más graciosos en los momentos más inverosímiles. Sheehan tiene chispa incomparable.

Puede que, en estos nuevos capítulos, The Umbrella Academy no ofrezca una historia novedosa y alejada de lo que vimos en su primera temporada. Sin embargo, esto no significa que no vale la pena ver cómo es que los hermanos con superpoderes lidian con un desafío bien conocido. Estéticamente insuperable y humorísticamente destacable, la segunda temporada es una mejora a la de por sí serie disfrutable.

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