The Righteous (Fantasia 2021): cuando la culpa y el pecado se materializan
Sección: Cheval Noir.
Dirección: Mark O’Brien.
Guion: Mark O’Brien.
Elenco: Henry Czerny, Mark O’Brien, Mimi Kuzyk.
Países: Canadá.
Palomómetro:
Más información de la película: https://fantasiafestival.com/en/film/the-righteous
“El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley.”
Una de mis películas favoritas de 2019 (la idílica época en la que podía ir al cine una vez a la semana si así lo quería) fue Ready or Not, dirigida por Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillet. Durante su etapa de promoción, suponía que sería una película genérica de terror comercial. Mi sorpresa fue que me provocó una montaña rusa de emociones y terminé agregándola a mi lista de “comfort movies” (yo sé, yo sé, pero hay algo placentero en ver a Adam Brody practicar un ritual satánico). Así que, al ver la ópera prima y la aparición estelar de dos egresados (Mark O’Brien y Henry Czerny) de dicha película dentro de la selección del Fantasia 2021, no pude evitar agregarla a mi lista sin leer más sobre ella.
The Righteous cuenta la historia de un sacerdote retirado, Frederic (Czerny), y su esposa, Ethel (Mimi Kuzyk), quienes son abatidos por la muerte de su hija adoptiva. Cargando el peso de la pérdida repentina, sus vidas se complican aún más con la llegada de un extraño herido, Aaron (O’Brien), quien jura haber estado buscando a un amigo cuando se perdió. Su presencia pone a prueba el matrimonio, pero la manera más significativa es la idea de que Frederic por fin debe pagar por sus pecados, pero ¿acaso el pecado es haber renunciado a la iglesia para formar una familia con Ethel o hay algo que el hombre oculta? ¿Hay un castigo peor que perder a una hija?
Filmada en blanco y negro, y con un diseño de producción que transmite una atmosfera densa de ocultismo y misterio, The Righteous emana la energía de las películas de Robert Eggers, especialmente The Lighthouse (2019). No obstante, después de las evidentes referencias de cine que Mark O’Brien tomó para su debut (no solo de Eggers), la película despega y toma forma propia. Instantáneamente se coloca en la lista de filmes clásicos de terror contemporáneo y un comienzo interesante en la carrera del actor como director y guionista de largometrajes (previo había trabajado en cortos y televisión).
La película juega con la idea de que el protagonista y su visitante guardan un secreto, también con la noción de que existe el mal como contraparte del bien (Dios) que está pisándole los talones a los personajes para pagar sus deudas con una divinidad. La construcción del camino hacia la resolución está minuciosamente realizada, otorgándole al espectador detalles sutiles que le ayudan a entender mejor a los personajes y su propósito. Si bien no posee un giro inesperado, la conclusión se siente merecida.
The Righteous es una de las pocas producciones audiovisuales contemporáneas en las que el uso excesivo de oscuridad está justificado y bien utilizado, hay cosas que el público no debe ver con la misma claridad que los personajes. El terror está escondido, esperando a atacar cuando menos se lo esperen. Su ritmo es pausado pero correspondiente a la historia que narra y los cortes de cámara serán de placer para quienes agradecen que duren más de cinco segundos.
The Righteous materializa algo que hemos experimentado muchas personas: la culpa católica (o religiosa), y la convierte en una antagonista invisible, pero poderosa. Sin duda, es una de las películas del festival que más me han gustado. O’Brien tiene potencial como director y guionista, y espero que podamos seguir disfrutando de su terror en la pantalla grande.
Mercadóloga por profesión, cinéfila por pasión. Amante de las historias y sus múltiples formas de contarlas. Fan de muchas cosas y apologista de otras cuantas. Aunque no estudió una carrera afín, desde adolescente encontró el gusto por escribir sobre libros, películas y series. Es la fan número 1 de Robert Pattinson en Guatemala, cree firmemente que Twilight (2008, dir. Catherine Hardwicke) es una joya incomprendida, y perdió la cuenta de las veces que ha leído Orgullo y Prejuicio o visto la adaptación de 2005.