Scream: el apuñalamiento al espectador conservador
Disponible en: cines.
Dirección: Matt Bettinelli-Olpin, Tyler Gillett.
Guion: James Vanderbilt, Guy Busick.
Elenco: Neve Campbell, Courteney Cox, David Arquette, Melissa Barrera, Jenna Ortega, Dylan Minnette, Jack Quaid, Jasmin Savoy Brown, Sonia Ammar, Mikey Madison, Mason Gooding, Kyle Gallner.
País: Estados Unidos.
Palomómetro:
Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt11245972

La muerte de Wes Craven en 2015 supuso un gran palo para los amantes del cine de terror. La saga Scream se había quedado huérfana de su creador y director, y no se veía más futuro para ella. Fue el mismo año que El despertar de la fuerza (J.J. Abrams) se estrenaría en la gran pantalla, el retorno de Star Wars conformista y con más miedo a la reacción popular. Si bien fue un acierto, la verdad es que nada de lo que había nuevo se sentía como nuevo. Ese es el primer recuerdo que tengo de ver una “recuela” en el cine. Pero ¿qué es una recuela?
Esta nueva palabra, que se suma a otras como secuela, reboot o remake, parte de estas mismas para crear un concepto que podríamos definir de forma coloquial como “una secuela con la misma estructura, personajes y localizaciones que la entrega original”. En parte es una continuación y en otra un remake.
Scream (2022) se sustenta de todas esas “recuelas” que hemos ido viendo a lo largo de los años. El despertar de la fuerza, Jurassic World (Colin Trevorrow, 2015), Halloween (David Gordon Green, 2018), Ghostbusters (Paul Feig, 2016), etc. Todas con los mismos esquemas que las originales, con esa seguridad en revivir lo antiguo y volver al origen de todo, y en alegrar al mayor público posible, un público que cada vez es más conservador y no tolera que se salgan de los esquemas establecidos.
De todo esto va la nueva entrega de la saga más meta-ficticia de la historia. En 1996, vimos cómo Craven se reía de los tópicos de las películas de terror más influyentes, en 1997, se reía de las secuelas más importantes, en el 2000, se reía de la necesidad de completar una trilogía y, en 2012 se reía de los llamados remakes, la necesidad de rescatar obras del pasado y reinventarlas para los nuevos públicos. Ahora, en 2022, observamos cómo los directores Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett se ríen de la necesidad de Hollywood de revivir lo antiguo para conformar al público, teniendo en cuenta las necesidades generales por encima de contar una buena historia.
La originalidad de la saga se encuentra en la observación de la cultura pop y los movimientos fílmicos que se van poniendo de moda en los blockbusters. En este caso, la cartelera de ahora está plagada de películas que miran hacia atrás, pero nunca hacia delante, reflejando lo que el espectador busca. Un claro ejemplo de esto es Spiderman: sin camino a casa, una de las películas más taquilleras de la historia con apenas nada que ofrecer más que la nostalgia.
Esta nueva entrega de Scream sabe adaptarse a los nuevos tiempos con firmeza, cambiando sus referencias de películas como Halloween (John Carpenter, 1978) o Pesadilla en Elm Street (Wes Craven, 1984) a películas que entran dentro de la nueva vertiente cinematográfica llamada “terror elevado”, incluyendo Midsommar (Ari Aster, 2019) o The VVitch (Robert Eggers, 2015), entre muchas otras.

El título tan polémico está más que justificado. Scream (2022) es Scream (1996), con sus mismos aciertos y puntos negativos. El trío protagonista – Neve Campbell, Courteney Cox y David Arquette – vuelve a la carga junto con un nuevo reparto de adolescentes, los cuales todos son sospechosos. Todos tienen un motivo para ser el Ghostface de esta entrega y, hasta Sidney (Campbell), Gale (Cox) y Dewey (Arquette) vuelven a ser sospechosos.
El guion está bien hilado hasta el punto de dudar de todo el mundo. Es algo que no satura, sino que aporta un misticismo alrededor de las nuevas muertes, mientras que el espectador intenta deducir quién o quiénes portan la máscara y el cuchillo.
Las pistas que se dejan a lo largo del filme son desternillantes una vez que se llega al desenlace. La película se encuentra con un humor peculiar y agudo en el que se utiliza a la generación millennial como punto de comedia sin llegar a un humor rancio. Uno de los grandes aciertos es mezclar el humor de las nuevas generaciones, entendiéndolas y riéndose con ellas, y no burlándose a su costa.
Esta quinta entrega se convierte en la que más contenido de metaficción usa y también la más frenética de las entregas. No tiene ningún respiro y sabe jugar con los tiempos a la hora de ejecutar las muertes. Aprovecha que el espectador conoce la entrega original al dedillo y se tambalea en esos tiempos para hacer dudar si lo que va a pasar, pasará o no. Es inteligente y divertida, autoconsciente y crítica.
Uno de los puntos álgidos de la película es la crítica a ese espectador, o más bien a ese fanático, que siempre se comporta de forma tóxica por redes sociales, que no está dispuesto a ver nada nuevo sobre la saga de su infancia. La historia lleva a los fanáticos a un punto de locura máxima para reivindicar algo que no hace falta reivindicar. Es un palo a todos estos espectadores conservadores extremistas y llenos de odio por cualquier película que no sea la original.
Craven estaría orgulloso de ver cómo se ha seguido su legado adaptando los nuevos tiempos, aunque eso suponga volver hacia atrás. Scream (2022) es un gran slasher meta-referencial como sus predecesoras que amarán los fans que han seguido la saga durante estos años.

Jose Manuel Medina es un graduado en comunicación audiovisual que actualmente se dispone a estudiar dirección de fotografía mientras trabaja en el Festival de Cine Fantástico de Málaga (Fancine). Desde pequeño se considera un loco por Star Wars, y el cine de terror y fantasía. Lleva a John Carpenter en el corazón y siempre acaba hablando de él en cualquier conversación. Su sueño es vivir con un gatito al que cuidar mientras trabaja dentro del sector cinematográfico. Tiene una gran habilidad para llorar durante cualquier película que vea. Aunque le cuesta elegir sus cintas favoritas siempre acaba confesando que son El Viaje de Chihiro, The Thing y The Last Jedi.