Scream 6: la evolución del meta-slasher
Dirección: Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett.
Guion: James Vanderbilt y Guy Busick, basada en personajes de Kevin Williamson.
País: Estados Unidos.
Elenco: Melissa Barrera, Jenna Ortega, Jasmin Savoy Brown, Mason Gooding, Hayden Panettiere, Dermot Mulroney, Courtney Cox, Jack Champion, Devyn Nekoda, Liana Liberato, Josh Segarra, Tony Revolori, Samara Weaving, Henry Czerny.
Palomómetro:
Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt17663992/

En 1996, Wes Craven y Kevin Williamson hicieron una pequeña película titulada Scream: grita antes de morir. 27 años después, Radio Silence (Mat Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett) estrena su segunda película de la misma franquicia con un asesinato inicial que marca un cambio de rutina para lo que suele ser un procedimiento estándar en la saga. A partir de este momento, uno se da cuenta de que Bettinelli-Olpin y Gillett finalmente se apropiaron de Scream para darle forma propia.
Un año después de la quinta entrega, Scream 6 – ¡el número volvió! – sigue al grupo de sobrevivientes de la Masacre Legado de Woodsboro, Sam Carpenter (Melissa Barrera), Tara Carpenter (Jenna Ortega), Mindy Meeks-Martin (Jasmin Savoy Brown) y Chad Meeks-Martin (Mason Gooding), quienes se enfrentan a nuevos asesinatos relacionados con Ghostface. La película cambia los espacios abiertos, suburbanos y familiares de Woodsboro por Nueva York, inyectando a la franquicia de una necesaria dosis de adrenalina. Este escenario trae nuevos sentimientos de aislación, miedo y claustrofobia, al final del día se trata de Nueva York.
Asimismo, trae consigo a un Ghostface más sanguinario, rudo, implacable y despiadado. La presencia de la máscara fantasmagórica cambia, ya que el asesino enmascarado de Scream se suele asociar con sus tropiezos, fallos, habilidades cuasi-sobrenaturales y movimientos exagerados al momento de usar el disfraz. No obstante, en esta ocasión, Bettinelli-Olpin y Gillett construyen su propia versión del icónico villano slasher: Ghostface pasa de ser un torpe, quizás amateur, asesino, y se convierte en un individuo con fuerzas y resiliencia sobrehumanas y destreza en el manejo de sus alrededores, pasando a ser una versión más sagaz y peligrosa del personaje, con muertes más brutales y ataques más certeros y violentos.
Lo que sucede en Scream 6 es la evolución de la franquicia. Ahora se encuentra en manos de Radio Silence y ambos directores intentan asignarle una nueva personalidad. Mientras que en la entrega anterior se encontraban en medio de un conflicto autoral – hacer una película fiel a su propia visión u homenajear al fallecido Wes Craven en el primer filme de la saga sin su involucramiento–, en esta secuela se tiene un mejor manejo del material. Los directores le dan una nueva identidad a la franquicia de 27 años sin perder ese toque de comentario social que caracterizó a las primeras cintas.

Así como la entrega anterior se dedicó a criticar la toxicidad en los fandoms actuales, este filme se enfoca en la misoginia presente en círculos sociales, lo sencillo que es expandir esa ideología por medios digitales, la naturaleza de las franquicias actuales y lo absurdo que esto es.
La historia expande el personaje de Sam Carpenter, quien en la entrega anterior carecía de personalidad y parecía existir solamente por su conexión con Billy Loomis, un villano del pasado. Ahora Sam batalla contra esa conexión tan conflictiva, las dificultades que ha enfrentado después de su enfrentamiento con Ghostface –incluyendo las acusaciones misóginas, impulsadas por el Internet, de que ella fue la asesina original – y los problemas que tiene con su hermana, Tara, quien lidia con su trauma a su propia manera.
Si una de las partes más sólidas de la película anterior fue la relación entre las hermanas Carpenter, esta entrega las consolida como un buen reemplazo de Sidney Prescott. A pesar de recorrer territorios familiares –las primeras dos secuelas exploraron el trauma con el que vive Sidney después de los asesinatos en su primera película–, el enfoque de ambos personajes es completamente nuevo y más relevante para un cine de terror donde los personajes pueden abrazar sus pensamientos más oscuros sin miedo a ser juzgados por la audiencia.
Scream 6 es el segundo paso de una franquicia en encontrar una voz nueva. Por un lado, tiene elementos que arrastra debido a su legado – personajes, estereotipos, clichés –, pero, por el otro, crea fundamentos que consolidan su nueva identidad. De esta forma, la franquicia de Scream está evolucionando en algo más apegado al cine de terror actual y menos a la clase de meta-comentarios ofrecidos por Craven. Un cambio de manos no significa que el cuchillo con el que estas películas apuntan a la audiencia sea menos filoso, al contrario, parece que ahora se empuña un arma más punzante, aunque todavía su equipo creativo se esté acostumbrado al manejo de este.

Nacido en un pueblo pequeño sin cine, Carlos se enamoró del séptimo arte de manera gradual, llegando al apogeo en medio de su adolescencia. Fanático del cine de género, su pasión por el cine no conoce límites, pasando a medios televisivos y literarios, películas clásicas y modernas, ganadoras del Óscar, y las peores del año. Su segunda pasión es escribir sobre las cosas que le gustan y celebrar estas pasiones con gente que las comparta.