Orlando, mi biografía política (BIFF 2023): cátedra sobre teoría del género con estilo godardiano
Sección: Miradas expandidas.
Dirección: Paul B. Preciado.
Guion: Paul B. Preciado.
Países: Francia.
Palomómetro:
Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt26448981/

El mundo de la academia en las ciencias sociales vive en la paradoja de devenir de la experiencia humana en su cotidianidad y escribir para un reducido grupo de “intelectuales” con el propósito de instigar debates en clases y tertulias, celebrando la genialidad del autor por la complejidad de un texto que necesita ser leído más de una vez para su mediana compresión e instigando una competencia entre los presentes por quién tiene más capacidad para relacionar esas páginas con otros textos de la misma teoría, pero que poco o nada cambian las realidades de aquellas personas que dieron sus historias para que pudieran elaborarlas. Es entretenido, pretencioso y uno de los motivos por los cuales los “científicos sociales” somos percibidos (o simplemente somos) fastidiosos.
Es por eso que resulta tan interesante ver a uno de los “nuestros” adentrarse en el mundo del cine y estudiar su capacidad de expresión con el lenguaje cinematográfico, como ocurre en Orlando, mi biografía política de Paul B. Preciado. Uno de los nombres más prominentes en el mundo de la filosofía contemporánea, Preciado ha elaborado un extenso trabajo en torno al género, la identidad y el cuerpo, ubicándose políticamente como un activista por los derechos de las personas trans. Entre sus posturas más populares está el uso de fármacos en los procesos de transición expresada en su libro Testo Junkie.
De Preciado hay que reconocer que su método es muy autoetnográfico, su experiencia es el punto de partida y su primera película no es la excepción. En su primera línea, su voz en off dice “alguien una vez me preguntó ¿Por qué no escribes tu biografía? Y respondí Porque la maldita Virgina Woolf escribió mi biografía en 1928”. El texto es la novela Orlando, en la que su protagonista, un aristócrata inglés del siglo XVI, atraviesa Europa y en su viaje se transforma de hombre a mujer. No es que Woolf haya inventado a los transexuales y la no confirmación con el género, pero su obra fue uno de los espacios más importantes al expresarla por medio del arte literario.
Orlando, mi biografía política es una adaptación libre en la que Preciado elabora una carta a Woolf, presentando a los Orlandos de la modernidad: personas trans y no binarias de varias edades, que van interpretando pasajes de la novela a la par que hablan de sus experiencias de vida. El director también hace parte de esos Orlandos y su voz va articulando estas historias con las palabras de Woolf y su teoría. Es una propuesta creativa, de gran ingenio visual y con momentos espontáneos y divertidos, pero eso no evita que caiga en la trampa habitual de la academia: instrumentalizar a las personas para validar una propuesta teórica.
Con una clara influencia godardiana en el espíritu más político del cineasta francés expresado en cintas como La Chinoise (1967), Preciado muestra una destreza asombrosa para la puesta en escena. Es sin duda un trabajo hermoso y creativo que juega con el estilo y forma para celebrar el espíritu libre de la disidencia sexual. Con vestuarios y escenarios llenos de colores, canciones que varían de lo clásico al heavy metal y apartados musicales que provocan sonrisas, es difícil resistirse al encanto de las imágenes. Además, hay ciertos permisos para la espontaneidad en medio de una elaboración tan meticulosa que resultan ser los momentos más genuinos y emocionantes de la cinta.
Sería un error clasificar esta película principalmente como un documental, si se necesita recurrir a las convenciones de los géneros cinematográficos es más apropiado describirla como un ensayo fílmico. Esto porque Preciado ha elaborado este guion por décadas, mucho antes de encontrarse con las personas y filmar sus testimonios, porque su interés no es la manera en que Orlando ha influido la vida de las personas trans, sino cómo lo que dicen puede servir para validar las posturas centrales de su teoría.
No sería justo solo reclamar a Preciado por algo que hacen muchos cineastas, pero al mismo tiempo no es cualquier cineasta, es alguien que sabe la importancia de cuestionar el lugar de enunciación y lo hace constantemente con la figura de Woolf, reclamando su fijación en la aristocracia para contar una historia trans. A Preciado se le puede cuestionar como un sujeto con una mirada eurocéntrica y privilegiada, pero que él mismo no lo reconozca demuestra que hace de su postura un absoluto y, por lo tanto, quienes participan en la película terminan expresándose principalmente en los mismos términos.
Sin embargo, esto no debería sorprender, está en el título: se trata de un manifiesto político y, como autor, tiene la libertad de hacerlo, además que es alguien con experiencia en el campo de estudios. Al final, este ejercicio de incursión en el cine se siente como una exposición de cátedra universitaria que puede ser ingeniosa y creativa, pero que recae en las trampas del extractivismo y el lenguaje académico.

Antropólogo en formación y cinéfilo de corazón. Su pasión por el cine comenzó después de sentir que no podía moverse de la silla E-3, en la sala 5, el 16 de noviembre de 2016, cuando terminó la función de una peli donde Amy Adams descubre cómo hablar con aliens.
Su director favorito es Denis Villenueve y estaría dispuesto a ver hasta un comercial sobre caries si es dirigido por él (o por Julia Ducournau). Dedica una gran (y absurda) cantidad de tiempo a leer y analizar la temporada de premios, haciendo predicciones sobre películas que ni siquiera se han producido. Cuando la pereza no le gana, hace recomendaciones en su perfil de Insta @j.andres.rt y en el de @subtitulados.co.