Memoria: ser extranjero en la historia de otros
Disponible en: cines colombianos. Próximamente disponible en otras locaciones de América Latina.
Dirección y guion: Apichatpong Weerasethakul.
Elenco: Tilda Swinton, Elkin Díaz, Jeanne Balibar, Juan Pablo Urrego.
Países: Tailandia, Colombia, Francia, Alemania, México, China.
Palomómetro:
Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt8399288/
Esta reseña contiene spoilers.

Bogotá es hogar de millones y un prospecto para miles de personas que migran desde todos los rincones de Colombia, buscando nuevas oportunidades. Una cacofonía inunda las calles, el transporte público y los hogares, lo que impide que se escuche el llamado de la selva, el campo, el municipio y de todo aquello que fue dejado atrás por los citadinos. En Memoria, de Apichatpong Weerasethakul, estos sonidos empiezan a manifestarse con gran intensidad y solo una persona en la ciudad puede percibirlos.
¡BUM! Jessica (Tilda Swinton), una inglesa asentada en Colombia, se despierta una mañana por un estruendo. ¡BUM! Siendo la única que lo escucha, se ve obligada a pedir ayuda a un joven músico llamado Hernán (Juan Pablo Urrego) para recrearlo. ¡BUM! Jessica visita las montañas colombianas y alcanza a acariciar el motivo de este sonido tan desconcertante gracias a un campesino, también llamado Hernán (Elkin Diaz).
Apichatpong y Tilda, los invasores
Tuve la oportunidad de asistir a una función especial de Memoria con la presencia del director y la actriz principal. Durante la sesión de preguntas, Swinton y Weerasethakul comentaron sobre su decisión de filmar en Colombia. Ambos querían desarrollar una historia en una tierra donde fueran extraños, casi alienígenas, y así lo demuestra su trabajo. Swinton parece un ser amorfo en esta historia, con Weerasethakul filmando desde la distancia a través de planos generales que detallan una mujer alta y blanca que camina a través de las calles de Bogotá como un extraterrestre.

Aunque el cine convencional prefiere acercar a la audiencia al rostro del protagonista para crear empatía, Memoria nos aleja físicamente de Jessica durante gran parte de la película, estableciendo las dificultades que tiene para conectarse con todos los elementos de su ambiente. Cuando un perro de la calle camina detrás de ella, Jessica lo esquiva en una plaza y se esconde de él, evitando todo amor, cariño y dificultades relacionados a conectarse con un animalito. En otra secuencia, el joven Hernán le ofrece a Jessica apoyo económico para comprar un insumo costoso, ella responde abandonándolo.
La cinta implica que la apatía de Jessica es tan patológica que su memoria se ve afectada por ello (después de todo no logra diferenciar entre los dos Hernán, por ejemplo). Aquí, Memoria establece que sentir empatía y ser cercana a otro es una decisión voluntaria que Jessica no está dispuesta a tomar.
Jessica está tan alienada que se refiere a la tecnología como un “invento humano”, y está desesperada por recibir benzodiacepinas para aliviar su ansiedad y no sentir su entorno. Nuestra protagonista no es la única carente de empatía. En el instante más gracioso del filme (una bendición dado el ritmo tan meditativo del filme), una doctora colombiana niega la naturaleza de los síntomas de Jessica y, ante su solicitud de medicamentos, le regala un folleto religioso para que solucione su angustia sin siquiera estar segura de las creencias de su paciente.

El pasado como fenómeno acústico
Pese al espacio entre Jessica y los demás, el diseño sonoro de la cinta renuncia a cualquier musicalidad para que tanto la ciudad como las montañas resuenen con vida. En una escena, un ruido tremendo irrumpe un paseo de Jessica. El tubo de escape de un camión de pasajeros genera un sonido tan tremendo que sorprende a los transeúntes y en particular a un hombre que sale corriendo asustado.
Este instante me cautivó de forma personal. Cuando era niño, estaba almorzando en un restaurante con mi mamá. ¡BUM! Mi mamá me alzó con fuerza y, mientras huíamos desesperados del sitio, alguien del lugar salió a explicar que el sonido fue por un pequeño inconveniente en la cocina. Entonces mi mamá se calmó (y ayudó a levantar a todas las personas que había empujado accidentalmente).
Después de la función de la película, los cineastas respondieron a un concepto curioso traído por el moderador: La reverberación del trauma, la posibilidad de que el rastro de un evento traumático permanezca latente a través de las generaciones. ¿Por qué el hombre de la calle se alarmó tanto por ese ruido? ¿Por qué mi mamá exageró su reacción ante la despresurización de una olla? El moderador preguntó al director y el reparto sobre su experiencia personal en relación con el conflicto armado colombiano. Swinton y Weerasethakul expresaron que, pese a ser extranjeros, su identidad también estaba determinada por la violencia en sus respectivos países. La sangre derramada en la tierra y el trauma que persiste en las personas pueden terminar su latencia y aparecerse cuando menos lo esperamos.

Regreso al centro de la Tierra
Camino a su hogar en Medellín, Jessica viaja al oriente colombiano. Allí conoce al segundo Hernán, un hombre que jamás ha dejado su pueblo. Hernán explica que puede percibir todas las memorias que quedan impregnadas en los objetos y la tierra, pero que prefiere no tocar nada que no necesite, pues teme abrumarse por el pasado.
En el clímax extrañísimo del filme, la interacción de ambos personajes nos recompensa con una imagen que Weerasethakul había ocultado hasta entonces: el rostro de Jessica. Por primera vez, tenemos un plano cerrado de ella reaccionando a la sensación incómoda de sentir todo el legado de historias de violencia, mientras el resto del mundo parece preferir el silencio y la alienación que tanto la caracterizaban a ella.
Memoria es definitivamente una película difícil. Weerasethakul no tiene intenciones de entretener al público, o si quiera, de explicar los eventos de una película lenta cuyo drama se encuentra enterrado profundamente en la soledad del personaje interpretado por Swinton. Antes de iniciar la función, el director recomendó a la audiencia “no pensar” durante la proyección. Si bien no puedo recomendar esta película sin antes conocer las preferencias del público, estoy de acuerdo con Weerasethakul: Memoria puede apreciarse mejor con la mente en blanco, de manera que nuestra experiencia y el pasado que ignoramos llenen los grandes vacíos que presenta esta narrativa.
Memoria tendrá su estreno en México en el Festival Internacional de Cine de Morelia (octubre 27 – noviembre 1).

Carlos es un médico y profesor colombiano. Descubrió su amor por el cine a los 7 años, cuando su papá le consiguió un reproductor VHS y varias cintas. Luego de ver Star Wars – Episodio III se enamoró para siempre de las salas de cine. Más adelante, se obsesionó con coleccionar películas en DVD y Blu-ray. Durante el curso de su carrera de medicina, sus amigos le convencieron de escribir sobre las cintas en su colección y henos aquí…