Manto de gemas: árida mirada vanguardista que refresca
Dirección: Natalia López Gallardo.
Guion: Natalia López Gallardo.
Países: México, Argentina.
Elenco: Nailea Norvind, Antonia Olivares, Aida Roa, Juan Daniel García Treviño.
Palomómetro:
Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt17280362/
El plano inaugural de Manto de gemas adelanta la forma y el método de la directora debutante Natalia López Gallardo. Un árbol entre la maleza amarillenta surge de la obscuridad en una imagen que clarea lentamente. A lo lejos, una figura se acerca a la cámara y con ella los sonidos de golpes secos de un machete que se blande contra el pasto seco. Un tercer elemento en forma de reflejo entra en juego tan pronto como los sonidos diegéticos invaden el plano: una mujer en ropa interior, detrás suyo un hombre con sus manos en sus senos, ambos viendo hacia la figura con el machete que se aproxima a su ventana. Interrumpen su juego pasional, ella para quedar viendo al hombre y él para descargar su furia en el mobiliario de la casa.
En primer lugar, llama la atención la forma en que López Gallardo construye este plano, de forma sencilla, pero que apela a lo sensorial; de apariencia plana, pero reveladora, con todos sus elementos apareciendo gradualmente en una larga duración que algo tiene de didáctica y de misteriosa a la vez. En segundo lugar, el método narrativo de la directora se hace presente anunciando un filme enigmático de corte vanguardista en el que el malestar social mexicano flota en el aire y la amenaza de la violencia se cierne sobre sus personajes.
Isabel (Nailea Norvind), María (Antonia Olivares) y Roberta (Aida Roa) conforman el elenco de Manto de gemas, sus personajes unidos por la desaparición de la hermana de María, empleada de Isabel, mientras que Roberta es la policía encargada de su búsqueda. Isabel es una mujer apática, en medio de un divorcio, alienada de su familia e hijos, quienes juegan en el campo árido, nadan en la piscina sucia o consumen drogas bajo las narices de la policía.
María emplea sus dotes de cuidado doméstico no solo en la casona medio en ruinas de Isabel, en la que lleva años trabajando, sino también a las órdenes de la banda local de secuestradores, en la que participa gustoso Adán (Juan Daniel García Treviño), el hijo de Roberta, la – al parecer – única policía honesta del poblado, quien una y otra vez intenta enderezar el camino de su vástago. Un malestar atraviesa a estas tres mujeres, quienes, a pesar de sus diferencias, tanto físicas, de carácter y de clase social, son arrastradas por la marea de la violencia imparable en México.
Al contrario de otras representaciones de este fenómeno social, Manto de gemas opera con discreción y sutileza, aunque la cruda violencia permea sus atmósferas y amenaza con materializarse en cualquier plano. Al contrario de la tendencia por recurrir a la violencia cruda y explícita a cuadro, el filme de López Gallardo mantiene el disgusto visual fuera de campo, mostrando los estragos psicológicos de sus protagonistas a través de primeros planos en los que sus estados exaltados quedan de relieve.
Esta es una película no de la sangre derramada ni de la crueldad que oprime la vida, sino de silencios, ausencias, personajes rotos que, muy a su pesar, son llevados por la corriente de la coyuntura nacional. Asimismo, es un filme que aborda la violencia no como un evento extraordinario ni a sus protagonistas como epítomes de la maldad incomprensible, sino como lo inevitable, lo rutinario, lo cotidiano. Escenas como las de María y Adán en la casa de seguridad tendiendo la cama donde descansa una persona maniatada y amordazada mientras hablan de su día emulan la fuerte impresión dejada por una secuencia de Heli (Amat Escalante, 2014), en la que un hombre era torturado en la sala familiar mientras los niños jugaban videojuegos.
En Manto de gemas, muy pocos puntos de la trama se hacen explícitos, por lo que toca al espectador rellenar los huecos dejados. No es una película narrativa en el sentido estricto, sino que está formada por viñetas que van de lo extático a lo terrorífico y de allí a lo indescrifrable. Es palpable el instinto que condujo a su directora y guionista a lo largo del montaje. En la conferencia de prensa del lanzamiento de la película, López Gallardo señaló que el guion estaba escrito con todos sus detalles, pero que esa claridad de ideas y planeación anticipada le permitió discernir sobre las direcciones que podría tomar durante la grabación.
Tal vez Manto de gemas no esté dirigido a satisfacer a las audiencias, pero vaya que da gusto ver un trabajo artístico de este calado, de tal curiosidad y honestidad. En este aspecto es que la película se revela como una búsqueda, como un planteamiento en lugar de una retahíla de argumentos y respuestas que no hacen más que consolidar las nociones de su creador.
López Gallardo, colaboradora habitual de Carlos Reygadas, Amat Escalante y Lisandro Alondo (editó Heli y Jauja de los dos últimos, mientras que es la esposa y ha sido la editora de los últimos largometrajes del primero), plasma su peculiar sensibilidad artística en Manto de gemas, una película inquietante, árida, oscura y por momentos frustrante. No obstante, destaca por su representación de la violencia ligada al narcotráfico en México, planteándola como un malestar etéreo que atraviesa a todos sus habitantes, como un emprendimiento banal. Esto hay que agradecer porque la película no se toma como una burda oportunidad para celebrar la crueldad, de lo que ya tenemos suficiente.
J. Alejandro Becerra es un cinéfilo de opiniones controvertidas. Fundamentalista de Scorsese, se decanta por el cine hollywoodense, pero se empeña por descubrir películas de alrededor del mundo. Aunque estudió Historia en la universidad, le encantaría dedicarse a escribir sobre cine de tiempo completo. No se pierde los Óscares aunque le diga a todos que los odia. Entre sus películas favoritas están Rebecca, Carol, Cléo de 5 à 7, Casino y The Tree of Life. No lo admitirá, pero llora cada vez que mira el final de Porco Rosso. Es un ferviente fanático de Jessica Chastain y Oscar Isaac, y cuenta los días para verlos ganar sus Óscares. Actualmente se dedica a discutir en Twitter con extraños y a aprender sobre marketing digital.