Mantícora (Fancine 2022): la tragedia de un monstruo
Sección: Concurso.
Dirección: Carlos Vermut.
Guion: Carlos Vermut.
Elenco: Nacho Sánchez, Zoe Stein, Catalina Sopelana, Javier Lago, Patrick Martino, Ángela Boix, Álvaro Sanz Rodríguez
País: España.
Palomómetro:
Más información de la película: https://fancine.eu/manticora/

Mantícora, la bestia mitológica con cabeza humana y cuerpo de león que le da título a la esperada película de Carlos Vermut, funciona como la perfecta representación del conflicto entre monstruosidad y humanidad que vive su protagonista. Julián (Nacho Sánchez) es un modelador de criaturas para videojuegos que vive atormentado por un secreto, hasta que Diana (Zoe Stein) se cruza en su vida y aparece entonces un atisbo de esperanza de que, quizás, merezca ser feliz.
El cuarto largometraje del realizador madrileño se trata de una película complicada en su temática, manejada con sumo cuidado, cargada de símbolos y rimas, suponiendo una propuesta abrasiva, pero medida al milímetro en cada paso que da. Así reafirma a Vermut como una de las voces más arriesgadas y únicas del panorama cinematográfico español.
El tema del que parte la película se ha llevado con gran secretismo desde que se dieron a conocer los primeros detalles del proyecto, pero este sale pronto a relucir en la trama y esta decide centrarse en la relación entre Julián y Diana. El grueso central de la cinta está planteado de tal manera que presenciamos lo que, en apariencia, debería ser un relato romántico, pero nuestro punto de vista, con base en lo que el director ha decido contarnos previamente, nos permite conocer lo retorcido del mismo.
A destacar, la inconmensurable actuación de Nacho Sánchez y lo que consigue transmitir, desde la contención, tan solo con la mirada: vulnerabilidad, pasando por tristeza, hasta llegar al más absoluto terror. Por su parte, Zoe Stein está fantástica como reverso del taciturno diseñador de monstruos. Se muestra extrovertida y dulce, saliéndose de la rigidez robótica habitual en la dirección de actores de Vermut.
Mediante un ritmo parsimonioso y con una cadencia en sus imágenes, Mantícora permite una cocción a fuego lento de la historia hasta que, cuando te das cuenta, llega a un abismo del que no hay vuelta atrás. Poco a poco se torna en un drama tan devastador que acaba por entrar en el terreno del horror y ofrece en su acto final una de las secuencias más incómodas y desasosegantes que se me vienen a la mente.
Aun tocando un tema tabú sobre oscuros deseos reprimidos, sale airosa, pues lo hace sin caer en el morbo fácil, desde la sutileza y no la provocación, manteniéndose con pulso en una línea delicada. En ningún momento entiende, explica, ni justifica las acciones su protagonista, dejando cierta distancia y permitiendo al espectador juzgar por sí mismo.
Siempre es interesante el uso de referencias en el cine de Vermut, y en este caso se cita a Goya, Cronenberg, Junji Ito, el mundo de los videojuegos… Todo como parte de un imaginario que nutre su universo.
Vermut se dio a conocer con el proyecto autofinanciado Diamond Flash (2011), una película ambiciosa de historias cruzadas entorno a la figura de un misterioso superhéroe, en plena ola del cine low-cost español de principios de la década de los 2010. Posteriormente llegaría Magical Girl (2014), en la que repetiría la fórmula de enlazar varias historias, de manera más sofisticada, regalando la que es considerada por muchos (entre los que me incluyo) una de las películas de culto más importantes del cine español de este siglo. Con Quién te cantará (2018) ofreció un melodrama con aires de Almodóvar y Bergman sobre una famosa cantante amnésica y su imitadora.
En Mantícora se enfoca en una única trama que funciona de hilo conductor. Abundan los planos en los que sitúa a los personajes en amplios espacios vacíos, tanto en exteriores como en interiores, creando una poderosa sensación de aislamiento. Vuelve a recurrir a constantes en sus otros trabajos, como son su uso de la elipsis, el fuera de campo, así como los elementos que no vemos, pero que intuimos, dejando que la imaginación del espectador rellene ciertos huecos. El factor sorpresa que golpea inesperadamente y las constantes rimas en el guion que hilan los elementos de la obra le dan un extra de riqueza y contundencia.
Mantícora, el cuarto largometraje de Vermut, parece convivir en el mismo universo de cotidianidad en el que acaba por filtrarse el lado más oscuro del ser humano, consiguiendo un aura de misterio y cierto magnetismo que requieren de talento y sensibilidad únicos. Esta tragedia de un monstruo es una película que se queda en la cabeza y te acompaña una vez abandonas la sala, característica que valoro especialmente del cine de Vermut.

Graduado en Comunicación Audiovisual y Técnico en iluminación, captación y tratamiento de imagen. Me fascinan las historias y las imágenes, y mucho mejor si son en el cine. Intento de guionista frustrado, me gusta lanzar ideas y escribir palabras. Si una peli tiene neones y sintetizadores posiblemente ya de entrada me caiga bien. Vivo obsesionado con los mundos de David Lynch, los Coen y Wes Anderson, y siempre que tengo oportunidad recomiendo Magical Girl de Carlos Vermut.