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Magazine Dreams (Sundance 2023): músculos, masculinidades tóxicas y clichés

Escrito el 26 enero, 2023 @bmo985

Sección: U.S. Dramatic Competition.

Dirección: Elijah Bynum.

Guion: Elijah Bynum.

País: Estados Unidos.

Elenco: Jonathan Majors, Haley Bennett, Taylour Paige, Mike O’Hearn, Harrison Page, Harriet Sansom Harris.

Palomómetro:

Más información de la película: https://festival.sundance.org/program/film/638a1602d406b2db8ff2c6a1

Magazine Dreams. Dir. Elijah Bynum. 2023. Cortesía Festival de Sundance 2023.

La fama consume a aquellos que la padecen, así como a quienes la anhelan. Los primeros ven destruida toda posibilidad de privacidad, mientras que los segundos la persiguen con el convencimiento de que cambiará su vida para bien, dispuestos a mover mar y tierra para alcanzarla. Magazine Dreams muestra el segundo camino, es decir, el declive psicológico de su personaje.

Killian Maddox (Jonathan Majors) es una montaña de músculos que sueña con aparecer en la portada de las revistas dedicadas al fisicoculturismo. Las paredes de su habitación están adornadas con pósteres de los practicantes que admira y pasa tantas horas en el gimnasio como en casa. Su dedicación a esta disciplina es admirable, pero es claro que es el substituto de una vida social.

El mundo no tiene cabida para un hombre tímido que o tartamudea o suelta una retahíla de palabras al insospechado interlocutor. No hay espacio para un hombre que no puede encontrar el punto medio entre la conversación casual y la confesión verborreica de detalles privados sobre su propia vida, parece decir Magazine Dreams, pero, y lo digo como una persona que habita el mundo real, eso no es cierto. Los problemas de Killian no surgen de su comportamiento, sino de la voluntad del mundo que lo rodea de torturarlo.

Tanto trabajo de Jonathan Majors, quien puso su cuerpo a punto para interpretar a un fisicoculturista amateur solitario y violento, para descubrir que el problema es que el cineasta detrás de todo el asunto simplemente ha perdido toda esperanza en la humanidad. El nivel al que opera Magazine Dreams es de una lectura básica sobre la sociedad estadounidense.

El filme de Bynum retoma el hecho de que la soledad es una de las características definitorias de la experiencia estadounidense del siglo XXI, pero lo hace de forma burda, explicando de más y tomando el preciado tiempo de la audiencia para repetir una y otra vez por qué Killian es así. Sin embargo, no puede establecer nada más que un insufienciente “porque es raro” como respuesta.

Travis Bickle de Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976) es una de las inspiraciones más claras detrás de Magazine Dreams, pero a diferencia de aquella cinta, esta comete el error de hacer obvio a su personaje de forma que termina siendo incomprensible, no porque no lo conozcamos, sino porque es transparente. La exageración es la moneda de cambio del guion de Bynum y llega el momento durante los 120 minutos que dura el filme – al igual que me sucedió con Joker (Todd Philips, 2019) –, en el que la audiencia podría preguntarse, “¿bueno, pero por qué no mejor pongo Taxi Driver?”. El último segmento de Magazine Dreams es sintomático de esta confusión elemental, pues una y otra vez parece alcanzar una conclusión que nunca llega y cuyo origen yace en su falta de ideas originales. “Tal vez es chicle y se pega a la pared,” parece declarar Bynum cuando los giros se suceden uno a otro durante los últimos 30 minutos.

Bastante se ha hablado de esta película y parece ser que la actuación de Majors será considerada como una de las más sobresalientes del festival. No niego que se trata de una interpretación poderosa de un actor que destaca a donde va, pero opino que buena parte de las alabanzas se achacan a la explosividad de su registro, como sucedió con Joaquin Phoenix en su momento. Es decepcionante que nuestra idea de una buena actuación masculina siga basándose en la noción de quién puede gritar más alto (criterio que le dio el Óscar a Al Pacino por uno de sus papeles menos memorables, Scent of a Woman, y se lo negó por El Padrino).

La obsesión que se apodera del sujeto, ante todo la fama y el reconocimiento en una disciplina, la hemos visto con suficiente regularidad en el cine como para que un filme a medio terminar como Magazine Dreams quiera vendérnosla como una entrada novedosa en este subgénero tan esencialmente estadounidense como el wéstern. No hay nada sutil aquí, no hay espacio para la duda ni el misterio de la vida y el comportamiento humano, solo interminables explicaciones de dudosa labor psicólogica.

Bynum está seguro de que hace una crítica devastadora sobre cómo los estándares de belleza y la sed de fama distorsionan y corrompen a una persona, pero en cambio solo las articula como una demostración de la miseria humana. No trata de entender a Killian, sino de explicarlo. No de verlo redimirse, sino de verlo hundirse, detalle que no sería un problema si la película no adoptara ese tono serio que predica sobre los males de la sociedad.

Si uno quiere hacer un festín de miseria y sufrimiento – Lars von Trier ha hecho una carrera de ello –, está bien, pero debería ser claro al respecto y no pensar que tirar a alguien a la piscina solo para salvarlo de ahogarse es una forma de hacer arte que se considera a sí mismo importante, ni creer que se está sonando la alarma sobre temas sociales.

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