Luchadoras (Los Cabos 2021): feminicidio, maquila y lucha libre en Ciudad Juárez
Sección: Competencia Los Cabos.
Dirección: Paola Calvo y Patrick Jasim.
Guion: Paola Calvo, Patrick Jasim y Phillip Kaminiak.
Países: México, Alemania.
Palomómetro:
Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt13848044/

Luego de su estreno mundial en el Festival de SXSW en marzo de este año, el documental Luchadoras, dirigido por Paola Calvo y Patrick Jasim, y escrito por Calvo, Jasim y Phillip Kaminiak, compite en la pieza central de programación del Festival de Los Cabos, junto a otras siete películas de México, Estados Unidos y Canadá. Aunque no es tan audaz y valiente como las mujeres cuyas historias de vida presenta, es una mirada urgente a la violencia feminicida en Ciudad Juárez, México.
Luchadoras sigue a Lady Candy, Mini Sirenita, Little Star y Baby Star, cuatro mujeres que se dedican a la lucha libre mientras luchan sus propias batallas personales en “la ciudad más peligrosa del mundo,” como dice una de ellas refiriéndose a Ciudad Juárez. Peligrosa especialmente para las mujeres, es la idea que los realizadores subrayan. Para ello presentan, aunque sin abundar lo suficiente, la violencia a la que se han enfrentado las trabajadoras de la industria maquiladora, esas mujeres que toman un camión en ruta hacia su trabajo y que de repente desaparecen sin dejar rastros, secuestradas y violentadas por los mismos choferes.
Lo cierto es que la realidad de las mujeres en las maquilas de México requiere de una mirada más profunda y reveladora que la que Luchadoras ofrece. Esto se debe en parte a que nunca se convierte en el tema central del documental (aunque irónicamente es más interesante cuando pone el reflector sobre este), sino que se enfoca en cómo las mujeres que se dedican a la lucha libre encuentran otra forma de expresare e incluso de cambiar la forma en la que se mira a la mujer mexicana.
Por un lado, Lady Candy es una madre que lucha para tener contacto con sus hijas, a quienes su pareja le impide acercarse. Por otro lado, Baby Star es otra madre perteneciente a una dinastía de luchadores profesionales que desde muy pequeña ha estado involucrada en este deporte. Ella porta una máscara en todo momento porque le avergüenza que la vean sin ella. Baby Star debe preparar a su hermana de 16 años, Little Star, para ingresar a la lucha libre mientras lidia con la indecisión de instalarse en Ciudad de México, aunque ello implique separarse de su hija. Por último, Mini Sirenita es una mujer que ve en la lucha libre una forma de progresar económicamente, mudarse a Ciudad de México y apoyar a su hija.

Estas cuatro mujeres son madres perseverantes que buscan salir adelante en un país de pocas oportunidades y violencia rampante. Es claro que el verdadero ring de lucha libre para ellas es la vida misma. Resulta interesante, además, que están muy al tanto del problema de violencia estructural de género que se vive en México. En diferentes instancias podemos ver cómo se organizan para, a través de su trabajo de entretenimiento, pronunciarse contra la violencia feminicida. Además, en sus conversaciones expresan frases con una intención claramente reivindicativa del poder femenino, como “yo soy mi propio macho” o “yo no tengo jefes.”
Sin embargo, cabe preguntarse si al dedicarse a este deporte, acaso reiteran la violencia hacia la mujer. En varias instancias se observa cómo en el ring de lucha libre son agredidas por hombres. En todo caso, el que ellas se dediquen a la lucha libre (“el que me quiera golpear, me tiene que pagar,” dice Mini Sirenita) es una muestra más de la precariedad laboral de la sociedad mexicana.
Los realizadores aciertan en su mirada sin prejuicios. Podría decirse que ni siquiera buscan comprender a ese “otro” a través de la cámara, sino presentarlo sinceramente en su subjetividad. Además, mantienen ese escenario desolado de la frontera como fondo de la narración de manera inteligente. Hay un peligro inminente, una violencia palpable que no siempre se manifiesta de manera corpórea. Es el monstruo de la violencia en una tierra sin ley. En medio de todo eso, se mantiene la resiliencia de la mujer mexicana.
Luchadoras pudo llevar su mensaje con mayor eficacia y resonancia, pero es una obra tan especial en sus imperfecciones que resulta difícil de ignorar.

Kenny Díaz nació un 28 de enero de 1996 en Carolina, Puerto Rico, en donde vive. Creció viendo telenovelas con su mamá y amando el pop romántico contemporáneo. Su amor por el cine vendría más tarde junto con el seguimiento a las premiaciones como los Globos de Oro y los Premios Óscar. Ama el cine de Terrence Davies y las historias centradas en personajes femeninos fuertes y complejos. Obtuvo su bachillerato en Historia de América en 2019 de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Actualmente cursa una Maestría en Estudios Culturales en la Universidad Ana G. Méndez, Recinto de Gurabo. Entre sus intereses de investigación están los movimientos sociales y prácticas de resistencia, la construcción de culturas de paz y el problema de la violencia en América Latina desde la producción cultural, con énfasis en el cine y la literatura. Aspira a ser guionista de cine en unos años, así como docente e investigador.