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Little Fish: un amor insuperable en medio de una pandemia amnésica

Escrito el 8 febrero, 2021 @alessandra_kr

Disponible en: video por demanda.

Director: Chad Hartigan.

Guionista: Mattson Tomlin. Historia corta: Aja Gabel.

Elenco: Olivia Cooke, Jack O’Connell, Soko, Raúl Castillo.

Países: Estados Unidos, Canadá.

Palomómetro:   

Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt9735470/

“El día en que te conocí, estaba triste.” Así inicia Little Fish, la más reciente película de Chad Hartigan y el último de los títulos que, por azares del destino, retratan una pandemia en pantalla, filmada meses antes del inicio de la pandemia real que nos tiene atrapados.

En el mundo de la película – basada en la historia corta del mismo nombre – la gente comienza a olvidar. Primero detalles, después caras, hasta caer en un estado de completa pérdida de la memoria y desconocimiento de todo y todos.

Al centro de la historia están Emma (Olivia Cooke) y Jude (Jack O’Connell), quienes se conocen en un encuentro lindo en una playa de Seattle. Él queda prendado inmediatamente del acento británico de ella. Lo que ocurre después es incierto, pues prácticamente lo aprendemos a partir de la narración de Emma, quien escribe todos los detalles importantes de su relación con Jude antes de que sea demasiado tarde: el día de su boda, sus colores favoritos, el nombre de sus amigos…todo lo que sea primordial para mantener los recuerdos y el lazo entre marido y mujer, pues él comienza a demostrar señales de que la amnesia le ha llegado.

La película tiene la esencia de un sueño romántico extasiado en donde visitamos momentos importantes de la historia de los enamorados. Ésta es una pareja sana, con confianza y respeto mutuo que más bien debe enfrentarse a la adversidad de la pérdida de memoria de Jude. Precisamente con esta fatalidad es que la relación entre los protagonistas se vuelve más romántica y trágica. Nada como ver a una pareja hermosa y enamorada perderse poco a poco.

El uso de la cámara, la fotografía y las miradas intercambiadas entre los actores nos enganchan por completo en la historia de amor. La música a cargo de Keegan DeWitt enaltece la historia de amor, auxiliada enormemente por la química entre Cooke y O’Connell. La pareja de Emma y Jude posiblemente estará en los rankings de mejores parejas del cine actual. De hecho, quizá no se debería aconsejar ver esta película si se está pasando solo esta pandemia, pues la añoranza que produce puede ser fuerte.

Más allá de la historia de amor y pérdida al centro, la película es un rompecabezas al estilo de Eterno resplandor de una mente sin recuerdos. ¿Qué es real? ¿Qué es un recuerdo y de quién? ¿Qué pasó primero y qué pasó después? Son preguntas que probablemente no se podrán responder en la primera reproducción, pero que igualmente no demeritan la experiencia de ver la historia por primera vez en pantalla. Es posible que incluso sean necesarios múltiples visionados, y más al considerar que el final se ilumina lenta y poderosamente. El desenlace pone en duda todo lo que vimos anteriormente.

En cuanto a las actuaciones, estamos ante la presencia de dos de los mejores actores de su generación, pero que siguen manteniendo un perfil bajo. Olivia Cooke fortalece un CV extraordinario al dar una interpretación discreta y emotiva. Ella no ofrece actuaciones escandalosas, más bien su fortaleza se encuentra en la emotividad de sus ojos y la naturalidad de sus actuaciones. Por su parte, Jack O’Connell sorprende en un rol sensible y cotidiano, prácticamente como nunca se había visto. Después de verlo en dramas intensos interpretando a personas dañados – Unbroken, 71, Starred Up – aquí presenta a un hombre común y corriente, con algunos huesos en el closet, pero completamente devoto a Emma.

Con un elenco secundario conformado por Soko como Samantha y Raúl Castillo como Ben –mejores amigos de Jude y Emma – entendemos lo que le espera a la pareja que apenas está empezando a lidiar con la amnesia. Las dos historias de amor son memorables y tristes a su estilo.

Ya sea para disfrutar la historia de amor al centro o para descifrar las muchas pistas que se dejan a partir de nuestra narradora de poca confianza, sospecho que la película crecerá en apreciación mientras más veces se vea. Por esto, Little Fish es una película que anticipo revisar muchas veces más.

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