La Liga de la Justicia de Zack Snyder: La épica que nació a partir de un hashtag
Disponible en: video por demanda (Apple TV, Cinépolis Klic, Amazon, Google Play, YouTube, Izzi, Claro Video). Próximamente en HBO Max.
Director: Zack Snyder.
Guionistas: Zack Snyder, Chris Terrio, Will Beall.
Elenco: Henry Cavill, Ezra Miller, Jared Leto, Gal Gadot, Ben Affleck, Ray Fisher, Harry Lenix, Kiersey Clemons, Connie Nielsen, Jason Momoa, Amy Adams, Jesse Eisenberg, Diane Lane, J.K. Simmons, Willem Dafoe, Kai Zheng, Jeremy Irons, Joe Manganiello, Ciarán Hinds.
País: Estados Unidos.
Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt12361974/

En 2017, la versión original de la Liga de la Justicia fue lanzada, provocando una mayúscula decepción en fanáticos y público en general. La razón que catalizó aquel desastre fue que el director Zack Snyder abandonó el proyecto por motivos personales y fue sustituido por Josh Whedon, quien tomó las decisiones finales de aquella versión. El resultado fue una película caótica y desordenada que presentó un popurrí de escenas de acción sin una historia que tuviera pies o cabeza.
Aunque nunca sabremos si el desastre fue culpa de Whedon o Warner, desde entonces se filtró el rumor de que gran parte del material grabado por Snyder no se incluyó en el montaje final, lo que provocó la creación del hashtag #ReleaseTheSnyderCut con el que los fans exigieron ver la visión original de la historia. Y lo lograron cuatro años después. La Liga de la Justicia de Zack Snyder es el resultado.
Esto nos lleva a la pregunta, ¿era necesario este lanzamiento o es un mero capricho? Quizá sea un poco de ambas. Lo cierto es que, aunque La Liga de la Justicia de Zack Snyder cuenta la historia de antes, lo que vemos es una película totalmente distinta y, sobre todo, indiscutiblemente mejor. Hasta ahora no existía ejemplo perfecto de cómo es que en una sala de montaje se puede dignificar y curar – como cirujano experto – una historia atropellada por intereses de un cine de propiedad intelectual de unos ejecutivos más poderosos que un director comprometido con su historia.

En esta entrega se presenta a Batman (Ben Affleck) y Wonder Women (Gal Gadot) buscando honrar el sacrificio de Superman (Henry Cavill) al reclutar a personas con superpoderes para hacer frente a una amenaza que se cierne sobre el planeta. Este nuevo grupo – compuesto también por Flash (Ezra Miller), Cyborg (Ray Fisher) y Aquaman (Jason Momoa) – termina siendo La liga de la justicia.
En la primera hora de la película, los personajes se desarrollan satisfactoriamente. Ahora entendemos por qué se alían, lo cual no parece algo impuesto como en la versión anterior, en donde básicamente lo hacían porque de otra manera no había película. Gracias a ello, ganan personajes que quedaban desperdiciados, especialmente Flashy Cyborg. Mientras que el primero se limitaba a ser el bufón en turno, esta vez gana en matices sin dejar de lado su parte cómica. Cyborg, por su parte, pasa de ser una especie de deus ex machina que simplemente estaba ahí para salvar el día a tener un conflicto con peso importante en la batalla.
El villano también sale beneficiado. Para Whedon, Steppenwolf (Ciarán Hinds) era un antagonista salido de los Power Rangers que solo era malo porque le gustaba provocar caso en la Tierra. En cambio, ahora Steppenwolf tiene una motivación clara y personal, aunque sigue siendo parte de una jerarquía de villanos.
A pesar de que se trata de una notable mejoría, esta versión tiene inconvenientes. Quizás lo más débil es su inicio. Sus muchas escenas de acción aportan poco a la nueva lectura de la historia. De igual manera, hay escenas de relleno, al punto que parece que estamos viendo una edición extendida en la que el director, más que replantear la trama, incluye todas las escenas que quedaron fuera del corte final. A Snyder se le va la mano y confunde ofrecer su visión original con incluir todo el material grabado. Tramos soporíferos y algunas escenas de acción que abusan de slow motion se sienten eternas.

Otro problema es su duración. Seguramente para los seguidores acérrimos sus más de cuatro horas de metraje no serán un problema, pero para el espectador promedio sí serán un reto. Afortunadamente, previendo quizás esta situación, la historia está fragmentada en capítulos. De este modo, se presta para verla en formato miniserie al estilo Watchmen (a diferencia de The Irishman, aquí el director sí nos da la bendición para verla en partes).
En cuanto a la historia, lo que se le puede reprochar es que se da mucho peso al duelo de Louis Lane (Amy Adams), sin que esto llegue a ningún lado, pues el personaje tiene un fin tan específico que no requería que se le diera tanto énfasis. Además, el guion tiene diálogos que se sienten como viñeta de videojuego que se podrían obviar gracias a otros momentos más inspirados.
Zynder dota de solemnidad y seriedad al producto, pero no contraviene su naturaleza al convertirlo en algo que no es, como el drama social en Joker o el thriller psicológico en The Dark Knight (excelente en su propio registro). Esta Liga de la Justicia es, ante todo, un filme de superhéroes. El clímax del filme y su recta final son potentes, ayudados por una estimulante banda sonora de Thomas Holkenborg.
La Liga de la Justicia de Zack Snyder funciona como disculpa y regalo al público adepto de DC. En esta versión vemos la visión del director y, aunque no sea uno de los mejores narradores, plasma su pasión detrás del proyecto y su compromiso con los fans para dejarles satisfechos. Citando al maestro Scorsese, puede que esta versión no deje de ser una montaña rusa con subidas y bajadas, pero sus curvas están tan bien cimentadas que es imposible no dejarse llevar por su pulso épico.

Víctor López Velarde Santibáñez es un abogado, amante del arte y las letras en sus diferentes manifestaciones. Uno de sus grandes intereses es analizar la relación entre cine y literatura, comparando las adaptaciones cinematográficas con las respectivas novelas en las que se basan. Alivianado, pero amante de los enfrentamientos de opinión dentro de un marco siempre respetuoso, nunca se cansará de debatir con aquellos que difieren en gustos u opiniones cinéfilas. Aunque celebra el Óscar a Mejor película otorgado a Moonlight por sus implicaciones discursivas, su lado amante del cine musical sigue asegurando que la verdadera ganadora era La La Land. En un futuro le gustaría ser un juez geek que incluya en sus sentencias referencias a la cultura popular.