La chica que amaba a los caballos: un vistazo a una mente perturbada
En dónde la puedes ver: Netflix
Director: Jeff Baena
Elenco: Alison Brie, Molly Shannon, John Ortiz, Debby Ryan, Jake Picking, John Reynolds.
Duración: 103 minutos
Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt11388406
En La chica que amaba a los caballos, Alison Brie interpreta a Sarah, una mujer con una vida promedio cuyo historial familiar con las enfermedades mentales la atormenta a diario. La cinta desarrolla las diferentes etapas por las que la protagonista atraviesa para aceptar que existen manifestaciones de un trastorno psicológico en ella.
Esta peculiar historia aborda la esquizofrenia con elementos reales y paranormales. Todo empieza con el comportamiento obsesivo de Sarah hacia el caballo Willow, pues le hace visitas frecuentes a pesar de que pasó a manos de otro dueño. Es aquí donde entendemos que la mujer tiene un vacío que pretende llenar con el amor a su caballo, al mismo tiempo que se aleja de las personas que la rodean.
Su personalidad tímida le impide hacer conexiones más allá de lo superficial con sus compañeras de trabajo y de vivienda. Eventualmente, Sarah conecta sus síntomas con los que sufriría una víctima de una abducción alienígena, con situaciones tan creíbles que convencen a la audiencia de que la mujer es parte de un experimento genético.
Un dato curioso es que la película no contaba con un guion, las interacciones entre los personajes son improvisaciones generadas a partir de un esquema que desarrollaron Brie y el director, Jeff Baena. Ambos buscaban crear un proyecto en el que se expusieran las dificultades que experimenta una persona con una enfermedad mental. En el caso de la actriz, su abuela sufría de esquizofrenia, y como el personaje principal, tiene un miedo latente de que los síntomas empiecen a surgir.
Además de que la historia es interesante y original, lo mejor de la película es Alison Brie. Esta mujer no puede esconder su talento. Puede hacer pasar al público del llanto a las carcajadas con una mirada. La actriz lidera al resto del elenco con facilidad, dando pie a reacciones francas. La dinámica es clara especialmente con Molly Shannon y John Reynolds, dos de los personajes que más interactúan con Brie.
Shannon interpreta a una compañera de trabajo cariñosa y empática ante las muestras de vulnerabilidad de Sarah, ofreciendo una mano amiga a alguien que sufre en silencio. Asimismo, Reynolds entrega a un hombre con una atracción genuina a la excéntrica Sarah, pero huye cuando la mujer rompe su frente adorable y descubre su lado paranoico.
Los efectos visuales no pueden competir con los grandes blockbusters, pero le dan un toque artístico que es difícil de obtener. Mi único problema en cuanto a la dirección de arte es la elección de mostrar a las criaturas alienígenas y su forma antropomórfica. Me quedo con ganas de un diseño más creativo.
Finalmente, la historia no está dirigida a cualquier público. La cinta busca el contraste de la fantasía y realidad, aunque a ratos resulte incómodo. Hace visible la vida de gente invisible para la sociedad dominante, que silencia a quienes contrastan con “lo normal”.
La chica que amaba a los caballos es una forma muy bella de exponer una enfermedad mental sin idealizarla. Pone en evidencia lo solitaria que puede ser la vida de quien la padece, pero también muestra cómo el sujeto la disfruta, y lleva sus pensamientos a un nivel diferente de la realidad. Es una película distinta, durante la cual podrán gozar del talento de actores que merecen más reconocimiento en la cultura pop.
Daniela Díaz es una mujer internacionalista, feminista y foodie con una gran admiración por el mundo del entretenimiento. Escribe reseñas, artículos y noticias para Palomita de maíz y es muy difícil de complacer. Le gusta encontrar humor en la vida diaria para olvidar sus penas y dar su opinión (aunque no se la pidan). Daniela aporta una visión sarcástica e irreverente con su análisis de nuevo contenido. La búsqueda de su película favorita no ha terminado.