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John Wick 4: la epopeya en medio de la acción

Escrito el 3 abril, 2023 @BadLuckCharls

Dirección: Chad Stahelski.

Guion: Shay Hatten y Michael Finch, basado en personajes de Derek Kolstad.

Elenco: Keanu Reeves, Donnie Yen, Bill Skarsgård, Ian McShane, Laurence Fishburne, Hiroyuki Sanada, Shamier Anderson, Rina Sawayama, Scott Adkins, Lance Reddick, Clancy Brown, Natalia Tena, Marko Zaror.

País: Estados Unidos.

Palomómetro:

Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt10366206

John Wick 4. Dir. Chad Stahelski. Corazón Films. 2023.

A partir de su aparición debut (Chad Stahelski, 2014), John Wick (Keanu Reeves) ha crecido considerablemente. La secuela, John Wick 2: un nuevo día para matar (Stahelski, 2017), permitió que el personaje se consolidara entre el público y con John Wick 3: Parabellum (Stahelski, 2019) el asesino titulado como Baba Yaga alcanzó su punto más alto de relevancia en el zeitgeist.

Con la llegada de John Wick 4, no solo regresa esta ya icónica cara del cine de acción, sino que también se presencia el momento en el que deja de ser una figura humana. Desde la primera escena, Wick deja atrás el reino humano y se canoniza con figuras de historias clásicas, epopeyas. Tiene más en común con héroes como Hércules, Aquiles y Odiseo, personajes que pasan por grandes desafíos para alcanzar su destino, que con humanos como John McClane o John Rambo. No obstante, mientras que los primeros se enfrentaban a deidades y criaturas mitológicas, Wick, como McClane y Rambo, se enfrenta a figuras de poder y sistemas opresivos que lo empujan lejos de su vida soñada.

En las tres películas anteriores, Stahelski y compañía crearon un mundo habitado por asesinos, con sus propias reglas, dioses y monstruos. Con esta entrega, esta realidad finalmente obtiene una imagen clara y una construcción sólida. La mitología wickeana se inspira en los dioses griegos, James Bond, organizaciones secretas, monedas de oro, películas como Lawrence of Arabia (1962, David Lean) y The Warriors (1979, Walter Hill), spaghetti westerns, la cultura japonesa y películas mudas de comedia, prácticamente cualquier cosa que el equipo creativo adore. A pesar de ser un mundo basado en el homenaje, el pastiche pos-irónico que tanto afecta a otras franquicias no se manifiesta en el mundo de John Wick; al contrario, todo es tratado con seriedad.

La dignidad con la que John Wick 4 presenta su mundo le facilita introducir escenarios y personajes que rayan lo ridículo debido, pues la diégesis creada permite que esas situaciones no sean puestas en duda. Al final del día, hablamos de un universo donde hay asesinos en todos lados, con estructuras sociales escondidas y esparcidas alrededor del mundo. Se trata de una realidad en la que ver a gente disparándose o dándose golpes en medio de un club apenas causa estruendo entre los bailarines de la pista de baile.

Así como establece la mitología y las reglas de este mundo, Chad Stahelski, director de la franquicia, ha establecido un estilo visual junto con el fotógrafo Dan Laustsen, con quien enmarca el mundo de asesinos y consolida la estética potente de este filme. Inundado de neones, colores brillantes y sombras, el dinámico trabajo de iluminación, junto con la coordinación cinética de las cámaras, convierte a todas las escenas en espectáculos visuales. Los encuadres evaden tonos grisáceos y descoloridos, los movimientos de cámara posibilitan la comprensión de lo que sucede y la iluminación permite la visualización completa de los personajes y sus alrededores, características que se han ido desvaneciendo de los blockbusters para entregar productos mecánicos y blandos.

El montaje, a cargo de Nathan Orloff, crea una película fresca que no cansa al espectador a pesar de su duración (2h 49min), la gran cantidad de peleas y la variedad de perspectivas. El sonido no solamente es contundente desde el primer golpe, también es uno de los puntos destacados del filme al convertir lo que podría ser una cacofonía de tiros, golpes y espadazos en melodías violentas y armoniosas con la banda sonora original de Tyler Bates y Joel J. Richard.

John Wick 4. Dir. Chad Stahelski. Corazón Films. 2023.

Algo en lo que John Wick 4 no resalta, siendo esto una característica de las entregas anteriores, son las actuaciones y el guion. No obstante, lo que más importa es la ejecución. El guion no es un problema ya que su estructura explora el basto universo de asesinos y no estanca el desarrollo de la historia. Por su parte, los actores toman sus diálogos y los recitan con una pasión que, sin importar que tan cursis suenen, brillan a partir de su carisma, elevando un guion que en otras manos sería un detrimento para la película.

Keanu Reeves como John Wick demuestra una vez más cómo su trabajo físico dice más que 1,000 palabras. Reeves pone su cuerpo al límite, estirando su resistencia y propiedades físicas hasta puntos caricaturescos sin perder la vulnerabilidad y delicadeza humana. Hay momentos en los que el personaje enfrenta adversidades físicas que matarían a cualquier secuaz sin nombre – uno de los varios ejemplos a cargo de los dobles de riesgos –, pero que, debido a su estatus de héroe mítico, termina con daños mínimos. De igual forma, presenta vulnerabilidad y cansancio sinceros cada vez que Wick sufre un daño, ofreciendo verdadera preocupación en el espectador. La misma pregunta aparece de manera sorpresiva en esta película: ¿podrá John Wick sobrevivir a esto?

Tras la efectiva sencillez de la primera película, la complejidad asombrosa encontrada en la segunda cinta y la sobresaturación cinética del tercer capítulo, esta entrega muestra escenas de acción sofisticadas, grabadas con una precisión y creatividad nunca antes vistas. Peleas de espadachines, batallas contra ejércitos con armadura, enfrentamientos contra los asesinos disponibles en una ciudad y Scott Adkins en un fat suit son algunos de los manjares presentes.

Las escenas de acción no se mantienen en pantalla por tiempo excesivo. El manejo de tiempos y ritmos, el equipo de dobles y la manera en que todo culmina en eventos explosivos sin perder el momentum de la historia no solo hablan bien de la labor de Stahelski detrás de cámara, sino que se convierten en pruebas de sus esfuerzos titánicos por traer a la vida un espectáculo caótico y controlado.

Desde Mad Max: Fury Road (George Miller, 2015) no vemos una película de acción que se desenvuelva tan elegantemente, presentando un mundo vibrante, con personajes sencillos e intensos que encajan en esta realidad. Cada persona involucrada en este proyecto se encuentra en su elemento, demostrando una maestría que convierte a John Wick 4 en una epopeya de acción como pocas.

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