How to Have Sex (LFF 2023): la cultura de la complicidad retratada en su máximo esplendor
Sección: Journey.
Dirección: Molly Manning Walker.
Guion: Molly Manning Walker.
País: Reino Unido.
Elenco: Mia McKenna-Bruce, Lara Peake, Shaun Thomas, Samuel Bottomley, Enva Lewis, Laura Ambler.
Palomómetro:
Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt22890246/

Tara (Mia McKenna-Bruce) es una adolescente inglesa quien, junto con sus mejores amigas Skye (Lara Peake) y Em (Enva Lewis), viaja a Creta durante Pascua para pasar unas vacaciones que prometen diversión, salidas hasta el amanecer y mucho sexo. Es más, la persona que tenga más sexo durante estos días, comentan entre ellas, tendrá el privilegio de dormir en la cama más grande del hotel raquítico en el que se hospedan (fácilmente podría ser el mismo en el que se desarrolla Aftersun [Charlotte Wells, 2021]).
Como cualquier adolescente que no sabe en realidad qué será de su vida, y con la certeza de que tendrá que retomar sus exámenes, Tara ve este descanso como la pausa necesaria, así como la oportunidad de por fin perder su virginidad, algo que le recuerdan constantemente las más experimentadas Skye y Em. Pareciera que esta es la misión principal del viaje de Tara.
Entre alcohol, vestidos diminutos y momentos de locura descarrilada se desarrolla How to Have Sex, la ópera prima de la cinefotógrafa Molly Manning Walker y ganadora a mejor película en la categoría de Un Certain Regard en la pasada edición del Festival de Cannes. Aunque simple en su narrativa, la película deja una impresión duradera precisamente por eso: es sencillo identificarse con las circunstancias, experiencias e incomodidades surgidas a partir de las vivencias de las amigas, en especial de Tara, quien, con su personalidad alegre e inexperta, resulta una presa sencilla para los lobos colmilludos que vagan por ahí.
La oportunidad de tener una experiencia memorable viene de la mano de Badger (Shaun Thomas), el vecino de cuarto de hotel quien, con sus intentos torpes por llamar la atención de las amigas y su actitud dócil y boba, cacha los ojos de Tara. No obstante, las presiones del cada vez más grande grupo de amigos, así como del entorno descontrolado marcado por mucho alcohol, cero supervisión y aguante impresionante, amenazan con que las cosas pierdan el control rápida e inevitablemente.
De esta forma, cuando Tara se encuentra en una situación indeseada y confusa después de un momento de vulnerabilidad, el mood de la película cambia drásticamente, demostrando la pesadilla interna de la joven, así como su imposibilidad por explicar que algo malo ha sucedido, incluso si no es tan claro como para ponerlo en palabras.
Mia McKenna-Bruce, con la delicadeza física de Diana Agron, pero la presencia hiperactiva de Florence Pugh, absorbe la pantalla desde el primer segundo en el que aparece, arrebatando la atención del resto de sus compañeros de cámara para adueñarse de nuestros ojos e interés. Juguetona, inocente y adorable, es sencillo caer rendido a los pies de su Tara, por lo que todo lo que le sucede se vuelve más doloroso y enloquecedor. Es sencillo ver en sus ojos inseguros y movimientos tímidos algún recuerdo de nuestro propio pasado. Sus reacciones son respuestas y desaciertos que seguramente en algún momento la audiencia femenina ha tenido, en especial durante sus años de juventud y fiesta.
En su interpretación se observa claramente un antes y un después, este último marcado por lágrimas silenciosas, palabras reconfortantes dirigidas a otros, aunque ella es la afectada, y secretos que van cimentando un trauma, únicamente acomplejado por la soledad y la duda. Se trata de una de esas interpretaciones que señalan que estamos ante un talento que solo está comenzando la conquista de su industria.
Manning Walker tiene la destreza para ilustrar el paraíso de fiesta y excesos a los que las jóvenes llegan con los brazos abiertos. Se trata de un pueblo turístico que prácticamente existe para el descontrol y el disfrute de adolescentes que están teniendo quizá por primera vez un fin de semana lejos de casa, rodeados de amigos y desconocidos interesados únicamente en fiestear y conquistar a alguien que no recordarán al día siguiente. La música electrónica a todo volumen, bares nocturnos iluminados por luces neón y cuartos de hotel desarreglados durante el día son los escenarios del filme.
La historia hábilmente retrata el contexto febril que permite que cosas perturbadoras sucedan. Los juegos sexuales a plena luz de día en medio de la piscina del hotel, el establecimiento de lazos de amistad y coquetería con personas que hace una hora eran desconocidas, o competencias sin censura que eliminan cualquier rastro de respeto y consentimiento son perpetuados por todas las personas presentes, adolescentes y adultos por igual. La cinta retrata el ambiente perdurable de la cultura de la complicidad y abuso que posibilita los momentos incómodos, en el mejor escenario, y catastróficos, en el peor.
How to Have Sex es una película difícil de digerir precisamente por su familiaridad y la identificación instantánea del sentimiento de aislamiento y soledad que la falta de responsabilidad y respeto pueden provocar en ambientes sin control. Es una especie de historia cruel coming-of-age en donde la realidad – marcada por la complicidad, el silencio y el empequeñecimiento del trauma – llega de golpe, sin anuncio ni advertencia.
Originaria de la Ciudad de México, Alessandra considera al cine como su gran amor. Fanática empedernida de Paul Newman y La Momia (1999), y dueña de una facilidad envidiable para aprenderse diálogos innecesarios para la vida real, en 2017 fundó Palomita de maíz. Aquí escribe constantemente sobre cine y televisión. También pueden encontrar sus palabras en sitios como InSession Film, Filmotomy, Cherry Picks y Screen Queens.