Hope: “¿no muere la gente durante los días de fiesta?”
Disponible en: cines virtuales.
Dirección y guion: Maria Sødahl.
País: Noruega
Elenco: Andrea Bræin Hovig, Stellan Skarsgård, Elli Rhiannon Müller Osborne, Daniel Storm Forthun Sandbye, Einar Økland, Alexander Mørk Eidem.
Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt9812614/
Hope (título original: Håp), la candidata de Noruega a los Premios Óscar 2021, se estrenó recientemente en cines virtuales bajo el sello de KimStim Films. Aunque pasó a la lista corta de la Academia, no logró entrar al quinteto final de nominadas a Mejor película internacional. Sin embargo, ¿merecía estar ahí? Sí.
Cuando comencé a verla, no tardé en sentir que se trataba de un producto familiar. Hay muchas películas sobre parejas cuyo amor es puesto a prueba en momentos de adversidad, incluyendo Amour (2012), After Everything (2018) y Ordinary Love (2019), por mencionar algunas. Hope, dirigida y escrita por Maria Sødahl, no está lejos de eso.
La cinta presenta la historia de Anja (Andrea Bræin Hovig) y Tomas (Stellan Skarsgård), una pareja que atraviesa una crisis cuando ella es diagnosticada con un tumor cerebral incurable. Aquí el conflicto principal estriba en una pregunta crucial y personal: ¿alguna vez se amaron?
La situación no es nueva para Anja, pues ya había sido operada por una situación similar. “Parece que lo he sabido durante años,” le dice sin sorpresa a la doctora tras escuchar el diagnóstico. Cómo enfrentar esta situación es lo que la pareja debe decidir.
El acercamiento de Sødahl es interesante y original, y se torna más audaz a medida que avanza la historia, particularmente en la construcción de los personajes centrales. Estamos ante una pareja singular: tienen una evidente diferencia de edades, una familia numerosa (tres hijos de ambos y tres de Tomas) y una extraña frialdad en su relación. Anja y Tomas parecen haber construido un estilo de vida de mucha independencia, mientras que él dedica mucho tiempo a su trabajo, ella viaja constantemente con su compañía de danza.
Las tensiones entre la pareja parecen haber sido reprimidas por mucho tiempo. A medida que avanza la historia, Anja comienza a liberar algunos de estos sentimientos con frases duras, incluso reclamándole su empeño en que ella sea una figura maternal para sus hijos. “Siempre he amado más a los míos,” le dice en un momento explosivo.
La película está llena de momentos similares. De hecho, por momentos puede ser difícil empatizar con Anja por su carácter volátil. Por su parte, Tomas es desesperante por sus silencios y pasividad. Ambos personajes requieren de mucha disciplina y entendimiento a nivel interpretativo. Bræin Hovig y Skarsgård cumplen a la perfección con la tarea y ofrecen actuaciones convincentes con una química particular.
Sødahl inteligentemente conduce al espectador a preguntarse qué clase de pareja es esta. Dándonos una información muy limitada de su pasado y la manera en que han construido su familia, lo único que queda claro es que Anja se ha sentido profundamente infeliz. Tomas, sin embargo, recuerda una vida distinta. Imperfecta, sí, pero no necesariamente infeliz.
Otro aspecto interesante es que la trama transcurre en plena época decembrina. Sødahl nos lleva a través de este viaje, desde el día antes de la Nochebuena hasta el 2 de enero, día de la operación de Anja que podría darle más tiempo de vida. También presenciamos cada una de las citas médicas de la protagonista. A veces es difícil seguir todo ese lenguaje médico, es decir, el padecimiento de Anja y el proceso quirúrgico al que está a punto de someterse es mucho más complicado de lo que uno pudiera pensar en un principio. A esto se suma la dificultad de encontrar especialistas disponibles para trabajar en esta época del año. “¿No muere la gente durante los días de fiesta?,” pregunta Anja con desesperación en un hospital.
Lo más chocante es que tenga que pasar por una operación cuando los médicos insisten en decirle que su enfermedad no tiene cura. Entonces, ¿para qué prolongar lo inevitable? Lo cierto es que nunca llegamos a conocer exactamente cuáles son las expectativas de la pareja, pero es imposible no conmoverse con la manera en que juntos hacen frente a la situación.
Esos destellos de esperanza a los que se van aferrando instintivamente, a la vez que casi sin darse cuenta van redescubriendo su amor, hacen a la cinta inspiradora. En tiempos de tantas pérdidas, hubiera sido hermoso que la Academia reconociera una película que nos lleva a través de una montaña rusa de emociones con ese grado de intimidad, recordándonos aquello que une a la familia. Y, lo que es más importante, una historia que, sin importar sus similitudes con otras obras, encuentra su propia voz y ofrece un mensaje único.
Al final, Hope no se trata de elegir un bando (Anja o Tomás) ni de juzgar a la pareja. Llena de humanidad y extraordinariamente empática, esta película presenta a dos seres imperfectos que, sin importar las heridas del pasado, se necesitan mutuamente en el presente para construir un futuro cercano en medio de la crisis.

Kenny Díaz nació un 28 de enero de 1996 en Carolina, Puerto Rico, en donde vive. Creció viendo telenovelas con su mamá y amando el pop romántico contemporáneo. Su amor por el cine vendría más tarde junto con el seguimiento a las premiaciones como los Globos de Oro y los Premios Óscar. Ama el cine de Terrence Davies y las historias centradas en personajes femeninos fuertes y complejos. Obtuvo su bachillerato en Historia de América en 2019 de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Actualmente cursa una Maestría en Estudios Culturales en la Universidad Ana G. Méndez, Recinto de Gurabo. Entre sus intereses de investigación están los movimientos sociales y prácticas de resistencia, la construcción de culturas de paz y el problema de la violencia en América Latina desde la producción cultural, con énfasis en el cine y la literatura. Aspira a ser guionista de cine en unos años, así como docente e investigador.
Una película que pone de manifiesto la dura realidad desde una perspectiva diferente: lo intricado de las relaciones humanas, ya sea para bien o para mal. Una perspectiva que brilla sobre todo gracias a la desesperación de Anja y la relación que mantiene con su marido, Tomas, con sendas interpretaciones a la altura de las circunstancias.
Un saludo y buena crítica.