Fue la mano de Dios: la amarga y fructífera adolescencia de Paolo Sorrentino
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Dirección: Paolo Sorrentino.
Guion: Paolo Sorrentino.
Elenco: Filippo Scotti, Toni Servillo, Teresa Saponangelo, Marlon Joubert, Luisa Ranieri, Renato Carpentieri, Massimiliano Gallo, Betty Pedrazzi, Ciro Capano.
Países: Italia, Estados Unidos.
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Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt12680684/

Paolo Sorrentino vuelve para contar su historia más personal hasta ahora. En Fue la mano de Dios, el director italiano cuenta su adolescencia a través de los ojos de Fabietto (Filippo Scotti), un joven afincado en el modelo de la familia rural napolitana con pasión por el cine. Su vida cambia por completo tras dos de los sucesos más importantes de su vida: la llegada de Maradona a Nápoles y un grave accidente familiar.
La primera parte de la historia está llena de miradas a la cotidianidad, con gran nostalgia y bastante dolor. Conocemos a su familia, sus costumbres, su gastronomía y, en general, su vida. Tras toda esta alargada presentación, llegan los giros. La alegría y la desdicha. La pasión y la tristeza. El placer y el dolor. La segunda parte se torna hacia los miedos del joven Fabietto, sus inseguridades y preocupaciones.
Es elocuente la simpleza con la que se transmiten una multitud de emociones desgarradoras. Nos encontramos en una zona de confort del director, pero también en una delicada y transparente. El reflejo de su alma se encuentra en las comidas familiares y sus costumbres, sus tías, hermanos y padres. En todo ello, esos detalles que parecen insignificantes están llenos de energía, como los silbidos de sus padres o la provocación e insultos de la abuela.

Fue la mano de Dios es una película elegante que, cuando más tranquilo y asentado te sientas en ella, más duro golpea. Para los adolescentes y jóvenes adultos, el filme acaba dándote un guantazo en algún momento. Para mí, ese guantazo llega de la mano de Antonio Capuano (Ciro Capano), un director local que no necesita más que su tierra para contar lo que necesita contar. Tras una charla sobre dedicarse al cine, le grita a Fabietto, “¿tienes una historia que contar?”, consiguiendo así desenlazarle el gran nudo que tiene en el pecho, y otorgándole la visión de la inspiración, su propia ciudad.
No hace falta huir a Hollywood para hacer cine, hace falta tener algo que contar, algo que gritarle al mundo y compartirlo. Sorrentino refleja plenamente las inseguridades que todo el que se quiera dedicar al séptimo arte tiene cuando empieza, y también comparte la resolución a esos problemas.
Por lo general, no suelo estar interesado en películas autobiográficas. Casi todas acaban logrando lo contrario a la evasión de la realidad. Pero hay algunas excepciones que, aunque te trasladen a una realidad dolorosa, lo hacen de manera brillante. Fue la mano de Dios logra abarcar la peor y la mejor etapa de Sorrentino, haciéndonos conectar con él y su ciudad.
La búsqueda de la felicidad, el duelo de la pérdida, el sueño frustrado y otros muchos temas a los que estamos acostumbrados a oír y sentir, Sorrentino los refleja con la exactitud de sus experiencias. Una película donde aferrarse al corazón es lo mejor que se puede hacer.

Jose Manuel Medina es un graduado en comunicación audiovisual que actualmente se dispone a estudiar dirección de fotografía mientras trabaja en el Festival de Cine Fantástico de Málaga (Fancine). Desde pequeño se considera un loco por Star Wars, y el cine de terror y fantasía. Lleva a John Carpenter en el corazón y siempre acaba hablando de él en cualquier conversación. Su sueño es vivir con un gatito al que cuidar mientras trabaja dentro del sector cinematográfico. Tiene una gran habilidad para llorar durante cualquier película que vea. Aunque le cuesta elegir sus cintas favoritas siempre acaba confesando que son El Viaje de Chihiro, The Thing y The Last Jedi.