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Fragmentos de una mujer: Vanessa Kirby apantalla como una madre hecha pedazos

Escrito el 8 enero, 2021 @alessandra_kr

Disponible en: Netflix.

Director: Kornél Mundruczó.

Guionista: Kata Wéber, Ansuman Bhagat.

Elenco: Vanessa Kirby, Shia LaBeouf, Iliza Shlesinger, Ellen Burstyn, Sarah Snook, Molly Parker, Benny Safdie.

Países: Canadá, Hungría, Estados Unidos.

Palomómetro:   

Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt11161474/

En el pasado Festival de Cine de Venecia hubo un nombre que conquistó a todos los asistentes: Vanessa Kirby. Con su interpretación como una mamá en duelo en Fragmentos de una mujer, Kirby obtuvo el premio a mejor actriz en el festival europeo y ahora parece ir en línea directa hacia los Premios Óscar.

Kirby interpreta a Martha, a quien conocemos a punto de dar a luz y en los últimos preparativos para la nueva etapa de su vida. La vemos en la despedida de su trabajo antes de tomar su permiso de maternidad y en una automotriz comprando una mama-van en compañía de su esposo Sean (Shia LaBeouf), ingeniero que está en mitad de la construcción de un puente, el cual servirá como indicador cronológico y metafórico del camino de la pareja. Dejando de lado una relación áspera con su mamá Elizabeth (Ellen Burstyn), prácticamente la vida de Martha es idónea, a punto de expandir su familia.

No obstante, esta es una historia triste al explorar el duelo y la dificultad de seguir adelante después de una pérdida tan desgarradora como la de un hijo, así como de las ilusiones y planes que este nuevo integrante de la familia tendría en el futuro de sus padres. Kornél Mundruczó (White God), director de la película, nos sitúa en la historia de la familia a lo largo de siete meses.

En el primer mes, a través de una secuencia de alrededor de 20 minutos, seguimos de cerca el proceso de parto en casa de Martha y Sean. Ante su inesperada entrada en labor, Martha se enfrenta al primer desafío imprevisto: su partera está atorada en otro parto y no puede asistir a ayudarle. Por eso, Eva (Molly Parker), una partera suplente, llega a su auxilio.

Estas escenas son las más impresionantes y memorables de la película al ofrecer una mirada osada y destapada del parto de Martha. Aquí, el director se esmera por presentar un escenario increíblemente realista de un parto, pasando por la incomodidad de la madre hasta las escenas gráficas del nacimiento de la hija. Kirby está completamente vulnerable al actuar como una mujer en angustia por el dolor de un parto sin medicina. Ya sean eructos, gritos, llantos y un completo desconocimiento de la realidad más allá del dolor, la actriz ofrece una actuación honesta y temeraria.

A su vez, Mundruczó introduce planos secuencia que reinarán a lo largo de la película. La audiencia no se pierde de ningún momento de la acción al seguir a sus protagonistas por todo el departamento en los momentos críticos del parto y funcionan como el arma perfecta para mantener el interés y la tensión en el espectador.  Posteriormente, estos planos serán de vital importancia para comprender los sentimientos de luto, enojo y soledad que conquistarán la vida de la familia.

Lo que parece ser un parto exitoso rápidamente evoluciona a una pesadilla cuando la hija recién nacida muere inesperadamente en cuestión de segundos. A partir de entonces, pasaremos más de hora y media explorando el duelo de Martha y aquellos a su alrededor de manera menos convincente e interesante que lo que vimos en los primeros treinta minutos. Toda la historia gira en torno a ella y l espiral emocional, pero represivo por el que pasa, así como la manera en que aquellos a su alrededor lidian con este suceso traumático.

Es un tributo al compromiso de Kirby que podamos comprender por lo que está pasando su personaje, pues el guion a cargo de Kata Wéber y Ansuman Bhagat esconde la profundidad de Martha en un caparazón misterioso y frío. Sabemos que está pasando por algo gracias a la interpretación de Kirby y no al desarrollo de su personaje en el guion.

Por su parte, LaBeouf merece una pequeña e infame mención como la pareja que poco a poco cambia de novio comprensivo a uno patán. Su presencia se siente equivocada al no compartir química con Kirby (la dueña de la película). El personaje de Sean pasa por momentos física y emocionalmente vulnerables – y desagradables – que se sienten doblemente incómodos al considerar el historial privado de LaBeouf y las acusaciones de abuso emocional y físico que tiene en su contra. En esta ocasión, el uso de este actor problemático agrega una capa de reprobación a la de por sí trama delicada en lo que se refiere a su personaje.

El resto del elenco da interpretaciones memorables. Sarah Snook, como la pariente de Martha que también es su abogada una vez que Eva enfrenta una demanda criminal, es incómoda y astuta, tal y como la hemos visto en Succession. Molly Parker, con poco tiempo en pantalla, es memorable con una interpretación a través de sus gestos y ojos apanicados. Ellen Burstyn ofrece prestigio a la película, incluso si su papel es insoportable. La veterana da un monólogo apasionado, aunque sin sentido que parece que únicamente está ahí para que se luzca en los clips para los Premios Óscar.

Más allá de una secuencia impresionante en la primera parte de la película y las interpretaciones comprometidas de su elenco femenino, con énfasis en Kirby, Fragmentos de una mujer no tiene mucho que decir sobre el duelo y la superación de éste. Más bien formamos una conexión a través de nuestras expectativas y deducciones. Una banda sonora nostálgica en la que reinan los sonidos de pianos y violines a cargo de Howard Shore y una fotografía memorable de Benjamin Lob – los planos secuencia son la parte técnica admirable de la película – ayudan a sentir un poco de involucramiento en este drama frío y lejano.

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