The World to Come (Sundance 2021): un drama romántico de época que no termina de cuajar
Directora: Mona Fastvold.
Guionistas: Ron Hansen, Jim Shepard.
Elenco: Katherine Waterston, Vanessa Kirby, Casey Affleck, Christopher Abbott.
País: Estados Unidos.
Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt9738716/
Antes de iniciar esta reseña me veo en la necesidad de aclarar que soy fanática de los dramas románticos de época. Si son trágicos, mejor. Por eso es doloroso decir que The World to Come, el drama romántico de época con tragedia incluida que recién tuvo su estreno norteamericano en el Festival de Sundance, presenta obstáculos para su total apreciación. Aun así, es difícil definir cómo es que la cinta evita ser épica y desgarradoramente disfrutable.
The World to Come está basada en la historia corta del también co-escritor de la película, Jim Shepard, y es dirigida por la cineasta Mona Fastvold (The Sleepwalker). La historia sigue a Abigail (Katherine Waterston), una mujer sumida en la depresión y el hastío en el estado de Nueva York del siglo XVIII. Tiene una relación cortés, pero distante con su esposo Dyer (Casey Affleck en el personaje más destacado de la película) y más bien vive ensimismada en su vida interior, la cual plasma en su diario y es presentada a la audiencia a partir de narraciones.
Un día, su panorama se vuelve drásticamente emocionante cuando llegan como nuevos vecinos Tallie (Vanessa Kirby) y Finney (Christopher Abott en un rol en calidad de cameo). Con una mirada a la distancia, es claro que las mujeres han quedado cautivadas la una de la otra. Pronto nace una amistad que lentamente evoluciona a un amorío entre ellas.
Simplemente por su tema y enfoque, The World to Come crea recordatorios inevitables con Portrait of a Lady on Fire y Ammonite. Sería sensato decir que esta película se sitúa cómodamente entre ambas en cuestión de emotividad y calidad. Precisamente la presencia de hombres – tanto detrás como delante de cámaras – es el principal desafío para una sensibilidad absoluta.
En primer lugar, la película está basada en una historia corta de un amorío entre dos mujeres del siglo XVIII escrito por el previamente mencionado Shepard. En segundo lugar, Shepard y Ron Hansen fueron los encargados de escribir el guion de la película. Quizá, y aunque la sensibilidad de Fastvold es tangible en la historia, la debilidad principal de la película recae en el guion acartonado que parece más bien una obra de teatro en la que los actores están incómodos con los diálogos que tienen que decir, así como en la historia que dificulta un total involucramiento con el amor central y el desamor que provoca su improbable realización.
Además, es curioso notar que los personajes femeninos y centrales de la historia no son los que están mejor desarrollados. Es asombroso que la historia tenga mayor consideración y sensibilidad por los dos esposos ignorados y – hasta cierto punto tolerantes – de las aventuras de sus esposas en un contexto en el que esto prácticamente no sucedería en vida real. Los problemas que tienen las parejas están cimentados más en batallas personales que en la relación que florece entre ambas, lo cual se nota más en el personaje de Affleck, quien ofrece el arco más centrado, paciente y humano.
Por su parte, la narración en off a cargo de Waterston también es un desafío. La película tiene mayor fluidez cuando la historia no es interrumpida incómodamente por la ilustración del paso de los días o por las narraciones incesantes de Abigail.
Aun así, The World to Come ofrece rayos luminosos y profundos de reflexiones sobre el amor, la soledad y las aspiraciones personales. En especial, destaca un cuestionamiento sobre la imposibilidad de ser uno mismo debido a las presiones de una sociedad intolerante: ¿Qué es mejor? ¿Vivir en una jaula con la persona que amas o vivir libremente sin esa persona a tu lado?
Lo más memorable de la película es la belleza de sus cualidades técnicas. El tono melancólico con aires de anhelo se siente en toda su duración. La sensación de añoranza y soledad trae a la mente la película melodramática por excelencia, Cold Mountain (2003). La fotografía de André Chemetoff nos transporta inmediatamente al pasado con sus colores cálidos y brillosos.
Tanto el diseño de vestuario como el de producción son un puente directo al pasado rural de Estados Unidos (también merece atención especial la peluca utilizada por Vanessa Kirby, quien modela una cabellera hermosa y que es parte esencial de la relación entre Tallie y Abigail). Aun así, lo más memorable de la película es la banda sonora a cargo de Daniel Blumberg. Bellos tonos traídos a la vida con flautas, violines y saxofones encapsulan el tono nostálgico y esperanzado del filme.
The World to Come es una película visualmente hermosa con unas interpretaciones comprometidas por parte de su elenco impresionante. Aun así, hay un je ne sais quoi en la historia que no termina de encantar, siendo el guion y algunas decisiones en la historia los principales sospechosos. Aun así, la película trae consigo una dosis abrumadora – ideal para las personas románticas empedernidas – de anticipación sentimental y añoranza romántica que es suficiente para calmar nuestros deseos por un drama de amor épico.
Originaria de la Ciudad de México, Alessandra considera al cine como su gran amor. Fanática empedernida de Paul Newman y La Momia (1999), y dueña de una facilidad envidiable para aprenderse diálogos innecesarios para la vida real, en 2017 fundó Palomita de maíz. Aquí escribe constantemente sobre cine y televisión. También pueden encontrar sus palabras en sitios como InSession Film, Filmotomy, Cherry Picks y Screen Queens.