Intregalde (Cannes 2021): sobre la futilidad de la ayuda humanitaria
Sección: Quincena de directores.
Dirección: Radu Muntean.
Guion: Radu Muntean, Răzvan Radulescu, Alexandru Baciu.
Elenco: Alex Bogdan, Ilona Brezoianu, Luca Sabin, Maria Popiștasu.
País: Rumania.
Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt14050808/
Intregalde, el nuevo esfuerzo del cineasta rumano Radu Muntean y parte de selección de la “quincena de directores” del Festival de Cannes 2021, presenta a un trío de voluntarios que se dedican a entregar ayuda a comunidades aisladas en Rumania. Ya es una costumbre para ellos, cada fin de año, tomarse un par de días de su agenda, manejar alrededor del país y regalar cosas, siempre dándose una palmadita en la espalda y pensando lo grandiosos que son por llevar a cabo estos actos tan desinteresados.
En un momento en que los esfuerzos de caridad y voluntariado están pasando por una etapa de reconsideración y sospecha – sobre todo cuando se trata de ir a comunidades ajenas a las propias, a partir del peligro de encontrar intenciones falsas en los voluntarios que únicamente buscan confirmar el privilegio propio o presentar una actuación – esta película adquiere una nueva capa de relevancia e interés.
Muntean intenta explorar la esencia real de estas personas a través de una circunstancia que los saca de su zona de confort y que los obliga a convivir más de lo deseado con aquellos a quienes ayudan. ¿Qué pasa cuando la vida te lleva a tal extremo en el que tienes que escoger entre tu bienestar o ayudar a alguien más? ¿Eres buena persona si te involucras con este tipo de campañas, pero en la vida diaria dejas mucho que desear?
Maria (Maria Popiștasu), nuestra protagonista de facto, Dan (Alex Bogdan) e Ilinca (Ilona Brezoianu) son tres conocidos que se reencuentran en su más reciente misión de caridad. En el camino platican sobre sus vidas personales y dejan entrever una vida cómoda. Dan está a punto de tener una hija, Ilinca está probando la camioneta de él para ver si la compra, y Maria parece ser la única que tiene un compromiso genuino con la misión.
De regreso al punto de encuentro con el resto de los voluntarios, se topan con un anciano a la mitad del camino, Kente Aron (Luca Sabin), quien les pide que lo lleven a un aserradero que se encuentra en medio de las montañas. A regañadientes, el trío le ayuda, pero en el camino la camioneta se queda atorada en una zanja enlodada.
Esta situación, que se vuelve más apremiante conforme la noche llega y la temperatura baja, hace que salga el peor lado de los tres trabajadores humanitarios, quienes están desesperados por salir de ahí, pero que ahora tienen una responsabilidad hacia el anciano desequilibrado que insiste en quedarse ahí, incluso si eso significase su muerte.
A pesar de que Intregalde invita a la reflexión sobre las intenciones de los voluntarios y qué tanto ayudan a las personas a quienes les llevan apoyo, es difícil llegar a conclusiones definitivas con base en lo presentado en pantalla. Las acciones de nuestros protagonistas se desarrollan en un ambiente de desesperación cuando el director y sus dos coescritores, Răzvan Radulescu y Alexandru Baciu, los llevan a un extremo de supervivencia en el que sería imposible no demostrar lo peor de cualquiera.
Más bien lo más valioso y llamativo de la cinta, y lo que nos puede indicar la verdadera esencia de estas personas, son las pequeñas interacciones que tienen entre ellos y con los demás. Por ejemplo, entran a las casas de los locales sin pedir permiso, asumiendo que siempre serán bien recibidos; ofrecen regalos en espera de una reacción calurosa y agradecida; son groseros en sus interacciones casuales (ni un por favor o gracias); o empiezan a despotricar en contra de Kente una vez que se dan cuenta de que éste será más un obstáculo que un receptor servil.
En este sentido destacan las actuaciones de los cuatro actores principales, dirigidos brillantemente por Muntean. Se siente la desesperación y el miedo en sus voces, acciones y arrebatos de furia. Incluso en el fondo de la pantalla, cuando la acción está centrada en alguien más, mantienen su malestar. Estos actores se convierten en sus personajes y en ningún momento bajan la guardia. En especial destaca Luca Sabin como el viejito desubicado que hace perder los estribos de los voluntarios.
La historia es una de supervivencia, pues conforme la noche cae y la ayuda no llega, el trío es el que ahora necesita ayuda, abusando de los locales que cruzan su camino. Aunque Intregalde coquetea con la idea de evolucionar a una cinta de terror, y el escenario y la angustia forman las variables perfectas, nunca toma ese paso. El hecho de que se mantenga en un drama social sumido en el conflicto, la vuelve agotadora. No es que los personajes sean despreciables, pero sus discusiones cansan, tal y como lo comenta Maria al inicio de la película sobre otra pareja que pelea todo el tiempo.
Más que ofrecer una crítica mordaz o resonante sobre la hipocresía de los esfuerzos humanitarios, Intregalde más bien deja una reflexión sobre lo superficiales e insignificantes que pueden ser estas acciones. En Kente presenta a una persona que, a pesar de parecer necesitar ayuda, está tan sumido en su propia forma de vida y círculo de autodestrucción, que no importa el esfuerzo que otros hagan por él.
Intregalde plantea preguntas interesantes y dignas de consideración entre aquellos que viven cómodamente y que se consideran a sí mismos agentes de ayuda para otros que quizá ni la necesitan. ¿Vale el esfuerzo si el receptor no está interesado en recibir ayuda? ¿Es más importante el resultado o el intento?
Originaria de la Ciudad de México, Alessandra considera al cine como su gran amor. Fanática empedernida de Paul Newman y La Momia (1999), y dueña de una facilidad envidiable para aprenderse diálogos innecesarios para la vida real, en 2017 fundó Palomita de maíz. Aquí escribe constantemente sobre cine y televisión. También pueden encontrar sus palabras en sitios como InSession Film, Filmotomy, Cherry Picks y Screen Queens.