Blondi: maternidades heterodoxas y mucha yerba
Dirección: Dolores Fonzi
Guion: Dolores Fonzi
País: Argentina
Elenco: Dolores Fonzi, Carla Peterson, Rita Cortese, Leonardo Sbaraglia, Toto Rovito.
Palomómetro:
Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt27458968/

Un elegante movimiento de cámara – una mujer rubia duerme profundamente en una habitación donde hay otra media decena de personas también durmiendo después de, al parecer, una fiesta–, seguido de una ágil secuencia automotriz que, en su conjunto establecen el caracter de su peculiar protagonista, inauguran la carrera directorial de Dolores Fonzi, actriz y guionista (entre otros, de la estimada serie mexicana Soy tu fan), en la que la maternidad, la familia y una vida bien vivida son las preocupaciones centrales.
Blondi (Dolores Fonzi) vive para dos cosas: amar a su hijo Mirko (Toto Rovito), un promisorio joven dibujante, casi adulto, y fumar cantidades industriales de marihuana. Desde el inicio percibimos la contradicción intrínseca en esta blonda jefa de familia, existiendo entre el desmadre adolescente y la responsabilidad adulta. Puede que festeje con Mirko y los amigos de aquel y que fume tantos porros como hay horas en el día, pero eso no le impide ser una líder natural en su desempeño laboral, conduciendo pequeños grupos de encuestadores urbanos, ni una madre amorosa y responsable.
Su madre (Rita Cortese), una señora de seca honestidad, provoca algunos de los momentos más graciosos del filme. En el otro extremo se encuentra su hermana, Tina (Carla Petersen), madre de dos jóvenes y casada con un marido gris (Leonardo Sbaraglia) en un enclave de clase media alta. El conflicto entre hermanas es claro: una es proletaria canábica y la otra es pequeñoburguesa reprimida.
En general, Blondi se caracteriza por el carisma de sus personajes y su fácil convivencia. Los personajes están perfectamente definidos y los momentos que comparten casi siempre terminan siendo hilarantes. Por ejemplo, la secuencia en la que Mirko, que apenas está aprendiendo a conducir, toma el automóvil, demuestra la soltura con la que Fonzi ingresa en la comedia. Es el tipo de escena que parece natural, pero oculta una labor cuidadosa de escritura, dirección y ritmo cómico.
El guion, escrito a dos manos entre Fonzi y Laura Paredes (esta última, coguionista y protagonista de la muy aclamada película argentina Trenque Lauquen de Laura Citarella, 2023), está cimentado en la comedia familiar, creando situaciones cómicas que informan sobre las maneras de ser de cada uno de sus personajes. Cuando el melodrama transita hacia la parte dramática ya nos sentimos parte de esta familia.

La segunda mitad del filme está impulsada por la súbita desaparición de Tina, incursionando en el género de road movie durante el cual los conflictos y los diferendos entre personajes surgen y deben ser resueltos. Al menos uno de ellos, entre la idílica relación entre Mirko y Blondi, parece el más obvio – groseramente mostrado en una escena anterior – y queda la impresión de que podría ser tratado con mayor profundidad, pues parece rápida su resolución. Hay algo de la exploración de los vínculos familiares en Blondi que nos recuerda al cine de Wes Anderson (al menos en el concepto y no en la puesta en escena), por ejemplo, en Los excéntricos Tenenbaums de 2001, con personajes definidos que deben aceptar duras verdades, pero en un registro más ligero.
En cualquier caso, Blondi se coloca con firmeza en el terreno de la comedia ligera y, francamente, poco importaría si nunca alcanzara una resolución a sus conflictos. La relación entre Mirko y Blondi es tan natural, tan dotada de chispa y encanto que podría verlos una y otra vez. Su relación, que parece más la de una pareja romántica, involucra compartirlo todo, hasta la yerba.
Producida por Santiago Mitre, director de la multipremiada Argentina, 1985 y pareja sentimental de Fonzi, y financiada por Prime Video, Blondi denota su nivel de producción a través de su soundtrack musicalizado enteramente por melodías de The Velvet Underground y Blondie. Como lo señaló Diego Batlle de Otros Cines, su presupuesto en el renglón musical debe sobrepasar el presupuesto total de la mayoría de las películas con las que compitió en el pasado BAFICI (Buenos Aires Festival Independente de Cine).
No obstante esta excentricidad despilfarradora, Blondi reafirma el buen momento del cine argentino para el entretenimiento masivo. Retomando fórmulas hollywoodenses (un hecho del pasado en el caso de Argentina, 1985, el universo familiar, en el caso de Blondi) y adaptándolas a la realidad argentina, este cine deja un buen de sabor de boca al entretener de forma colectiva sin comprometer su mirada personal y nacional. Se trata de entretenimiento con sustancia, dirían algunos.
En Blondi, la maternidad heterodoxa se desarrolla libre de juicios a través de una mirada amorosa hacia sus personajes, quienes encuentran espacio para crecer – que no cambiar – y aceptar aquello que la vida les arroja encima.

J. Alejandro Becerra es un cinéfilo de opiniones controvertidas. Fundamentalista de Scorsese, se decanta por el cine hollywoodense, pero se empeña por descubrir películas de alrededor del mundo. Aunque estudió Historia en la universidad, le encantaría dedicarse a escribir sobre cine de tiempo completo. No se pierde los Óscares aunque le diga a todos que los odia. Entre sus películas favoritas están Rebecca, Carol, Cléo de 5 à 7, Casino y The Tree of Life. No lo admitirá, pero llora cada vez que mira el final de Porco Rosso. Es un ferviente fanático de Jessica Chastain y Oscar Isaac, y cuenta los días para verlos ganar sus Óscares. Actualmente se dedica a discutir en Twitter con extraños y a aprender sobre marketing digital.