Avatar: el camino del agua – un radiante regreso a Pandora
Disponible en: cines.
Dirección: James Cameron.
Guion: James Cameron, Amanda Silver, Rick Jaffa.
Elenco: Sam Worthington, Zoe Zaldaña, Sigourney Weaver, Stephen Lang, Cliff Curtis, Kate Winslet.
País: Estados Unidos.
Palomómetro:
Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt1630029/

Avatar (James Cameron, 2009) es la cinta más taquillera de la historia. En 2009, las audiencias llenaron las salas de cine solo para ser testigos de los avances de la cinematografía en 3D. Ignorando las comparaciones con Danza con lobos (Kevin Costner, 1990) y Pocahontas (Eric Goldberg y Mike Gabriel, 1995), el público se decantó por los paisajes, los colores y los nativos de Pandora, una luna extraterrestre explotada por la minería humana del futuro.
Avatar: el camino del agua, la secuela, es una película cuyo desarrollo duró 13 años. Como su visión para la segunda parte consistía en expandir la cultura submarina de Pandora, Cameron empezó la producción solo cuando estuvo seguro de que podía grabar a su reparto bajo el agua. Después de más de una década de universos compartidos y franquicias reiniciadas, años de desarrollo tecnológico, tres años de filmación, una pesadísima posproducción y una pandemia, El camino del agua llega a las salas de cine esperando ser tan exitosa como su predecesora.
Las “personas del cielo”, es decir, los humanos que persisten en su invasión de Pandora, han regresado para finalizar su conquista y aniquilar a Jake Sully (Sam Worthington), el marine desertor que apoyó la rebelión de los nativos del planeta años atrás. Ahora miembro de la especie Na’vi y huyendo de la violencia militar humana, Sully busca asilo político para su familia con los Metkayina, el clan marino de Pandora.
Cameron, ansioso por sumergir al público en los océanos del planeta, recurre a sus películas anteriores para reciclar arquetipos familiares e incentivar la trama de El camino del agua. La industria militar que tanto acosa a los nativos de Pandora persiste en su imprudencia y crueldad como en Aliens (1986), el cuerpo de un enemigo del pasado es el vehículo de una persona diferente a-la-Terminator 2 (1992), Jake y su esposa Neytiri (Zoe Saldaña) encuentran tensión en su matrimonio como la pareja principal en Mentiras verdaderas (1994) y todo el tercer acto sucede en un barco hundiéndose (hola Titanic).
Siendo narrativamente tan superflua como su predecesora, en la primera mitad de la secuela, los hijos de Sully atraviesan la misma experiencia que su padre en la primera Avatar, siendo extraños para los Metkayina y debiendo aprender su cultura en tiempo récord. Cameron abraza esta simplicidad, al parecer decidiendo que lo que diferencia a su película del resto de su filmografía y su competencia comercial es el hecho de que sus personajes se encuentran siempre desarmados y maravillados por los ecosistemas y las criaturas de Pandora. Las sorpresas de El camino del agua solo florecen cuando el ingenio visual presentado avanza el espíritu de la descendencia de Sully, particularmente de Lo’ak (Britain Dalton), un chico curioso que descubre nuevos aliados y amigos en la profundidad del océano y Kiri (Sigourney Weaver), quien

La tecnología desarrollada exclusivamente para esta película le hace justicia a la ambición de Cameron. Independientemente de su abrumadora duración (3 horas y diez minutos), Avatar: el camino del agua es un evento que tiene que ser vivido según las intenciones de su director: en 3D y preferiblemente en sala IMAX. El trabajo de fotografía, potenciado por un trabajo esmerado de producción de arte y efectos especiales, es intimidante. La Pandora submarina es un espacio infinito de sorpresas, desde una flora colorida y fosforescente, hasta animales conscientes social y espiritualmente. De nuevo, Cameron le recuerda al mundo entero que las salas de cine son el mejor espacio para vivir historias.
Esta secuela también es un respiro creativo para el cine de acción. La dirección no es revolucionaria, pero sí lo suficientemente coherente como para mantener a la audiencia orientada espacialmente sin agotarla con información innecesaria o cortes rápidos y superfluos. Por su parte, la carga emocional invertida en construir el apego de los Sully a su nueva vida como Metkayinas permite que la violencia en pantalla se extienda lo necesario como para entretener a la audiencia y conmoverla con los riesgos que amenazan a esta familia.
Ambas películas de Avatar se dedican a vincular emocionalmente a los personajes con su ecosistema y, por lo tanto, al público. La escena más inolvidable de la primera cinta fue el incendio de un árbol que tenía valor para la comunidad Na’vi. En El camino del agua, existe el interés de explorar el vínculo entre los Metkayina y unas criaturas marinas parecidas a las ballenas, llamadas tulkun. Como los personajes reconocen su inteligencia emocional, su capacidad para comunicarse y la relación que tienen con su descendencia, cuando la trama amenaza con dañar la integridad de los tulkun, las imágenes de Cameron ganan un valor devastador, sobre todo por su similitud con la caza indiscriminada de criaturas en peligro de extinción.
Avatar: el camino del agua no presenta ningún desafío para el público en el aspecto narrativo. Su trama no solo repite la estructura de su predecesora, sino que replica el espíritu de las películas anteriores de Cameron. Sin embargo, el director sabe que sus imágenes hablan por sí solas. Si los hijos de Jake Sully pueden enamorarse perdidamente de Pandora, nosotros también podemos regresar a este sitio y fascinarnos con imágenes que, si bien artificiales, nos invitan a apreciar y proteger los ecosistemas naturales, así como los Na’vi lo hacen.

Carlos es un médico y profesor colombiano. Descubrió su amor por el cine a los 7 años, cuando su papá le consiguió un reproductor VHS y varias cintas. Luego de ver Star Wars – Episodio III se enamoró para siempre de las salas de cine. Más adelante, se obsesionó con coleccionar películas en DVD y Blu-ray. Durante el curso de su carrera de medicina, sus amigos le convencieron de escribir sobre las cintas en su colección y henos aquí…
Gracias por redactar con tal precisión el desarrollo real de esta película!!.
Me quedo especialmente con la aseveración que haces: «Avatar: el camino del agua no presenta ningún desafío para el público en el aspecto narrativo.», Porque considero q pertenezco a este grupo de público, el narrativo.