A través de Tola (FICUNAM 13): la familia frente a la ausencia
Sección: Ahora México.
Dirección: Casandra Casasola.
País: México.
Palomómetro:
Más información de la película: https://ficunam.unam.mx/pelicula/a-traves-de-tola/

La crisis de desapariciones en México, sin señales de detener su marcha macabra, deja heridas abiertas en las familias que la experimentan en carne propia. A través de Tola recupera una de estas historias, específicamente, la que viven la directora Casandra Casasola y su familia.
Más un ensayo filial que indaga sobre la devastación emocional de las mujeres de su familia que un recuento fáctico para conocer el paradero de su padre desaparecido, A través de Tola deja al espectador afectado y atravesado por el pesar que marca a estas mujeres.
Casandra, su madre Gaby y su abuela Eustolia rememoran su vida junto a César, padre de la directora, quien desapareció en enero de 2011. Estas anécdotas lentamente revelan los defectos de César, asunto que la directora no elude en aras de idealizar su figura. Sí, su desaparición sin explicación fue dolorosa, pero también lo fue su comportamiento previo a esta por la forma en la que hirió a sus seres queridos y la aparente vida secreta que llevaba. En este caso, el duelo parece acrecentado por las preguntas que quedaron sin resolver, el confrontamiento que nunca ocurrió, el perdón que nunca fue pedido y la reconciliación arrebatada.
Casasola se pone frente a la cámara para hacer las preguntas difíciles a las mujeres que comparten su pena, lo que crea algunos de los momentos de mayor crudeza emocional del filme, y por ende los mejores: confesando, compartiendo, llegando juntas a duras verdades, expresando sus sentimientos, siendo vulnerables frente a frente.
A través de Tola recurre a distintas técnicas documentales, pero siempre se siente aterrizado en el yo de la realizadora. El video de archivo, la voz en off de la directora, la entrevista con y sin interlocutor son elementos que pueden remitir al tipo de documental anónimo y amarillista que está tan de moda (solo basta con abrir Netflix para conocer este formato), pero Casasola representa con acierto el duelo que no abandona a su familia, con la honestidad y la curiosidad como principios rectores.
Sin embargo, no es el “cómo” ni el “dónde” los que ocupan a su largometraje, sino el “qué”: ¿qué sentimos frente a la ausencia de aquel que nos hacía daño? ¿Qué podemos hacer para estrechar nuestros lazos y no replicar la violencia que nos acecha en todos los niveles? Este autocuestionamiento de Casasola es parte de lo que hace revelador a su documental. En un país atravesado por la violencia sinsentido, en el que la desaparición es una técnica más del ejercicio del poder económico y político, el reconocimiento de la “cadena de violencia” que atraviesa a las familias es un asunto de urgencia, colocando el acento en la humanidad de los desaparecidos y rechazando cierta narrativa sobre si aquellos lo merecían o no. La sanación llegará cuando los desaparecidos dejen de serlo, es cierto, pero puede comenzar con la observación de que la violencia atraviesa nuestras vidas.
El primer historiador, Heródoto, escribía para que las gestas de griegos y bárbaros no fueran olvidadas por el tiempo, erigiendo la crónica escrita como la cura contra la mortalidad humana. Casasola, documentalista mexicana debutante, filma para estrechar los vínculos familiares ante la tragedia, expresando a través del cine el dolor causado por la incertidumbre de la desaparición de un familiar.
Lo que Casasola encuentra principalmente, sobre todo en la figura de su abuela (la “Tola” del título), es un ejemplo del duelo incompleto frente al no saber si el ser querido está muerto o, en su caso, dónde descansan sus restos mortales. En Tola halla no un símbolo de la resiliencia frente a la adversidad, sino un caso de estudio sobre la violencia psicológica, emocional y de pareja que ejerce una sociedad, y cuya estrategia ante la indefensión y la indiferencia fue volcarse en sus hijos, uno de los cuales le fue arrebatado.

J. Alejandro Becerra es un cinéfilo de opiniones controvertidas. Fundamentalista de Scorsese, se decanta por el cine hollywoodense, pero se empeña por descubrir películas de alrededor del mundo. Aunque estudió Historia en la universidad, le encantaría dedicarse a escribir sobre cine de tiempo completo. No se pierde los Óscares aunque le diga a todos que los odia. Entre sus películas favoritas están Rebecca, Carol, Cléo de 5 à 7, Casino y The Tree of Life. No lo admitirá, pero llora cada vez que mira el final de Porco Rosso. Es un ferviente fanático de Jessica Chastain y Oscar Isaac, y cuenta los días para verlos ganar sus Óscares. Actualmente se dedica a discutir en Twitter con extraños y a aprender sobre marketing digital.