La muerte de Stalin: la pura maldad es divertida
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Director: Armando Iannucci
Elenco: Steve Buscemi, Simon Russell Beale, Paddy Considine, Rupert Friend, Jason Issacs, Olga Kurylenko, Andrea Riseborough y Jeffrey Tambor.
País: Reino Unido
Duración: 107 min.
Palomómetro: 
Más información de la película: http://www.imdb.com/title/tt4686844/
La muerte de Stalin, desarrollada en 1953, se centra en los personajes políticos cercanos a Stalin cuando éste muere y la forma en que lidian con su muerte y con la necesidad de definir el rumbo y la nueva cabeza de la Unión Soviética. Consecuentemente, a través de conspiraciones, planes de divisiones políticas y puros actos de violencia, cada personaje pelea por el poder.
Esta película no es para todos. Es una sátira política que, en muchas ocasiones hará que sueltes una carcajada, en otras te sentirás incómodo y cuestionarás cómo es que la historia no ha sido tan dura como debería con estos personajes, y en otras te reirás y te sentirás incómodo al mismo tiempo. Como simple ejemplo, está el inicio de la película, cuando se ordena que un concierto de la compañía sinfónica sea grabado para el mismísimo Stalin una vez que ésta ha finalizado. Así que el director de la estación obliga a que se repita toda la actuación y trae a gente de la calle para llenar los espacios vacíos, en vez de enfrentar el enojo de Stalin. El estrés por el que pasa el director es extremadamente gracioso y desesperado.
Armando Iannucci tiene un historial sólido en el desarrollo de sátiras políticas; primero, con la dirección de la película In the Loop (2009), y después, con la dirección de varios capítulos de Veep, serie de comedia centrada en la vicepresidenta de los Estados Unidos (una excelente serie de TV que se las recomiendo ampliamente). De esta forma, al conocer su CV, tengan por seguro que esta nueva película fortalece su posicionamiento como una de las mejores mentes en este género.
El guion es fluido y rápido, el cual es actuado con perfecta sincronía y efectividad por parte de todo el elenco; muchas de las risas se dan mientras se desarrollan discusiones o situaciones caóticas. Esto no podría pasar si no fuera por el compromiso, la química y la conexión entre los actores.
A pesar de que todo el elenco es un as, destacan las actuaciones de Steve Buscemi como Nikita Khrushchev, Simon Russell Beale como Lavrenti Beria y Jeffrey Tambor como Georgy Malenkov. De igual forma, una vez que aparece Jason Isaacs como Field Marshal Zhukov, te das cuenta de que el tiempo que aparece en pantalla no es suficiente. No obstante, todos los actores, por pequeña que sea su contribución, son extremadamente valiosos.
La película es particularmente graciosa cuando empieza a reinar el caos y, estas personas, que son la mismísima representación de la crueldad y lo peor de la humanidad, actúan de una manera extraordinariamente desesperante y torpe.
Entiendo que la película puede ser demasiado para muchos, pues no se presenta ni un rastro de sensibilidad o, incluso, juicio a las personas presentadas en el filme, pues eso queda para la interpretación del espectador. Los personajes principales son malos, cero empáticos y desagradables, interesados únicamente en el poder. Esto puede alienar a algunos en la audiencia.
A lo largo del filme se verá violencia física, violencia verbal y mucho abuso de poder; no obstante, el guion y las actuaciones permiten que todo pase fluidamente y con risas constantes. Esta película nos permite dar una idea, de manera general, las injusticias y abusos de poder que se vivieron en este lapso de la historia rusa. No es de sorprender que Vladimir Putin prohibiera su estreno en Rusia.
Originaria de la Ciudad de México, Alessandra considera al cine como su gran amor. Fanática empedernida de Paul Newman y La Momia (1999), y dueña de una facilidad envidiable para aprenderse diálogos innecesarios para la vida real, en 2017 fundó Palomita de maíz. Aquí escribe constantemente sobre cine y televisión. También pueden encontrar sus palabras en sitios como InSession Film, Filmotomy, Cherry Picks y Screen Queens.