El primer hombre en la luna: una cinta más profunda y trascendental de lo que parece
Disponible en:
Director: Damien Chazelle
Elenco: Ryan Gosling, Claire Foy, Kyle Chandler, Jason Clarke, Pablo Schreiber, Christopher Abbott, Corey Stoll, Lukas Haas, Shea Whigham, Olivia Hamilton, Ciarán Hinds.
País: Estados Unidos
Duración: 141 min.
Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt1213641/
A primera vista El primer hombre en la luna pareciera ser una representación directa y fría de la historia de Neil Armstrong y de cómo se convirtió en el primer hombre en caminar en la luna. Sin embargo, con una mirada más centrada, esta película termina siendo emotiva y desgarradora al adentrarse en la vida privada de un hombre que perdió mucho en su camino a la gloria. Aquí es en dónde la decisión de Damien Chazelle por darle este giro conmovedor y nostálgico a la historia rinde frutos, pues los grandes momentos de victoria se vuelven estremecedores, emocionantes y trascendentales. A través de flashbacks, así como de una extraordinaria actuación de Ryan Gosling, podemos ver y sentir lo que en verdad está pasando con este enigmático personaje, más allá de los sucesos conocidos por el mundo que lo volvieron leyenda.
El primer hombre en la luna narra la historia de Neil Armstrong (Ryan Gosling), primer hombre en caminar en la luna. La cinta cubre el periodo de 1961 a 1969, y refleja partes importantes de la vida de Armstrong, incluyendo su inicio como piloto de pruebas de la NASA, así como su involucramiento en el programa espacial. De manera adicional, y principalmente, la historia presenta aspectos importantes de su vida personal. Así que, más allá de ser una historia sobre el programa lunar y la exitosa misión de la NASA, esta película es sobre Neil Armstrong como persona, padre, esposo y astronauta.
No debería causar sorpresa el hecho de que la clave de la película es Ryan Gosling. A pesar de que he escuchado comentarios que describen su actuación como robótica y distante, debo confesar que para mí fue fenomenal. Definitivamente presenta a un hombre frío y decidido, con un propósito en la vida; sin embargo, su actuación es lo suficientemente matizada como para ver más allá de esto. Tanto su actuación como los flashabacks bien localizados dejan ver sus heridas emocionales que poco a poco lo marcan. A lo largo de la película vemos cómo es que Armstrong deja atrás su versión inicial de la cinta. Encontré su actuación conmovedora y realista.
De igual forma, Claire Foy como Janet Armstrong es muy buena. A pesar de que su personaje se podría reducir a la esposa del protagonista, es evidente que los escritores se esmeraron por darle más cosas que hacer y Foy se aprovechó de esto y ofreció una tremenda actuación, pues su Janet es sensible, altanera, franca y fuerte (la manera en que grita “you’re a bunch of boys, you don’t have anything under control” es épica e inolvidable). Por último, el elenco secundario también es bueno, compuesto por nombres destacables y destacando Jason Clarke como Edward Higgins White, Kyle Chandler como Deke Slayton y Corey Stoll como Buzz Aldrin, quien por cierto terminó con mi imagen fantasiosa al presentarme a una personalidad irritante.
En cuanto a la dirección de la película, tengo que decir que Chazelle se maneja con mucha seguridad y descaro, lo cual, para mí, no siempre juega a su favor. A lo largo de la película usa muchos close ups y shaky camera, lo que terminó siendo mucho para mi gusto: muchas de sus tomas y enfoques me causaron conflicto e incomodidad, pues me hubiera gustado ver los sucesos presentados con otras tomas. De igual forma, la película es y se siente larga. Con 141 minutos de duración, bien se pudieron acortar ciertas secuencias, pues parece que Chazelle quiso dar más emoción de lo merecido.
No obstante, también se presentaron numerosas tomas que simplemente me quitaron el aliento y me permitieron apreciar la magnitud de lo que se presentaba. Éstas estuvieron auxiliadas por la excelente banda sonora compuesta por Justin Hurwitz, su colaborador previo en La La Land y Whiplash. Los temas presentados son emocionantes y acertados para los momentos que los acompañan. En especial en los momentos finales de la película, la banda sonora es magistral.
Vale la pena hacer mención especial del momento de aterrizaje en la luna, pues son todo un suceso cinematográfico. Esta secuencia larga es satisfactoria y triunfante; sin embargo, para mí lo más significativo de ésta es lo que sucede después del aterrizaje. Las escenas presentadas fueron conmovedoras e increíblemente emotivas. Me dejaron hecha pedazos, emocionalmente hablando. Esta secuencia fue la que elevó a la película para mí y la que me convenció por completo.
El primer hombre en la luna, más allá de ser una película sobre la exitosa misión de Apolo 11, es la historia de Neil Armstrong hombre, no figura histórica. Ryan Gosling como Neil Armstrong es una persona decidida, responsable y paciente para su gran momento de gloria; pero más que eso, es un ser humano roto y sentimental, que ha visto demasiada muerte en su vida como para valorar y sentir las posibilidades de su misión. A pesar de que eventualmente llega a la cima de sus sueños profesionales, este Armstrong nos recuerda que es un ser humano con dolor y pesar en su corazón. Esto es lo más resonante y conmovedor de la película.
Originaria de la Ciudad de México, Alessandra considera al cine como su gran amor. Fanática empedernida de Paul Newman y La Momia (1999), y dueña de una facilidad envidiable para aprenderse diálogos innecesarios para la vida real, en 2017 fundó Palomita de maíz. Aquí escribe constantemente sobre cine y televisión. También pueden encontrar sus palabras en sitios como InSession Film, Filmotomy, Cherry Picks y Screen Queens.