Primal: una joya visual de Genndy Tartakovsky

En dónde la puedes ver: Adult Swim

Creador: Genndy Tartakovsky

País: Estados Unidos.

Duración: 1 temporada con 10 episodios de 21 minutos cada uno.

Palomómetro:

Más información de la serie: https://www.imdb.com/title/tt10332508/

Primal es la más reciente obra de Genndy Tartakovsky, a quien recordamos por series de animación como Samurai Jack, The Clone Wars, El laboratorio de Dexter, y la película animada Hotel Transylvania (2012). Su más reciente serie de televisión es, en muchos sentidos, más adulta que cualquiera de sus proyectos previos.

La serie sigue a un hombre de las cavernas (a quien llamaremos Lanza) – que es un cazador formidable en los albores de la evolución–, y a una tiranosauria (que llamamos Colmillo) al borde de la extinción. Ambos han perdido a su familia. De hecho, Lanza ve cómo es que su esposa e hijos son devorados por un grupo de dinosaurios. Al ir a buscar venganza, Lanza se encuentra con Colmillo mientras que otros dinosaurios matan a sus crías. Unidos por la tragedia, hombre y dinosaurio deben luchar por sobrevivir y olvidar el pasado que los aqueja constantemente.

A partir de esta premisa, Primal cuenta muchas historias, a veces sobrenaturales y de misterio, otras de comedia que se enfocan en la camaradería, y algunas más sobre el comienzo de la civilización. Cada historia está magistralmente integrada al conjunto, de modo que para el final de la temporada ya conocemos bien a Lanza y Colmillo (incluyendo sus miedos, debilidades y fortalezas).

De los 10 episodios, destacan dos que funcionan como homenaje al cine de los años 50 y 60. En Plague of Madness (episodio 07), nuestros héroes tienen que liderar y escapar de una plaga zombie, ofreciendo evidentes referencias a películas como xxx y xxx. En Terror Under the Blood Moon (episodio 04), una araña gigante busca devorar a nuestros héroes, recordando a xx y xxx. Todo esto enmarcado en una época prehistórica que más que respuestas arroja dudas.

Esta serie sobresale por varios motivos. El más obvio es su estética compuesta por colores vibrantes que mezclan el verde de la selva y el azul del cielo con el rojo de la sangre y el negro de la noche. Los colores comunican sencillamente un lenguaje único. Cada color representa algo y cada tonalidad muestra ya sea el humor de los personajes o la inminencia del peligro.

Además, la serie destaca por su silencio. Ninguno de los dos personajes tiene diálogo más allá de gruñidos, gritos y bufidos. Todo tiene que retratarse con gestos, miradas y colores. En este sentido, Tartakovsky lleva al extremo los recursos que llegó a usar en Samurai Jack – el juego de luces y la apariencia de los personajes – para reflejar el papel que juegan en el desarrollo de la trama.

Por último, la serie se vuelve memorable por la manera en que sus historias están construidas. Algunas nos remontan a viejos miedos, como en el caso de El alimentador nocturno (episodio 09), en dónde un ser desconocido devora y mata a sus víctimas de modo salvaje. Al final solo sabemos que la noche es mala y que aún faltan muchos milenios antes de que podamos salir sin el miedo a morir. Algo similar se puede decir de La ira de los hombres mono (episodio 05), en dónde una proto civilización de primates amenaza a Lanza y Colmillo, sometiéndolos a un ritual extraño.

Sin duda, Primal es una serie que está destinada a ser de culto, tanto por su estética como por su ambiente misterioso y mágico sobre una época en la que los seres humanos no eran la raza dominante en el mundo. Es por ello que estamos ansiosos de que llegue su segunda temporada este 2021.

 

• Genndy Tartakovsky