Los mejores momentos cinematográficos de 2022
Esta pieza contiene spoilers de numerosas películas estrenadas en 2022.
2022 fue un año de buen cine. Con más estrenos en salas de cine y la continuación del lanzamiento de películas en plataformas de streaming, pareciera que el séptimo arte está más vivo que nunca, incluso si la calidad de tanta oferta cinematográfica no está a la par.
En un año tan rico como este, y conforme empezamos a ver con cierta añoranza y nostalgia las cintas que ya se convierten en parte de nuestros recuerdos, es momento de visitar aquellos momentos cinematográficos de 2022 que nos quitaron el aliento, que nos hicieron abrir los ojos con sorpresa, que se quedaron en nuestra mente aun después de terminada la película, que, incluso, elevaron a un filme a niveles inimaginables. Esas escenas que nos encantaron y conquistaron a lo largo de estos últimos 12 meses.
A continuación, una lista de nuestros momentos cinematográficos favoritos de 2022. ¿A ustedes qué escena les quitó el aliento?
Under Pressure // Aftersun (Dir. Charlotte Wells)
Aftersun es una de las mejores películas del año. Lo que otros directores y guionistas tardan una larga carrera en conseguir, Charlotte Wells lo hace en su debut: una obra maestra catártica y devastadora que, apelando al minimalismo, revela la información necesaria para conectar con su retrato humanista de paternidad. Las vacaciones de Sophie (Frankie Corio) y su padre Calum (Paul Mescal) son retratadas con naturalidad y belleza, construyendo inteligentemente la dinámica imperfecta de un padre soltero con un mundo de emociones reprimidas.
La devastación llega en el acto final de la película. Terminando las vacaciones, Sophie y Calum bailan al ritmo de un remix de Under Pressure de Queen. El simbolismo golpea con fuerza en forma de luces estroboscópicas que, sin una palabra, nos hablan de manera cruda sobre la depresión de Calum y el dolor contenido de ambos por una separación dolorosa que está implícita en la historia. La carga de dolor, pérdida e impotencia queda de forma espectral, y de alguna forma, liberadora. – Cesar Guedez
Muerte de Paul Baumer // All Quiet on the Western Front (Dir. Edward Berger)
All Quiet on the Western Front cumple el cometido de denunciar el sinsentido y la crueldad de las guerras. Al seguir la vida de Paul Baumer (Felix Kammerer), la historia ejemplifica la tragedia, el dolor y la tristeza que empapó a millones de personas que murieron y atestiguaron la muerte de innumerables vidas valiosas en uno de los eventos más tortuosos y crueles que la humanidad haya vivido. A pesar de que las más de dos horas de película son un recordatorio incesante de la dureza de la Primera Guerra Mundial, el broche de oro se da en sus últimos minutos, justo cuando se anuncia que, por fin, un armisticio entrará en efecto a las 11 am del 11 de noviembre de 1918.
Cual buen dirigente sin un gramo de valor, pero kilos de arrogancia, el General Friedrichs ordena un último ataque a las tropas francesas, 15 minutos antes de las 11, para terminar la guerra con una victoria alemana. Esto significa que Paul y aquellos soldados que apenas sobrevivieron pongan una vez más su vida en la línea. Como broma pesada de la vida misma, mientras Paul se encuentra en un impasse con un soldado francés, los dos sabiendo lo que está a punto de suceder, es asesinado por otro soldado que sale de entre la oscuridad de las trincheras. Justo conforme Paul exhala su último aliento, el armisticio entra en efecto y, por fin, la paz llega a Europa. Así, el joven se convierte en una víctima más del conflicto, así como de aquellos líderes intocables y ambiciosos exentos de la violencia a la que condenaron a millones de desafortunados. – Alessandra Rangel
La versión de él // All the Old Knives (Dir. Janus Metz)
All the Old Knives está lejos de ser una buena película; de hecho, es el giro del final lo que la vuelve memorable y lo que hace a uno cuestionarse si debió ser más apreciativo previamente, pues la revelación es igualmente desconcertante como esclarecedora para la historia y la valoración de la cinta.
¿Cuál razón sería válida para que alguien patriótico y responsable cometa traición a su nación? Este es el cuestionamiento que reúne a los examantes Henry Pelham (Chris Pine) y Celia Harrison (Thandiwe Newton), años después de que una fuga de información en su oficina de la CIA en Austria significara el secuestro de un avión que terminó en tragedia. Conforme la cena se desarrolla, ella arma el rompecabezas de lo que sucedió ocho años atrás. Sin embargo, cuando queda claro que él fue el culpable indirecto de tal suceso, es momento de que él cuente su versión de la historia. Así, el héroe convertido en villano tiene una transformación adicional para volverse en una especie de figura trágica, condicionado por el amor incondicional que tenía por Celia, y las decisiones difíciles que tuvo que hacer para garantizar su seguridad. Al final del día, sí cometió traición, pero lo hizo para salvarla. Aun así, el daño está hecho y no hay vuelta atrás, lo que le resulta en consecuencias fatales una vez que las sospechas se confirman.
Este vuelco es un as bajo la manga, así como un recordatorio trágico de que, en el juego de espías, el amor es una vulnerabilidad que traerá abajo hasta al agente más listo y decidido. Este tipo de thrillers para adultos cada vez son más escasos, por eso se agradece que esta propuesta se atreva a tener una conclusión tan satisfactoria e inesperada. – Alessandra Rangel
Nunca más // Argentina, 1985 (Dir. Santiago Mitre)
La representante de Argentina para los Premios Óscar es una cátedra de cine jurídico. Argentina, 1985 es una película que juega inteligentemente con las convenciones del género para traer al presente un pedazo de historia que nunca debe ser olvidada, ni por Argentina, ni por Latinoamérica, ni por el mundo. La película narra el juicio a las Juntas Militares de 1985, en el cual se juzgó a la dictadura militar del expresidente Jorge Rafael Videla y sus compañeros por crímenes de lesa humanidad.
Con cautela, el ritmo que establece Mitre es espléndido y dinámico, ahondando en las amenazas, intimidaciones y dudas personales de los abogados a cargo, Julio Strassera (Ricardo Darín) y Luis Moreno Ocampo (Peter Lanzani) respecto al caso. Aquel “Nunca más” que Strassera pronuncia el 18 de septiembre de 1985 para cerrar su alegato es punzante, emotivo y catártico. Golpea particularmente en un momento de crisis para muchas democracias latinas, para un continente que ha afrontado incontables autocracias abusivas. Este momento es un manifiesto de orgullo y dignidad sobre la prevalencia de la justicia y la responsabilización de nuestros agresores. – Cesar Guedez
Asalto inicial // Athena (Dir. Romain Gavras)
Qué privilegio es ver Athena por primera vez, pues sin temor a equivocarme, sus primeros 10 minutos son un deleite visual, narrativo y técnico que atrapa al espectador inmediatamente, dejándolo cuestionándose cómo es que tal precisión cinematográfica se logró. Cual tragedia griega, Athena sigue a tres hermanos que reaccionan de distintas formas al asesinato del cuarto y más pequeño hermano. Abdel (Dali Benssalah), integrante del ejército, busca mantener el orden y manifestarse de manera pacífica; Moktar (Hichem Bouffi), el narcotraficante de la comunidad, solo busca su supervivencia; y Karim (Sami Slimane), el joven revolucionario, ataca la sede de la policía local.
Just así es como inicia la película: Abdel dando la noticia del asesinato de su hermano ante público y periodistas, solicitando orden. Sin embargo, Karim y sus aliados siembran el caos al atacar el lugar, disparando a los policías presentes y robando todo lo que encuentran a su paso. Esta escena, compuesta por distintas tomas editadas para aparentar una toma larga, es técnicamente admirable, como narrativamente informativa.
La cámara sigue a Karim conforme recorre los pasillos del cuartel, encontrando a amigos destruyendo el lugar, a policías atacando a sus seguidores y caudillos esperando instrucciones. Una vez que acaban su cometido, Karim y compañía salen a las calles de París a bordo de una patrulla, con la cámara siguiéndolos de cerca, sin perderse de un solo segundo de la acción. Con 10 minutos de duración, las apuestas, lealtades, posiciones de poder e intereses se plantean magistralmente. Esto es solo el comienzo. – Alessandra Rangel
Aventura marina // Avatar: The Way of Water (Dir. James Cameron)
James Cameron es reconocido en el mundo del cine por dos cosas: tener una obsesión con el ecosistema marino y hacer grandes secuelas. Para mí, lo mejor que esta secuela tan esperada pudo dejar son todas las secuencias en las que simplemente vemos a los personajes interactuar con el nuevo mundo marino.
Ver a los niños tratar con criaturas y plantas marinas llenó mi cara de felicidad hasta tal punto que mis ojos estaban llorosos. Personajes simplemente nadando y descubriendo por primera vez el mundo que hay en los mares de Pandora, nadando al lado de peces, Tulkuns y otras criaturas marinas…el cine de verdad fue creado para vivir escenas como estas, llenas de inocencia y ese anhelo de descubrimiento. No hay mejor testamento del gran espectáculo que es Avatar: The Way of Water que cuando la trama se detiene por completo y se disfruta del universo con la misma felicidad y fascinación que un niño yendo al cine por primera vez. – Carlos Ruiz
Payakan vs. los cazadores // Avatar: The Way of Water (Dir. James Cameron)
Pasaron 13 años para regresar a Pandora, el mundo del que se enamoró Jake Sully (Sam Worthington) a tal grado que se quedó allí y formó una familia. Todo parecía marchar bien para los Sully, pero la amenaza constante de “la gente del cielo” los obliga a abandonar su hogar para buscar refugio entre el clan de los metkayina, los na’vi del agua. Entonces, Jake y compañía aprenden “la forma del agua”, es decir, a vivir en ese ecosistema.
Entre las criaturas acuáticas con las que se encuentran están los tulkun, una especie de cetáceo con caparazón que mantiene relaciones cercanas, hasta espirituales, con los na’vi y que presumiblemente es más inteligente que los humanos. Sin conocer nada de ellos, Lo’ak (Britain Dalton), el segundo hijo de los Sully, se encuentra con un tulkun llamado Payakan el cual es un macho joven exiliado por ser considerado responsable de quebrantar el código de pacifismo de los tulkun que dicta que no solo no pueden pelear entre ellos, sino que tampoco pueden atacar a otros, aun en defensa propia. Sin embargo, al vincularse con la criatura, Lo’ak aprende que Payakan perdió a su madre y una aleta en un ataque de cazadores.
Cuando los cazadores regresan en compañía del coronel Miles Quaritch (Stephen Lang) a atacar a los metkayina, sin nada que lo detenga y en un esfuerzo por no perder la conexión que tiene con Lo’ak, Payakan desata su venganza saltando al bote, permitiendo también a los na’vi unirse en la defensa de su comunidad. En su arrogancia, el capitán Scoresby (Brendan Cowell) intenta ponerse al tú por tú con Payakan sin contar con que el cetáceo le pagaría con la misma moneda al utilizar la cuerda de su propio arpón para amputarle un brazo. La deidad Eywa está defendiéndose, ahora a través del agua. – Andrea Marín Serrano
“¡Solías ser amable!” // The Banshees of Inisherin (Dir. Martin McDonagh)
En esta tragicomedia negra muy irlandesa, Colm (Brendan Gleeson) decide terminar su amistad con Pádraic (Colin Farrell) de forma súbita y unilateral porque lo considera aburrido al estar conforme con su vida en la isla de Inisherin, contrario a su deseo de crear un legado. Esta ruptura es el punto de partida para la divertida y conmovedora reflexión de Martin McDonagh sobre la conciliación entre las decisiones que tomamos en búsqueda de la realización personal, en sus distintas formas, con la responsabilidad afectiva que debemos a los seres queridos.
En The Banshees of Inisherin abundan momentos hermosos y devastadores, pero hay uno que considero que captura la esencia de la historia. En el bar del pueblo, Pádraic sufre ante la indiferencia de Colm y busca llamar su atención, desatando un enfrentamiento donde la amabilidad y el legado se oponen. Con la magnífica interpretación de Colin Farrell se siente la frustración y el dolor de la desilusión, intentando entender la crueldad de su amigo, buscando la amabilidad con la que solía tratarlo y cuestionando si alguna vez existió. Esta es una escena sencilla en términos técnicos, pero su potencia temática y actoral deja huella, capturando el dolor de perder a una amistad, con la pregunta de si el legado es solo la obra que perdura por siglos o si también son las memorias de quienes nos han tratado con amor y ternura. – Juan Andrés Rodríguez
One of the many reasons why Colin Farrell deserves all the awards this scene right here is pretty gut wrenching pic.twitter.com/y9ZskaQeh7
— Rachael ミ☆ (@Gagasfilm) January 10, 2023
“Ahí va ese sueño” // The Banshees of Inisherin (Dir. Martin McDonagh)
El truco secreto de The Banshees of Inisherin es que su punch trágico golpea tiempo después de que la película terminó. Pasaron semanas desde que la vi y de la nada me llegan recuerdos de momentos que duelen por su mezcla de comicidad dramática y los corazones rotos que dejan a su paso. Mientras que la enemistad naciente entre Pádraic (Colin Farrell) y Colm (Brendan Gleeson) es el centro de la historia, de manera secundaria Dominic (Barry Keoghan) tiene su propio recordatorio sobre la decepción de la vida, una marcada por la soledad y el abuso de su padre.
Keoghan se vuelve la representación física del corazón roto cuando le declara su amor a Siobhán (Kerry Condón), hermana de Pádraic, y quién tiene su propia crisis personal, desesperada por irse de la isla. Cuando ella le deja claro que nunca pasará nada entre ellos – incluso cuando Dominic llegue a su edad– Dominic intenta lidiar con esta información decepcionante de la mejor manera, primero como riéndose de su idea inverosímil y después encontrando la peor excusa posible (cortesía de un guion en punto de McDonagh) para irse del lugar. Aunque lo maneje de la mejor manera posible, es imposible no sentir su tristeza profunda cuando repentinamente suspira y dice “Ahí va ese sueño”. Barry Keoghan es el maestro de pequeños momentos cinematográficos que se roban el corazón. – Alessandra Rangel
Keoghan’s “Ah, there goes that dream” is soul shattering and unforgettable. pic.twitter.com/ZiRLfGbdgT
— Alessandra (@alessandra_kr) December 19, 2022
¿Qué hay en el sótano? // Barbarian (Dir. Zach Cregger)
Barbarian será recordada como una de las mejores películas de terror de 2022. El sólido debut de Zach Cregger toma varios elementos clásicos del género y los dota de un estilo único. La película es hilarante, estresante, aterradora y desconcertante. Tess (Georgina Campbell) y Keith (Bill Skarsgård) terminan compartiendo un Airbnb por una confusión de la compañía. La suspicacia de ella de quedarse con un extraño es inmediata y comprensible, pero accede ante la falta de opciones.
Al final, de quien menos se tenía que preocupar Tess es de Keith, pues el verdadero misterio, chocante y escalofriante, se esconde en los pasadizos del sótano de la casa. En una clásica, pero efectiva escena a oscuras, Tess baja al sótano al escuchar los pedidos de ayuda de Keith. Es aquí donde el director hace el primer brillante uso de giros y revelaciones para perturbar al espectador cuando una criatura gigante se abalanza sobre Keith y lo asesina frente a Tess. La película pasa a una tonalidad completamente diferente, dejando al espectador procesando lo que acaba de pasar y con un mal cuerpo que nunca se desvanece. – Cesar Guedez
Originaria de la Ciudad de México, Alessandra considera al cine como su gran amor. Fanática empedernida de Paul Newman y La Momia (1999), y dueña de una facilidad envidiable para aprenderse diálogos innecesarios para la vida real, en 2017 fundó Palomita de maíz. Aquí escribe constantemente sobre cine y televisión. También pueden encontrar sus palabras en sitios como InSession Film, Filmotomy, Cherry Picks y Screen Queens.