Palomita de maíz

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Los 50 mejores momentos cinematográficos de 2021

Escrito el 12 enero, 2022 @alessandra_kr
Esta pieza contiene spoilers de algunas de las películas estrenadas durante 2021.

El cine tiene la capacidad de conmover y marcar a la audiencia que lo observa. Puede contener imágenes, momentos, y mensajes que, vistos por la persona que los necesita en el momento oportuno, puede cambiar su vida y quedarse con ella por siempre. Incluso estos momentos de brillantez y transcendentalismo se pueden encontrar en películas que, en general, no guardan importancia. Una simple escena puede distinguir a una película para siempre.

En 2021, tuvimos un gran repertorio de cintas que nos gustaron y enamoraron. Algunas de estas contienen momentos tan significativos que quedarán en nuestra mente y corazón por siempre, quizá convenciéndonos de que por su simple presencia ese título es grandioso. Sea cual sea la valoración final de esas películas es un hecho que estos 50 momentos cinematográficos marcan nuestros minutos más disfrutables y cautivadores del año (momento de hacer una segunda advertencia de spoilers masivos de algunas de las películas estrenadas a lo largo del año).

 

Escupitajo y bofetada //After Love (Dir. Aleem Khan)

After Love es la historia de Mary Hussain (interpretada maravillosamente por Joanna Scanlan), una mujer británica convertida a la religión musulmana que, tras enviudar repentinamente, descubre que su esposo tenía otra familia en Calais. Decidida a hurgar entre sus secretos, Mary viaja a conocer a su amante, Genevieve (Nathalie Richard), e hijo, Solomon (Talid Ariss). Khan presenta la frustración de un hijo ante la figura de un padre que solo ha sido capaz de entregarle una parte de sí, la desesperación de una madre al no saber qué hacer para calmar la rabia creciente de su hijo hacia ella, y el dolor de una mujer que ha sido engañada por la persona a quien más amaba. Khan nos lleva con maestría a través de los lazos que unen a estos tres personajes y las mentiras y secretos que los separan.

En esta escena, varias cosas suceden al mismo tiempo mientras estos tres personajes están sentados alrededor de una mesa. Mary, ocultando su verdadera identidad, intenta establecer una relación con Solomon, quizá viendo en él al hijo que nunca tuvo. Genevieve intenta disimular el miedo ante su encrucijada. Salomon miente, ignorando la muerte de su padre, diciendo que se irá a vivir con él mientras le recrimina a su madre por todo. Tensiones escalan rápidamente cuando no hay respuestas convincentes a tantas preguntas. El hijo escupe el rostro de su madre. La viuda, la intrusa, la empleada de limpieza, sin poder contenerse, le reprende con una bofetada. La mentira es insostenible a partir de entonces. Sin el contexto de la escena, este momento es indudablemente melodramático, casi como si se tratase de un culebrón latinoamericano. No obstante, es un momento de tensión, bien logrado a nivel de dirección y actuaciones, enlazando perfectamente las emociones e impulsos de estas personas acechadas por la sombra de un hombre y las consecuencias de sus actos. – Kenny Díaz

 

Desplante público // All Too Well: The Short Film (Dir. Taylor Swift)

Con la regrabación de sus álbumes producidos por la disquera Big Machine y el confinamiento por la pandemia, Taylor Swift no ha dejado de darles obsequios a sus fans que aprecian cualquier obra de la artista. El estreno del cortometraje que ella dirigió basado en la canción All Too Well (presuntamente escrita con base en la breve relación con el actor Jake Gyllenhaal) enloqueció a sus seguidores que por fin verían en escena lo que por años habían imaginado con la lírica y las pocas fotografías que quedaron como evidencia del romance. Dylan O’Brien y Sadie Sink interpretan a una pareja cuya caracterización resulta similar a la de Swift y Gyllenhaal, y narran los sucesos de una relación que, bajo la perspectiva de Ella (Sadie Sink), inicia como un cuento de hadas y terminada por convertirse en una tragedia dominada por la dinámica de poder que Él (Dylan O’Brien) manifestó sobre Ella.

Cortometraje o video musical extendido como algunos le dicen, el material fue publicado bajo la categoría del primero y por eso se encuentra mencionado aquí. La historia hace bien en plantear los diversos matices que puede tener el abuso en una relación, especialmente cuando existe una brecha de edad significativa. Un abuso no necesariamente se trata de agredir físicamente a alguien o insultarle, también puede hacerse presente al ignorarle o hacerle caer el peso de la culpa en momentos innecesarios. Ese fue el momento que colocó este título en la lista, donde la pareja comparte una cena con los amigos de Él, y Ella se siente hecha a un lado. En un intento por llamar su atención, Ella le toma de la mano, pero Él se la suelta al instante y le da unas cuantas palmaditas de forma paternalista, ignorándola por el resto de la velada. Lo impactante de esta escena es caer en cuenta las veces que nos hemos visto involucrados en una situación parecida dentro de una relación donde el amor no es recíproco. Esta escena y la discusión consecuente fueron de lo que más dio de qué hablar en 2021. – Kathia Villagrán

 

“So May We Start?” // Annette (Dir. Leos Carax)

So May We Start?” es la pregunta que dio inicio al Festival de Cannes 2021. Después de un descanso obligado por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, era necesario un revulsivo para revivir el festival cinematográfico más importante del mundo, y Leos Carax entregó justamente eso. Con un plano secuencia que comienza en el estudio de grabación de la mano del dueto Sparks – compositores de la música y escritores de la historia original –, la cámara del excéntrico director expone los hilos detrás de la ficción. “Aquí están los actores y los músicos,” parece decirnos, ahondando su noción del artificio explícito como lo hiciera con Holy Motors (2015), concluyendo con una pregunta: “¿el escenario está adentro o afuera?”

Esta secuencia se trata del punto más álgido de la cinta, pues ya no recuperará este ritmo animado, convirtiéndose en cambio en un retrato angustioso de la corrupción moral de Henry McHenry (Adam Driver). Personalmente se trata del momento más emocionante que he experimentado en el cine en largo tiempo. No podría haber pedido una mejor forma de regresar físicamente a las salas. – J. Alejandro Becerra

 

Dentro del camión // Atlantis (Dir. Valentyn Vasyanovych)

“Encontramos el amor en un lugar sin esperanza”. Esta frase de una canción de Rihanna queda perfecta para la historia de amor al centro de Atlantis, una película desarrollada en un mundo postapocalíptico en Ucrania después de una guerra con Rusia. Sergiy (Andriy Rymaruk) sufre de trastorno de estrés postraumático y vive en una ciudad desolada. Para seguir con su vida se une a un grupo de voluntarios que exhuman los cuerpos que van encontrando como resultado de la guerra. Así conoce a Katya (Liudmyla Bileka), una voluntaria con su propia historia, pero que representa la promesa de un mejor futuro.

El momento inolvidable en cuestión es un encuentro fortuito entre la lentitud de la cámara por descubrir lo que está pasando y un momento romántico en medio de un instante de estrés. Cuando el camión en el que Sergiy y Katya viajan se descompone en medio de una tempestad, la cámara los observa desde afuera. Con el parabrisas empañándose y sin ayuda, el dúo no tiene nada más que esperar. Lentamente, la cámara se acerca con el ruido de la lluvia torrencial como único acompañante para descubrir a estas almas miserables besándose apasionadamente. En este entorno completamente desolador, se encontraron. – Alessandra Rangel

 

Consejo escolar // Bad Luck Banging or Loony Porn (Dir Radu Jude)

En Bad Luck Banging or Loony Porn, la profesora Emilia (Katia Pascariu) debe enfrentarse a los padres de sus alumnos que la quieren fuera del colegio debido a que se filtró un video íntimo con su esposo. Mientras más avanza la escena, el espectador empatiza más con la protagonista, pues vemos que se le cuestiona hipócritamente por algo que claramente es una violación a su vida privada, mientras que nadie se cuestiona por qué los niños y algunos de los padres han tenido acceso a él.

La película es una verdadera sátira de nuestros días. Y lo hace más real el hecho de que todos lleven mascarilla puesta, porque sí, ya es nuestra forma de vivir. El final, absurdo e inexplicable, inevitablemente deja una sonrisa. – Julia Andrade

 

The Winner Takes It All // Bergman Island (Dir. Mia Hansen-Love)

“No quiero estar en grupo, quiero estar contigo” es la frase que Amy (Mia Wasikowska) le dice a Joseph (Anders Danielsen Lie) al inicio de esta escena. Ella solo quiere estar con él, su amor de antaño, con quien se ha encontrado tras muchos años durante una boda en la Isla de Faro. Él la mira durante largo rato. También quiere estar con ella, pero no quiere volver a ser infiel, tras la noche anterior, tal como se lo ha dicho en la mañana. Es ahí cuando The Winner Takes It All, el clásico de Abba, comienza a sonar y ella comienza a bailar, incitada por dos amigas.

I was in your arms, thinking I belonged there,

I figured it made sense

Building me a fence

Building me a home

Thinking I’d be strong there

But I was a fool

Playing by the rules

Lo mira durante largo rato y ésta es la última vez que se ven, pues él se va mientras ella baila. Tal y como dice la canción, el ganador se lo lleva todo, el perdedor tiene que caer. El juego de luces y la maestría de Hansen-Love con la cámara solamente engrandecen el trabajo de Mia Wasikowska en una escena bailable para la historia. – Julia Andrade

 

Audición // CODA (Dir. Sian Heder)

Como la única integrante de su familia que puede oír, la vida de Ruby Rossi (Emilia Jones) siempre ha estado dirigida en ayudar a sus papás (Marlee Matlin y Troy Kotsur) y hermano (Daniel Durant) sordos a convivir con el mundo de oyentes. No obstante, cuando Ruby se une al grupo de canto de la escuela y anuncia que quiere ir a la universidad de música, sus ambiciones de vida se enfrentan directamente con el camino que su familia espera que siga. CODA presenta el proceso de Ruby de aprender a ser una adolescente y de sus papás a aceptar el hecho de que no estará ahí siempre para ellos.

Rodeada de una atmósfera de amor, la película presenta varios momentos memorables (la presentación en la escuela vista desde el punto de vista de sus familiares sordos o cuando Ruby le canta a su papá son buenos ejemplos); sin embargo, mi favorito es cuando Ruby se presenta a la audición del Colegio de música de Berklee y su familia se cuela y la ve cantar. A mitad de la canción, Ruby reconoce su presencia y comienza a decir con señas las letras que canta. Both Sides Now de Joni Mitchell adquiere una nueva capa de añoranza y amor, mientras que Rubby pelea por sus sueños, acompañada de sus papás que por fin entienden el camino que su hija quiere y debe recorrer. – Alessandra Rangel

 

Obra de teatro // Drive my Car (Dir. Ryusuke Hamaguchi)

Ryusuke Hamaguchi ofrece una reflexión sobre el duelo y el proceso lento y complicado de seguir adelante en Drive My Car. En esta épica de tres horas de duración, el actor Yūsuke Kafuku (Hidetoshi Nishijima) se dirige a Hiroshima para dirigir una adaptación de Tío Vania de Antón Chéjov después de la muerte inesperada de su esposa. Aquí, debe hacer uso del servicio de Misaki Watari, una chofer taciturna (Tōko Miura), quien lo lleva por toda la ciudad en su carrito rojo. Ambos encuentran en el otro una complicidad asentada en el dolor de la pérdida de un ser querido (la esposa en el caso de él, la madre en el caso de ella) y la aceptación de no haber conocido realmente a aquella persona que dejó un hueco en sus vidas.

Aunque la cinta presenta múltiples instancias en las que Kafuku y Watari aprenden lentamente a sanar (la conversación que Kafuku tiene con el examante de su esposa en el carro rojo es insuperable), mi escena favorita es la catarsis a la que ambos llegan en la noche de estreno de Tío Vania. Con Kafuku como el Tío Vania y Watari entre la audiencia, la actriz muda Lee Yoo-na (Park Yoo-Rim) ofrece una reflexión dentro de la obra que bien refleja el camino que ambos protagonistas seguirán: “debemos vivir nuestras vidas. Viviremos a través de los días y noches. Sobreviviremos pacientemente las tribulaciones que el destino mande en nuestro camino. Incluso si no podemos descansar, seguiremos trabajando para otros, ahora y cuando seamos ancianos. Y cuando nuestra última hora llegue, iremos silenciosamente. Y en el Más Allá, le diremos a Él que sufrimos, que lloramos, que la vida fue dura. Y Dios tendrá piedad de nosotros. Después, tú y yo veremos esa brillante y maravillosa vida de ensueño ante nuestros ojos. Nos regocijaremos con sonrisas sensibles en nuestras caras y rememoraremos sobre nuestra pena actual. Y después, por fin, descansaremos.” – Alessandra Rangel

 

La muerte del duque Leto // Dune (Dir. Denis Villeneuve)

La mirada grave, la frase “desert power” y una barba perfecta fueron algunas de las aportaciones de Oscar Isaac al épico blockbuster de Denis Villeneuve. Su muerte a manos de su enemigo acérrimo, el obeso barón Harkonnen (Stellan Skarsgard), no es el momento cumbre de esta polvorienta ópera espacial, sino uno de inflexión, en el que las cosas cambian para siempre.

Villeneuve demuestra una vez más que la ciencia ficción de gran calado es su especialidad, llevándonos a la habitación donde un incapacitado y francamente patético Leto Atreides yace desnudo en manos de sus enemigos. Es entonces que Villeneuve pinta un cuadro de conmovedora belleza, no solo por el cuerpo desnudo de Isaac, sino por la riqueza en texturas en este final del patriarca Atreides: la grotesca redondez del barón Harkonnen, la piel suave del inmovilizado Leto, la piel pálida de los subalternos del barón, la traición plena del doctor Yueh (Chang Chen) y la solitaria lágrima del duque antes de exhalar su último aliento: “Aquí estoy, aquí me quedo.” – J. Alejandro Becerra

 

“¡Una guerra en mi nombre!” // Dune (Dir. Denis Villeneuve)

Atrapado en el desierto y sin lugar a dónde ir, Paul Atreides (Timothée Chalamet) tiene que enfrentarse a su oscuro futuro. Mientras se esconde en una tienda junto a su madre Lady Jessica (Rebecca Ferguson) y gracias a la especia melange que flota a sus alrededores, Paul sufre de visiones que profetizan un futuro en el que guiará una guerra santa en contra del Imperio que causará muertes incontables, y que, en el presente, causa un temor en el joven Atreides y su madre.

En este momento, Dune demuestra las habilidades de Denis Villenueve para combinar brillantemente los esfuerzos de edición, fotografía, música, dirección y actuación. Los realizadores de esta nueva versión de la épica saga de Frank Herbert cuentan con fidelidad temática y emocional los eventos de esta historia trágica. No hay mejor manera de vender las terribles visiones de Paul que un primer plano de Chalamet y Ferguson, quienes sienten, con lágrimas en sus caras, cómo el futuro se moviliza y promete terrores que nunca hubieran imaginado. – Carlos Ruiz

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