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Rose: A Love Story (LFF 2020): el amor y el terror se unen en esta ópera prima

Escrito el 16 octubre, 2020 @alessandra_kr

Directora: Jennifer Sheridan.

País: Reino Unido.

Elenco: Sophie Rundle, Matt Stokoe, Nathan McMullen, Olive Gray, Boadicea Ricketts.

Palomómetro:

Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt9643228/

Jennifer Sheridan presenta con su ópera prima, Rose: A Love Story, una historia de terror, nutrida por la exploración de sus personajes, haciendo que la perspectiva de la cinta y su historia en sí se sientan novedosas y envolventes. Como el título bien lo menciona, esta película es una historia de amor, la cual depende de la relación entre los protagonistas para funcionar, lo cual se logra de maravilla.

Con un guion a cargo del también actor, Matt Stokoe, la película se enfoca en el desarrollo de los personajes principales y en el cimiento de su relación. Aun así, para los fanáticos del terror también ofrece algo interesante al tener al centro una trama de suspenso y misterio, creando un encuentro perfecto entre el romance y los sustos.

Es justo decir que este debut es un éxito tanto para la directora Sheridan como para el actor / escritor Stokoe. En cuanto a la historia, mientras menos se diga, mejor, pues Rose: A Love Story se beneficia de verla con la mente en blanco y sin pistas de la trama.

Por eso, para proteger el factor sorpresa vale la pena decir únicamente que la historia sigue a Rose (Sophie Rundle) y Sam (Matt Stokoe), una pareja que vive en un lugar recóndito de Reino Unido debido a una enfermedad de ella. Su mundo metódico y tranquilo llega a un punto de tensión cuando una adolescente (Olive Gray) llega inesperadamente a sus vidas.

El principal acierto de la película es su atmósfera misteriosa. Sabemos que algo extraño sucede, pero no podemos definir exactamente qué es. Poco a poco, vamos entendiendo que hay cosas extrañas en su forma de vida, ya sea que viven alejados de la sociedad, o que Sam es extremadamente precavido con la seguridad del hogar, o que habitan una cabaña en donde hay poca luz. Sin embargo, es lento el camino de descubrimiento, y aun así nunca es clara y definitiva la respuesta. La cinta hace buen uso de la tensión y la imaginación apanicada de la audiencia.

Aun así, lo más interesante de la historia es la dinámica entre Rose y Sam. La pertenencia y aceptación mutua convierte más a la cinta en una historia de amor que una de miedo. A pesar de las circunstancias, están juntos por el amor que existe entre ambos, cada uno agobiado por el confort y la felicidad del otro.

En este sentido, destaca la creación de un personaje masculino no tóxico por parte del guionista Stokoe, a quien interpreta con devoción y pasión. Es imposible no apreciar el nivel de positividad y paciencia que Sam tiene hacia Rose (perdí la cuenta del número de veces en que él le pide que deje de disculparse) y sus necesidades para sobrevivir, y lo bien que entiende el estado frágil de su existencia en aislamiento.

Al mismo tiempo, también se aprecia el chacoteo que desarrollan y la racionalización de Rose en momentos complicados. Mientras que Sam es la parte apasionada de la relación, Rose es la razón y objetividad.

El guion no siempre triunfa en presentar una relación plena, en especial destaca una discusión acalorada en la que él explota con reproches guardados, pero sí ofrece una perspectiva realista y sensible. Se siente la confianza, conocimiento y amor mutuo compartidos entre Sam y Rose.

Consecuentemente, la cinta también triunfa por las actuaciones de Sophie Rundle y Matt Stokoe. Ya sean momentos de paz, intercambios cómicos, situaciones de estrés o discusiones sentimentales, ambos actores son el alma de Rose: A Love Story. En especial destaca la capacidad de reacción de Rundle, quien por fin obtiene un papel protagónico en el cine después de tanto tiempo en televisión (Peaky Binders, Bodyguard, Gentleman Jack).

Jennifer Sheridan ofrece una discreta, pero satisfactoria película a través del uso efectivo de los recursos naturales y la activación ingeniosa de la imaginación del espectador. Como buena directora de películas de terror, Sheridan hace buen uso del sonido, la luz natural y una banda sonora estresante. Al respecto, la presentación del entorno como recurso clave del terror da aires de Hold de Dark (2018), de Jeremy Saulnier, aunque con mejores resultados.

A pesar de todos sus aciertos, la película no es perfecta, aunque es poco lo que se le puede criticar. La historia se debilita con la llegada de Amber. Era mucho más disfrutable acompañar a la pareja en su vida solitaria, aunque este personaje es necesario para que la cinta avance.

Asimismo, el final se siente muy apresurado. La parte crítica de la historia sucede apenas en un par de minutos. Aunque cambia inesperadamente de camino, al final llega al mismo lugar. Aun así, la resolución da pie a la creación de teorías que resuenan cuando se reflexiona sobre la devoción entre los protagonistas.

Rose: A Love Story es una mezcla perfecta entre romance y terror. Más allá de presentar sustos y misterios en una mitología muy explotada, la película acierta al centrar la historia en una relación de amor moldeada por las circunstancias sobrenaturales en la que se encuentran los protagonistas. Auxiliada por interpretaciones comprometidas por los actores, esta película es un debut directoral digno de mención.

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