Palomita de maíz

– Sitio independiente de cine y TV.

Las 20 mejores películas de la primera mitad de 2023

Escrito el 3 agosto, 2023 @bmo985

Godland

Dir. Hlynur Pálmason

Películas como La misión (Roland Joffé, 1986) y Silencio (Martin Scorsese, 2017) son referentes de la épica religiosa en el cine sobre el mito del misionero, el hombre que pone a prueba su fe adentrándose en la naturaleza del sur global con el objetivo de predicar e “ilustrar”, resistiendo las difíciles condiciones como muestra de su devoción. Si bien son cintas que técnicamente impecables, sus narrativas resultan en apologías de la religión que ignoran su rol en la violencia del colonialismo, algo que el director islandés Hlynur Pálmason subvierte de manera espectacular en Godland.

Situada a finales del siglo XIX, el padre Lucas (Elliott Crosset Hove) es encargado de viajar a Islandia, entonces una parte remota del territorio danés, para construir y liderar una iglesia. Su viaje está marcado por la dureza de un territorio terriblemente hermoso y las barreras del lenguaje, que son un diferenciador social entre nativos e inmigrantes. La historia parte de un falso mito sobre las primeras imágenes de la costa del sureste, un elemento fundamental que relaciona la fotografía y el retrato como forma de dominio sobre la realidad, aquello que se considera digno de capturar bajo el lente.

Hipnotizante es la palabra adecuada para describir esta historia que, con un distintivo aspecto de 4:3, presenta paisajes bellos en un ritmo contemplativo y los contrasta con la frustración de un protagonista condenado por su egocentrismo, que en cada paso va descubriendo su verdadera naturaleza y con ello las contradicciones de un discurso que predica desde el amor y el sacrificio. Sin perder la esencia de la épica misionera, Pálmason logra una obra que sobresale gracias a su narrativa sobre la derrota ante el mundo.  – J. Andrés Rodríguez

 

How to Blow Up a Pipeline

Dir. Daniel Goldhaber

El término “activismo” se ha vuelto ambiguo en una época de populismo. Todo activismo supone la búsqueda de un cambio para mejor un sistema específico. Es afortunado ver una historia que no teme confrontar e incomodar al espectador, dejando de lado al activismo complaciente y amigable, y ofreciendo una catarsis de furia basada en tensiones y sufrimientos acumulados que explotan en una desesperada búsqueda de cambios.

Después de ofrecer una visión inquietante del mundo de la tecnología con Cam (2018), Daniel Goldhaber continúa su filmografía a paso firme, presentando una historia de rebelión social y espíritu antisistema que haría sentir orgullosos a Costa-Gavras y Ken Loach. How to Blow Up a Pipeline es un manifiesto enigmático de activismo medioambiental, basado en el texto de Andreas Malm, que sigue a un grupo que busca hacer lo que sugiere el título: volar un oleoducto en Texas. Todos tienen historias diferentes, pero causas comunes: la industria petrolera ha devastado sus vidas en diferentes niveles, desde enfermedades causadas por la contaminación y pérdidas familiares, hasta pequeños negocios interrumpidos por las macroempresas.

Con un elenco fantástico dotado de matices y motivaciones fáciles de empatizar, la película es un thriller sofocante, brillantemente editado, sobre la lucha contra las consecuencias del consumismo desmedido y los horrores ambientales de corporaciones que destruyen ecosistemas para luego culpar a la clase trabajadora. Pese a que podemos admirar su valentía, no hay un ápice de heroísmo en el grupo de activistas. El foco se coloca en las causas comunes y en plantear que cuando el sistema ha vulnerado nuestra dignidad, no hay nada que perder al momento de enfrentarlo. – Cesar Guedez

 

Huesera

Dir. Michelle Garza Cervera

El terror se ha convertido en un género que invita al espectador a pensar y reflexionar sobre su propia condición o las reglas establecidas de nuestra sociedad. Este año, en el cine mexicano llegó Huesera, una cinta que se acerca más a terror psicológico que sobrenatural. La película dirigida por Michelle Garza Cervera está basada en una leyenda popular originaria del norte de México que dice que la Huesera es una mujer que recolecta huesos de cuerpos muertos para crear uno nuevo.

Garza Cervera trabajó sobre esa idea para acercarse a la concepción que tiene nuestra sociedad sobre la maternidad, un tema siempre vigente. A través de la combinación perfecto de los elementos visuales y sonoros lleva al espectador por momentos escalofriantes para mostrar las dos caras de la maternidad.

Conforme avanza el embarazo de Valeria (Natalia Solián), la ansiedad y las dudas crecen en ella, volviéndola una presa fácil. Garza Cervera cuestiona la forma en que nuestra sociedad pide que las mujeres vivan la maternidad y hace énfasis en los roles sociales. Entre sus muchos atributos, también destaca su coherencia narrativa, su ritmo calmado y la interpretación de Solián en el rol protagónico. – Ale Stardust

 

John Wick: Chapter 4

Dir. Chad Stahelski

La saga de acción protagonizada por Keanu Reeves llega a su fin en su cuarta entrega y lo hace de manera espectacular. Donde las franquicias alcanzan su punto de aburrimiento y repetición, John Wick encontró un espacio para seguir creciendo, ser visualmente creativa y ambiciosa sin perder la esencia de las primeras películas: un hombre que tiene que atravesar un purgatorio lleno de violencia para encontrar su paz personal.

John Wick: Chapter 4 es un deleite visual y probablemente la mejor carta de presentación para la propuesta de una categoría en los Óscar para los dobles de acción. La pulcritud en el trabajo técnico de la fotografía y el montaje encuentran su par en el esfuerzo y compromiso de Reeves, en un nuevo triunfo para su icónica carrera. – Lourdes Yactayo

 

Joyland

Dir. Saim Sadiq

Pocas veces una ópera prima impresiona tanto como Joyland, pues se siente la culminación épica de un cineasta consagrado, un experto en construir relatos que revuelven las emociones del espectador. Saim Sadiq estudia con inteligencia a la sociedad paquistaní, enfocándose en la familia Rana, la cual fácilmente puede tomarse como un microcosmos que refleja la población local. El hermano menor de la familia, Haider (Ali Junejo), está casado, pero se nota infeliz hasta que consigue trabajo como bailarín de apoyo en un teatro, y conoce a Biba (Alina Khan), una electrizante bailarina trans con quien construye una amistad tímida.

Los conflictos parecerían obvios, pero Sadiq no delimita las motivaciones y miedos de sus personajes, permitiendo que existan y fluyan orgánicamente. No son solo los prejuicios transfóbicos y machistas los que atormentan el enamoramiento de Haider hacia Biba, también el resto de su familia, como el padre y la esposa de Haider, quienes tienen un desarrollo meticuloso en sus agonías internas.

En Joyland los deseos son sofocados y el dolor vive en los rostros de los personajes resignados al sometimiento cruel e indigno de la sociedad; no obstante, luchan para que su dignidad prevalezca ante todo. Hay belleza e incluso sentido del humor en la historia, pero, al final, lo que se siente es un dolor punzante difícil de poner en palabras. No hay sermones ni manipulación en Joyland, sino la más pura y devastadora descripción de una sociedad que destruye el espíritu humano a través de la vergüenza a su propia identidad. Es un hito brillante de cine queer que traspasa fronteras, y queda en la memoria. – Cesar Guedez

 

Nimona

Dirs. Troy Quane, Nick Bruno

Nimona, una película dada por muerta después del cierre de Blue Sky Studio por parte de Disney, ha revivido de las cenizas y, como la gran ave fénix que es, reluce fulgurante en medio de su vuelo. A pesar de tener una duración corta, el filme animado aprovecha cada minuto para presentar y relucir su personalidad única y queer gracias a la homónima protagonista.

Impulsada por una historia en contra de la opresión institucional ante minorías, el filme de Troy Quane y Nick Bruno es una grata sorpresa en el campo de cine animado, dando como resultado una maravillosa historia sobre aceptación social. – Charlie Ruiz

 

Other People’s Children

Dir. Rebecca Zlotowski

Rachel (Virginie Efira), de 40 años, lleva una vida estable. Ama su profesión de maestra de secundaria y cuenta con una familia unida. Sin embargo, le falta algo para sentirse plenamente realizada: quiere tener un hijo. “Escucha, si decides hacerlo, incluso con algo de ayuda, tiene que ser ahora. ¡Apresúrate! El reloj está corriendo”, le aconseja el doctor. Mientras sueña con la idea de ser madre, se dedica con devoción a la hija de su nuevo enamorado. En el vértigo adolescente de las citas nocturnas, las fiestas de pijamas y las recogidas de la escuela, la protagonista encuentra la calidez de un hogar. Sin embargo, aunque se siente madre, a Rachel no se le permite olvidar que Leïla (Callie Ferreira-Goncalves) es hija de otra mujer. Este es el conflicto que presenta Other People’s Children.

Rebecca Zlotowski construye un drama ameno y humorístico sin caer en lo superficial. Como estudio de personaje, navega sin inhibiciones en el universo femenino y ofrece una mirada refrescante a las familias reconstruidas y la relación complicada entre feminidad y maternidad. A nivel visual, hay un toque elegante y clásico en la fotografía de George Lechaptois. Las técnicas del montaje, a cargo de Géraldine Mangenot, si bien anticuadas (con transiciones de tipo cortinilla), resultan efectivas. Virginie Efira desborda encanto y franqueza. La película francesa podría resumirse como una invitación a escribir el final propio. – Kenny Diaz

 

Showing Up

Dir. Kelly Reichardt

Este pequeño drama, protagonizado por Michelle Williams como Lizzie, presenta a una escultora luchando por encontrar el espacio para su creatividad – tanto física como emocional – mientras se siente cada vez más disminuida en el mundo que la rodea. Showing Up es una excelente y oportuna historia sobre mantener la individualidad y el propósito en medio de las tribulaciones cotidianas de la vida, las dudas más íntimas sobre nuestro futuro y los miedos más profundos de nuestro pasado.

Se trata de una película sencilla, metafórica y profunda que retrata con talento y sensibilidad, desde su dirección hasta sus actuaciones, la ansiedad alrededor de la madurez alcanzada a través de la insatisfacción, así como la importancia de construir y mantener vínculos con los demás para comprender nuestro espacio en el mundo. – Lourdes Yactayo

 

Spider-Man: a través del Spider-verso

Dirs. Joaquim dos Santos, Kemp Powers, Justin K. Thompson

Este año, lo más ambicioso en el cine de superhéroes se ha presentado en la animación. Spider-Man: a través del Spider-verso retoma a los personajes presentados en Spider-Man: Into the Spider-Verse donde los dejó y expande sus dudas existenciales: con la llegada del villano Spot (Jason Schwartzman), Miles Morales (Shameik Moore) se ve obligado a confrontar su origen y lugar dentro del canon en el universo Spider-Man. Por su parte, Spider-Gwen (Hailee Steinfeld) huye de su propio universo para evitar enfrentar la tragedia que conllevan sus poderes.

Es una historia dinámica, que juega con expectativas y aprovecha al máximo el formato animado para darle mayor peso a la narrativa, mientras profundiza el cuestionamiento al concepto de canon (literario, fílmico y gráfico) que comenzó a hacerse en la primera película. La película es refrescante al atreverse a tomar riesgos narrativos y gráficos, cuestión que se agradece en este subgénero agotador. – Oralia Torres de la Peña

 

Suzume

Dir. Makoto Shinkai

Inspirada en los trágicos terremotos y tsunamis de Tōhoku, Japón, Suzume, la nueva cinta de Makoto Shinkai explora las consecuencias generacionales ante eventos devastadores y la memoria histórica de estas catástrofes. Suzume, protagonista de esta historia, conoce a Soute, un chico misterioso que llega de improviso al pueblo en el que vive. Al mismo tiempo, descubre un ente que vive debajo de Japón y que aparece en lugares en los que han sucedido tragedias. Suzume y Soute se embarcan en una aventura donde se involucran con gatos, sillas para niños, frutas, familiares, nuevos amigos y mucha tristeza.

Suzume es una gran película debido a la manera sincera y honesta con la que maneja sus temas y la forma en que los explora por medio de su protagonista. Así como vemos el viaje de una chica llena de juventud e inocencia, también se presentan risas, mucho corazón, tristeza y una tragedia tan grande que ahoga a los personajes y a los espectadores. Los temas que se exploran, reflejando una identidad nacional ante los desastres naturales, convierten a la película tanto única como universal. – Charlie Ruiz

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Palomita de maíz participa en el Programa de Afiliados de Amazon, diseñado para que el sitio gane comisiones a través de enlaces con Amazon. Esto significa que cuando compren alguna película, serie de televisión o libro en Amazon a través de los enlaces establecidos en el sitio, Palomita recibirá un porcentaje del precio ese producto.