Las 20 mejores películas de la primera mitad de 2023
2023 ha sido el año de la crisis en Hollywood. Película tras película ha fracasado en taquilla, poniendo en crisis el modelo de negocios vigente desde que Los vengadores (Joss Whedon, 2012) se convirtió en un éxito. Ant-Man y la avispa: quantunmania (Peyton Reed), Indiana Jones y el dial del destino (James Mangold), Elementos (Peter Sohn), Rápidos y furiosos X (Louis Leterrier), Transformers: el despertar de las bestias (Steven Caple Jr.), The Flash (Andy Muschietti) y La sirenita (Rob Marshall) han recaudado menos dinero de lo que se esperaba, en ocasiones apenas alcanzando a cubrir los costos de producción que con frecuencia rebasan los 200 millones de dólares.
La estrategia de los grandes estudios hollywoodenses (con Disney a la cabeza) de poner toda la carne al asador y apostar por un puñado de películas que cuestan una fortuna hacer – lo que se denomina como tentpole – y de las cuales se espera una fortuna a cambio, comienza a derrumbarse en esta primera mitad del año.
Por si fuera poco, las huelgas simultáneas de los sindicatos de escritores (Writers Guild of America) y de actores (Screen Actors Guild) han añadido sal a la herida abierta de la otrora industria dorada del oeste estadounidense. Sus exigencias por mejores contratos ponen en duda la viabilidad financiera de lo que Netflix comenzó a construir hace 10 años, el ecosistema del streaming (el hogar de series y películas tan indispensables como El hombre gris o Citadel). Como poco más que una mentira o a lo mucho una ilusión insostenible basada en la promesa del crecimiento eterno, el streaming solo ha sido posible gracias al desdén de los grandes estudios hacia los creadores y actores que hacen posible su imparable producción de contenido, pagándoles cacahuates y alterando los viejos acuerdos en torno a los pagos residuales, manteniendo en secreto el número de espectadores de series y películas, y realizando producciones de cientos de millones de dólares que no dejan casi ningún impacto cultural.
A pesar del éxito descomunal del dúo conformado por Barbie (Dir. Greta Gerwig) y Oppenheimer (Dir. Christopher Nolan) que en conjunto han garantizado que este es un verano para visitar las salas de cine, 2023 es sin duda el año de la zozobra en Hollywood y solo se puede anticipar lo siguiente: para salir adelante, todo tendrá que cambiar. Incluso con este panorama, la primera mitad de 2023 vio el estreno de un puñado de películas de excelente manufactura de todos los géneros, provenientes de diferentes rincones del mundo. En Palomita de maíz queremos hacer un recuento de aquellas propuestas que más hemos disfrutado en este Año de la Crisis de Hollywood.
1976
Dir. Manuela Martelli
Manuela Martelli saltó a la fama en 2004 gracias a la película Machuca (Andrés Wood, 2004) y, a partir de ahí, se ha forjado un currículum más que respetable como actriz. Sin embargo, quiso dar un paso más allá y se puso detrás de cámara para su grandioso debut en la dirección con 1976.
Contar una historia sobre la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) es difícil porque es un tema recurrente en el cine chileno y, a pesar de que jamás está de más recordar las brutalidades de su régimen, plasmar una historia original es aún más difícil. No obstante, Martelli lo logra, poniendo en el centro a Carmen (Küppenheim), una enfermera que lleva años sin ejercer y que decide dedicarse a remodelar su casa de verano, aprovechando el auge económico que vive la clase alta durante estos años oscuros. Todo transcurre de forma tranquila hasta que el sacerdote local le pide ayuda para curar a Elías (Nicolás Sepúlveda), un joven que pelea contra los militares en el poder.
La película sigue la relación entre Carmen y Elías, donde ella busca protegerlo del mal, mientras que él logra que tenga un despertar moral y que vaya más allá de la burbuja que la rodea sobre lo que realmente ocurre en el país. El ritmo que impone Martelli en el filme es lento, pero logra que el espectador establezca una conexión emocional a través de la estética de los años 50, así como el cuidado de cada detalle, ya sea visual o musical. – Julia Andrade
A Thousand and One
Dir. A.V. Rockwell
A Thousand and One sigue a la vivaz y combativa Inez (Teyana Taylor), quien secuestra a su hijo de seis años del sistema de acogida. Guardando celosamente el secreto, madre e hijo se proponen forjar un sentido de hogar, identidad y estabilidad en la cambiante ciudad de Nueva York. En una estructura similar a la de Moonlight (Barry Jenkins, 2016), la narración se extiende a través de varios años, desde mediados de los 90 hasta la entrada del nuevo siglo.
En su primer largometraje, A.V. Rockwell presenta con capacidad de observación y análisis el microcosmos de una familia pobre en Harlem. Además de rendir tributo a la devoción parental, la cinta subraya las políticas de motivación racial, leyes de zonificación, procesos de gentrificación y el fallido sistema de cuidado de crianza temporal estadounidnense. Los diálogos sobresalen con verdades cortantes y profundidad de pensamiento. El fondo musical, a cargo de Gary Gunn, es otro aspecto notable. El giro final surte un efecto tan devastador como inspirador.
Aun así, lo más destacado es la actuación de Teyana Taylor. En su primer rol principal, brilla con una actuación feroz y ricamente matizada. En la primera mitad transmite las ilusiones de una mujer que desea poner su vida en orden y formar una familia. Mientras avanza la historia, el espíritu de Inez se apaga. A través del lenguaje corporal, la actriz revela a una mujer cansada de luchar con la pobreza y de cargar con un secreto que amenaza con destruirlo todo. “Me pregunto qué pasaría si yo también me fuera”, se le escucha decir en algún momento. A pesar de sus decisiones reprochables, Inez es el pilar de esta familia, así como Taylor es el alma de esta historia de amor madre-hijo en medio de un sistema desigual y excluyente. – Kenny Diaz
Are You There, God? It’s Me, Margaret
Dir. Kelly Fremon Craig
Crecer significa madurar y atravesar por cambios físicos, sociales o emocionales. Are You There, God? It´s Me, Margaret se desarrolla en la década de los 70 y se enfoca en Margaret (Abby Ryder Fortson), quien a los 11 años se muda de Nueva York a los suburbios de Nueva Jersey con sus padres. Desde ese momento se comunica con Dios y le confiesa sus miedos, inquietudes y secretos.
Basada en la novela de Judy Blume, la película balancea el drama y la comedia para mostrar el desarrollo personal de Margaret no sólo en torno a la amistad, sino también en la idealización del ciclo menstrual y experiencias con el sexo opuesto.
La directora Kelly Fremon Craig, quien demostró su correcto manejo de la adolescencia en The Edge of Seventeen (2016), reflexiona también sobre el dilema religioso, uno que pone a prueba a la niña por sus raíces judías y católicas. Además, presenta la perspectiva maternal a través de Barbara (Rachel McAdams), quien no sólo lidia con su hija Margaret, sino que también replantea su profesión y enfrenta su pasado.
Are You There, God? It´s Me, Margaret es un coming-of-age sólido que presenta preceptos juveniles vigentes aun cuando el libro fue publicado en 1970. – Mariana Fernández
Asteroid City
Dir. Wes Anderson
En Asteroid City, Wes Anderson continua con aquella exploración metatextual que incorporó en gran parte de La crónica francesa (2021). Aquí, establece una caja china de diégesis, usando el espacio entre distintas realidades para explorar los significados del artificio inherente en la realización de arte, así como los procesos emotivos y de significado que suceden de manera colectiva e individual en esta clase de proyectos.
Con esta cinta, el cine de Wes Anderson alcanza un nivel más existencial. Llena de personajes lidiando con distintas crisis personales que deben enfrentarse a un problema colectivo – “todo está conectado, pero nada está funcionando” –, el cineasta transforma lo que podría ser una simple historia de conexiones humanas para explorar aquello fuera de nuestra comprensión: la creación del arte, repleta de elementos que evocan humanidad, pero que evaden nuestra naturaleza, creando un ente alienígena y contradictoriamente humano. – Charlie Ruiz
Babylon
Dir. Damien Chazelle
Si hay algo que aprecio del cine de Damien Chazelle es que provoca reacciones fuertes en sus audiencias. Con Babylon, regresa en el tiempo a Los Ángeles de los años 20, presentando cómo era hacer cine en ese entonces y el enorme y devastador cambio que sufrió la industria con la llegada del sonido. Entre la multitud de personajes se centra en Manuel Torres (Diego Calva) y Nellie LaRoy (Margot Robbie), un asistente de producción y una aspirante a actriz, para mostrar caras más siniestras y sombrías del cine.
Sí, repite una y otra vez, a lo largo de varios segmentos, que la industria es fría y que solo se preocupa por los bolsillos de los productores, que usa y desecha a las personas que trabajan en ella, que no tiene lealtad por nadie y que borrará el pasado con tal de no tener que honrarlo, y ese es el punto: recordarnos que el pasado sigue teniendo fuertes ecos en el presente. Su emotivo montaje final cierra declarando que, a pesar de todo, el cine ha sido una fiesta incomparable. – Oralia Torres de la Peña
BlackBerry
Dir. Matthew Johnson
Los retratos de orígenes de proyectos como Pinball: The Man Who Saved The Game (Austin y Meredith Bragg, 2022) y Tetris (Jon S. Baird, 2023), ambos transitando de juegos a exitosas apps adaptadas a la modernidad, han cobrado relevancia en el cine. En el caso del teléfono inteligente (incluido el opulento iPhone), su existencia se le atribuye al BlackBerry. Por ello, el dispositivo mereció un biopic que resalta en los pormenores de su creación, así como en sus claroscuros.
La película de Matt Johnson se aleja de la sobriedad de The Social Network (David FIncher, 2010) para trazar un agudo dramedy que explora el surgimiento del homónimo teléfono en 1996, su impacto en la transformación de las telecomunicaciones en la década de los dos miles y su conocida extinción en 2022. Johnson coloca instancias acertadas en comedia y construye perspectivas oscuras sobre el contraste entre la ciencia computacional y la negociación, así como la corrupción corporativista y la importancia de practicar la innovación tecnológica en aras de una competencia capaz de superar a la inspiración original.
De esta manera, BlackBerry se convierte en un ameno relato que se beneficia de su ritmo y su elenco para recordar el legado del teléfono inteligente. – Mariana Fernández
Calabozos y dragones: honor entre ladrones
Dirs. John Francis Daley, Jonathan Goldstein
Puede que no sea una experta en el juego de rol de fantasía de Calabazos y dragones, pero sí me podría considerar una conocedora en el tema de las películas de aventuras. No hay oferta en este género que no pase por mis ojos ávidos de historias envolventes, escenas emocionantes y personajes memorables. El hecho de que Calabozos y dragones: honor entre ladrones ofrezca estos tres puntos es digno de celebración, pues no es cosa de todos los días que una historia basada en un juego tenga la mezcla idónea de aventura, acción, humor y melosidad con manufactura de calidad.
Dirigida por el dúo John Francis Daley y Jonathan Goldstein (adorados en algunos sectores por su comedia Game Night de 2018), esta adaptación tiene la destreza narrativa de introducir el lore del juego de manera sencilla y práctica, impulsada por una trama familiar que se centra en la misión de un hombre (Chris Pine) por recuperar lo que perdió en el punto más débil de su vida. Ya sea el elenco secundario – entre los que sobresalen la letal, pero sensible Michelle Rodríguez, un cínico Hugh Grant y un majestuoso Regé-Jean Page –; la manera en que cada actor se recarga en sus fortalezas (Pine es quizá el actor más encantador, natural y accesible de Hollywood); la presencia de un humor simple y efectivo; y el uso de efectos prácticos en vez de la sobreexplotación del cansado CGI, hacen de esta película una experiencia disfrutable que invita por igual a la carcajada como a la lágrima emotiva. – Alessandra Rangel
Los cinco diablos
Dir. Léa Mysius
La cinta de Léa Mysius presenta un viaje de misticismo en el que se narra una historia de amor desde los ojos de su pequeña protagonista. La magia de Los cinco diablos no solo se encuentra en su extraña combinación de cine queer, ciencia ficción y drama familiar, sino que también radica en la manera en la que desenvuelve sus misterios, presentados con sutileza desde el inicio y resueltos poco a poco a través de Vicky, maravillosamente interpretada por Sally Dramé.
Las actuaciones de Dramé, Adèle Exarchopoulos y Swala Esmati funcionan como el gancho perfecto para que el espectador no deje de ver la cinta hasta encontrar las repuestas a todo lo que Mysius ofrece. Los juegos entre fantasía y ciencia ficción resultan fascinantes, pues es a través de saltos en el tiempo bien elaborados y coherentes que explora el descubrimiento de la identidad y la sanación personal y familiar. – Ale Stardust
Emily
Dir. Frances O’Connor
En un mundo donde las biopics mediocres están a la orden del día, propuestas como Emily se sienten como una bocanada de aire fresco. Debut directoral de la actriz veterana Frances O’Connor, la biografía de Emily Jane Brontë, celebrada por escribir el clásico Cumbres borrascosas, se recarga en el formato tradicional de época, pero con destellos de locura en su narrativa, estilo y exploración de la vida interior de la autora.
La película se presenta como una especie de historia de coming-of-age en la que Emily (Emma Mackey) comienza a descubrirse a sí misma, a la vez que los paradigmas que han mantenido las estructuras de poder dentro de su familia empiezan a derrumbarse. Tímida y rebelde, Emily abre su imaginación y personalidad en compañía de su hermano Branwell (Fionn Whitehead) y su pretendiente (Oliver Jackson-Cohen), quien inicialmente se presenta como adversario para conquistarlo con su extrañeza y sensibilidad.
Emily destaca del resto de las películas del año gracias a una interpretación imponente a cargo de Emma Mackey, quien, con sus ojos y gestos, deja entrever la vida interna y la rebeldía de la autora; una banda sonora en la que destacan los violines; y decisiones creativas calculadas que dejan entrever la ambición de Brontë y de O’Connor, quien trajo a la pantalla su corta, pero inspiradora vida. – Alessandra Rangel
Enferma de mí
Dir. Kristoffer Borgli
Enferma de mí es lo contrario a una película de corte coming-of-age en la que un personaje pasa página a su ingenuidad y avanza con su vida. Siguiendo la historia de Signe (Kristine Kujath Thorp), la comedia oscura noruega presenta una antítesis a historias esperanzadoras que prometen que la vida puede mejorar y que la gente puede cambiar.
Llena de bilis narcisista, el filme de Kristoffer Borgli lleva al espectador de la mano con su personaje principal a través de una aventura que pone a prueba la habilidad de un espectador para observar cómo un personaje poco a poco arruina su vida con el propósito tan contemporáneo de conseguir fama instantánea. Una sátira suficientemente ácida y consciente de sí misma para crear una gran feel-bad movie representativa de nuestra época. – Charlie Ruiz

J. Alejandro Becerra es un cinéfilo de opiniones controvertidas. Fundamentalista de Scorsese, se decanta por el cine hollywoodense, pero se empeña por descubrir películas de alrededor del mundo. Aunque estudió Historia en la universidad, le encantaría dedicarse a escribir sobre cine de tiempo completo. No se pierde los Óscares aunque le diga a todos que los odia. Entre sus películas favoritas están Rebecca, Carol, Cléo de 5 à 7, Casino y The Tree of Life. No lo admitirá, pero llora cada vez que mira el final de Porco Rosso. Es un ferviente fanático de Jessica Chastain y Oscar Isaac, y cuenta los días para verlos ganar sus Óscares. Actualmente se dedica a discutir en Twitter con extraños y a aprender sobre marketing digital.