La leyenda del jinete sin cabeza: de Washington a Burton, misma leyenda con ligeras diferencias

La leyenda del jinete sin cabeza es un relato que encuentra su origen en el folclore medieval, cuya popularidad y alcance aumentaron a partir de 1820, gracias a Washington Irvin y su leyenda de Sleepy Hollow. A 100 años de haber visto la luz, este relato ha servido como base de poco más de 10 de adaptaciones cine y televisión, siendo tal vez una de las más famosas la película realizada en 1999 por Tim Burton.
La versión Burtoniana mantiene algunos de los elementos del cuento de Irvin, pero les da un giro que ayudan al dinamismo de la narración cinematográfica y, por supuesto, potenciados por la música de Danny Elfman y la fotografía de Emmanuel Lubezki. En conjunto resaltan los elementos góticos utilizados por el cineasta.
La oscuridad, las fuerzas naturales desatadas y las presencias siniestras (el jinete y la bruja) acompañan a las constantes decapitaciones, entregando una experiencia estética inigualable en la filmografía del director.

En ambas versiones, la de Irvin y la de Burton, el pueblo y sus habitantes juegan un papel comparable al de un personaje más. Sleepy Hollow es el lugar que alberga al jinete y es gracias a sus habitantes que conocemos su leyenda. Los pueblerinos son un reflejo del oscurantismo, la superstición y de aquello que nos esforzamos en invisibilizar, fieles a una tradición medieval, propia de lo gótico.
La contraparte perfecta de aquello que Sleepy Hollow representa es el personaje de Ichabod Crane, el estandarte de la razón, con componentes que difieren en ambas narraciones (la profesión siendo el de Irvin un pedagogo y el de Burton un detective). Crane es el escéptico, aquel que se reúsa a creer en la leyenda del jinete y que busca una solución lógica a pesar del miedo, el cual a lo largo del relato se adueña de él y lo pone a dudar de la realidad.
El jinete sin cabeza es el eje central del relato, aquel que hace que el bando de Crane (la razón) y del pueblo (la superstición) se enfrenten. El jinete es un reflejo de la locura, el perder la cabeza de forma literal, tal y como Ichabod teme perder la suya de forma simbólica.

A su vez, este personaje sobrenatural es una representación de las consecuencias de la guerra. Irvin nació en un periodo tambaleante de la historia – la independencia de Estados Unidos – en el que una nación buscaba consolidarse. Se vio influenciado por las leyendas e historias contemporáneas y dio vida a su versión que posteriormente inspiraría la adaptación de Burton en la que un soldado pierde la vida en el campo, sin nombre, atrapado en una búsqueda interminable de aquello que le daba identidad.
El decapitado de Irvin es un soldado desconocido, nacido de la desesperación que gobierna el campo de batalla. El de Burton es un mercenario, condenado a vagar y a estar atado a los deseos de la bruja malvada. Ambos buscan su cabeza, tal vez como representación de su cordura o identidad, ambas perdidas en el campo de batalla a merced de las voluntades y deseos de otros.
Sleepy Hollow (1999) materializa de manera magistral el relato de Irvin. Con detalles técnicos da vida a los escenarios que en su momento solo existían dentro de las páginas. Da giros que ayudan no solo al dinamismo de la narración cinematográfica, sino a proporcionar ciertos toques de modernidad que siguen encantando a las audiencias a poco más de 20 años de su estreno.

Brenda Garrido es una recién graduada en lingüística y literatura hispánica que poco a poco intenta descubrir el rumbo de su vida. En este intento extraño y lleno de caminos discordantes se ha encontrado escribiendo un poco sobre la vida, algunas cosas de ficción, pero sobre todo, de cine, al cual considera uno de sus amores eternos.