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Indiana Jones y los cazadores del arca perdida: el robo como la maravilla definitiva

Escrito el 31 mayo, 2023 @ECinematografo
Esta es la primera pieza retrospectiva de la franquicia de Indiana Jones. Contiene spoilers.
Indiana Jones y los cazadores del arca perdida. Dir. Steven Spielberg. Lucasfilm. 1981.

La leyenda cuenta que Steven Spielberg soñaba con dirigir una película de James Bond. A finales de los años 70, después de ser rechazado por los productores de esa franquicia, su amigo George Lucas le presentó una  alternativa: un arqueólogo que viajaba por el mundo en aventuras sobrenaturales. Así comenzó la producción de Cazadores del arca perdida, la primera aparición de Indiana Jones, el “Bond” de Spielberg y nombrado en honor al perro de Lucas.

Sin embargo, Cazadores no es una fotocopia del agente 007. Casi una decena de actores han encarnado a este espía, pero solo un hombre ha interpretado a Indiana Jones: Harrison Ford. De igual forma, su trabajo va más allá del arquetipo donado por Sean Connery o Roger Moore, pues ofrece emociones que no se encuentran en un hombre tan meticulosamente presentado como el espía inglés. Jones podrá ser atractivo, valiente y decidido, pero también es torpe, incrédulo y, tal vez, el peor arqueólogo en la historia del cine.

Jones, ataviado por sombrero, chaqueta de cuero y látigo, corre por desiertos, bosques y océanos, desesperado, corrigiendo sus errores, traumatizando su cuerpo y a comunidades enteras, con tal de evitar que sus adversarios obtengan un trofeo antes que él.

Un arqueólogo problemático

Indiana Jones es un arqueólogo audaz y ladrón sin escrúpulos. Busca reliquias de otras culturas para venderlas en museos, conocidos como “santuarios de conocimiento”, sin compensar a las comunidades de las que las está apropiando. Al ver Cazadores del arca perdida desde una perspectiva contemporánea, resulta evidente que Spielberg intenta seducir a la audiencia con la misteriosa figura de Jones y su perseverancia, pero al hacerlo, también celebra que culturas “salvajes” pierdan su legado en aras del entretenimiento del público.

A pesar de esto, la estética del género de aventuras plantea obstáculos y retrasos que cuestionan la vocación malintencionada de Jones. La película comienza con un robo en la selva amazónica de Perú, donde el lugar se defiende de los invasores con arañas intimidantes, flechas venenosas y rocas mortales. A lo largo de la historia, Indy ignora que su obsesión por estos objetos podría costarle la vida.

Ubicada en 1936, la película sitúa al estadounidense Jones en una carrera contra los nazis por el dominio del Arca de la Alianza, un artefacto que alberga el “poder destructivo de Dios”. Alemania invade Egipto para cumplir su propósito, mientras que el contraespionaje norteamericano envía a Jones como última esperanza para recuperar el artefacto.

Aunque es advertido sobre los poderes del Arca, Jones se acerca a su objetivo, atestiguando señales, como el viento hablándole y las nubes oscureciendo el paisaje. A pesar de ello, ninguno de los contendientes en esta competencia se convence de detener su propósito. Si bien Indiana Jones es glorificado por su valentía en comparación con otros personajes que perpetúan estereotipos de comunidades árabes y mesoamericanas, su ambición resulta tan peligrosa para él mismo como deleitable para la audiencia.

Un aventurero incansable

Indiana Jones y los cazadores del arca perdida. Dir. Steven Spielberg. Lucasfilm. 1981.

Ni Spielberg, Lucas, el compositor John Williams o el diseñador de producción Norman Reynolds se abstienen de inyectar toda la diversión posible. Ya sea a través de la legendaria fanfarria dedicada al personaje compuesta por Williams, las locaciones que simulan diferentes lugares del mundo o los ingeniosos escenarios que revelan trampas y peligros, Cazadores minimiza sus aspectos cuestionables, manteniendo un nivel de adrenalina que se echa de menos en el cine contemporáneo con cada pieza de acción demostrando un nivel de artesanía que supera la prueba del tiempo. Asimismo, es prácticamente imposible negar los encantos de esta película cuando Harrison Ford, torpe, pero encantador, domina la pantalla creando un personaje tan icónico como Sean Connery lo hizo con James Bond.

A través de Ford, las acciones de Indiana Jones son siempre imprecisas. La primera vez que intenta salvar a Marion Ravenwood (Karen Allen), su compañera de aventuras, accidentalmente incendia el bar en el que trabaja. En Egipto, la coloca en tal riesgo que llega a pensar que la mató después de dispararle a un carro lleno de explosivos. Sin embargo, la cinta destaca la mejor cualidad de su personaje: su capacidad para improvisar, fracasar y seguir centrado en su objetivo.

Para recuperar el Arca, Indy tiene que enfrentarse a hombres más grandes que él, defenderse de serpientes, derrotar pelotones enteros de soldados y subirse a submarinos sin el equipo adecuado. Justo cuando piensa que ganó una pequeña victoria, Jones pierde en la escena siguiente, y así una y otra vez. El Bond de Connery podría solucionar sus problemas con estrategias frías, pero el Jones de Ford no tiene tiempo para ello. Sus días terminan con nuevos moretones y hasta con nuevos matices en su conflicto interno: ¿qué hará cuando tenga que decidir entre Marion y su curiosidad por ver los contenidos del Arca de la Alianza?

La actitud del coleccionista

Indiana Jones y los cazadores del arca perdida. Dir. Steven Spielberg. Lucasfilm. 1981.

La representación de la arqueología en Cazadores del Arca Perdida es monstruosa. Cada vez que Indiana Jones afirma que un artefacto histórico “debería estar en un museo” es un insulto que trasciende lo ficticio. Jones es más bien un usurpador que reclama como propio lo que no le pertenece. Afortunadamente para la reputación de este clásico, el conflicto lo enfrenta a un adversario que no pierde el tiempo ocultando sus verdaderas intenciones.

René Belloq (Paul Freeman), un arqueólogo francés, es un reflejo de Jones que no se esconde detrás de una imagen de respetable científico y aventurero. Belloq siempre aparece elegante y sin rastro de suciedad, a diferencia de su contraparte estadounidense. El hombre se jacta de haber aceptado una alianza con los nazis, de explotar la mano de obra egipcia y de querer ser el primero en desvelar los secretos del Arca.

Tanto Belloq como Jones comparten un punto débil: el deseo que sienten por Marion. Belloq compromete su trato con los fascistas para reclamar a Marion junto con el arca, mientras que Jones posterga su misión para rescatarla de los innumerables problemas en los que se mete. La triste verdad es que ambos están dispuestos a renunciar a ella fácilmente si eso compromete su competencia.

Por suerte, Indy comete un acto lo suficientemente heroico como para redimir un poco su espíritu problemático. En el clímax, la curiosidad de Jones es tal que defrauda a Marion y su causa una última vez cuando permite que Belloq realice el ritual para liberar los secretos del Arca. De repente, algo dentro de sí hace que Jones olvide su codicia primero que su enemigo.

Tanto Jones como Belloq están obsesionados con ver el tesoro con sus propios ojos. Solo que cuando esto sucede, Jones se salva de la ira de Dios que tanto había ignorado durante la película. Cuando el Arca es abierta, una nube le explota la cabeza a todos los nazis, menos a Indy y Marion, quienes cierran los ojos y evitan ser testigos de este espectáculo, salvándose milagrosamente.

Cazadores, como pieza individual, termina en una nota satisfactoria porque parece que Indiana se entrega al primer paso de su rehabilitación como ser humano cuando por fin renuncia al Arca y se entrega a su relación con Marion. No obstante, este alivio es efímero, pues los cineastas olvidan su progreso en las siguientes entregas.

***

Cazadores del arca perdida ocupa un lugar destacado en la historia del cine al introducir a un protagonista problemático: un hombre que prácticamente secuestra reliquias porque le parece que puede cuidarlas mejor que sus dueños. Sin embargo, reconocer los diferentes matices de un documento que refleja los prejuicios de sus creadores no debería impedir su disfrute. Más allá de Jones, los valores de producción de Cazadores siguen inspirando el cine de aventuras y el blockbuster moderno.

 

Las aventuras de Indiana Jones continúan con El Templo de la Perdición…

 

Lecturas recomendadas:

Davis, Benjamin. «Decolonizing Anthropology: I’m Not Indiana Jones, and I Don’t Want to Be». The Michigan Daily, 4 de agosto de 2021, http://www.michigandaily.com/opinion/columns/decolonizing-anthropology-im-not-indiana-jones-and-i-dont-want-to-be/

Fitzpatrick, Dr Alex. You Will Never Be Indiana Jones: How Toxic Masculinity Spurs Sexism and Ableism in Archaeology. 27 de abril de 2022, https://animalarchaeology.com/2022/04/27/you-will-never-be-indiana-jones-how-toxic-masculinity-spurs-sexism-and-ableism-in-archaeology/.

everydayorientalism. «Indiana Jones Must Retire: Archaeology, Imperialism and Fashion in the Digital Age». Everyday Orientalism, 22 de agosto de 2017, https://everydayorientalism.wordpress.com/2017/08/22/indiana-jones-must-retire-archaeology-imperialism-and-fashion-in-the-digital-age/.

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